7° Domingo del tiempo Ordinario, 19 de Febrero de 2012

San Marcos 3, 1-12
         
“Fraternidad que sana
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  1. Curar: Jesús no busca solo una mejoría física. Su amor apasionado a la vida, su acogida entrañable a cada enfermo, su fuerza para regenerar lo mejor de cada persona, su capacidad de contagiar la fe en Dios crean las condiciones que hacen posible la curación. El amor cura lo físico y sana el alma.
  2. El Perdón: el perdón de Dios, recibido con fe en el corazón y celebrado con gozo junto a los hermanos y hermanas, nos puede liberar de lo que nos bloquea interiormente. Con Jesús todo es posible. El perdón es liberador, rompe una dinámica de enfrentamiento destructor, ennoblece a quien perdona y a quien es perdonado.
  3. El Amor: «el amor no lleva las cuentas del mal» (1 Cor 13, 5). ¡Cuántos cristianos se sorprenderían al escuchar que Dios no lleva cuentas del mal! ¡Qué gozo para muchos descubrir que el amor incondicional de Dios no lleva cuentas de nuestros pecados! Sin embargo, no significa que nuestros pecados sean algo banal y sin consecuencias en la Construcción de nuestra vida y de nuestro futuro último. Nuestra manera de pagar es amarlo más.
  4.   La Fe: cuando la persona no se quiere a sí misma, difícilmente cree que Dios la puede amar tal como es. Si no se acepta a sí misma con amor, no creerá que es aceptada por Dios.
REFLEXIÓN
   En el Evangelio la actuación de Jesús se resume en estas dos palabras: «Tus pecados quedan perdonados». «Levántate y echa a andar». Aquel enfermo encuentra en Jesús lo que tanto necesitaba: paz interior y fuerza para caminar. Jesús lo pone de pie, lo rescata del mal que lo está matando, le infunde vigor y seguridad para enfrentarse a la vida. 
   Jesús no cura solo enfermedades; sana la vida enferma. No es posible seguir a Jesús viviendo como «paralíticos» que no saben cómo salir del inmovilidad, la inercia o la pasividad. Tal vez, necesitamos como nunca reavivar en nuestras comunidades la celebración del perdón que Dios nos ofrece en Jesús. Ese perdón puede ponernos de pie para enfrentarnos al futuro con confianza y alegría nueva.
PARA LA VIDA
   Un día un niño estaba intentando levantar una piedra muy grande y no podía ni siquiera moverla. Su padre le estaba observando y al cabo de un rato le preguntó: ¿estás usando todas tus fuerzas? Y el niño, un poco molesto, le contestó: claro que sí. 
No, no estás le dijo el padre porque no me has pedido ayuda: 
  • Pedir ayuda. El niño intentaba levantar la piedra él solito y no podía. Pero ahí estaba su padre que sí le podía ayudar. 
  • Pedir ayuda. Nosotros intentamos levantar muchas piedras solos y no podemos. Muchas veces nos resignamos y decimos que siga la piedra ahí, la piedra de la droga, del botellón, de los emigrantes, de los fracasados... No pedimos ayuda.

6° Domingo del tiempo Ordinario, 12 de Febrero de 2012


San Marcos 1, 40-45
         “Limpieza Total


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  1. La Lepra: el estigma del leproso era doble: «El leproso llevará las vestiduras rasgadas y la cabeza desgreñada... Irá avisando a gritos: “Impuro, impuro “. Mientras le dura la lepra será impuro. Vivirá aislado y habitará fuera del poblado». Jesús, que vino a salvar, toca al leproso para liberarlo, lo limpia para decir a todos que Dios no margina ni castiga a nadie. Que los sufridos se ganan el corazón de Jesús.
  2. Dios se acerca a los que sufren: «Se conmueve» porque es compasivo y misericordioso con los que sufren, por eso: “dichosos ellos porque ellos serán consolados”.  «Extiende la mano» lo «toca» y su piel despreciada queda limpia. Jesús todo lo puede.  «Limpia» y sana de su enfermedad. Esto es lo que quiere el Dios encarnado en Jesús: limpiar el mundo de exclusiones que van contra la compasión del Padre. No es Dios quien excluye, sino nuestras lepras del alma. No es Dios quien margina, sino nuestro pecado.
  3. Jesús Amigo de los Excluídos: Jesús era muy sensible al sufrimiento de quienes encontraba en su camino, marginados por la sociedad, despreciados por la religión o rechazados por los sectores que se consideraban superiores moral o religiosamente. Jesús cura al leproso física y espiritualmente. Restablece el contacto humano con aquel hombre que ha sido marginado por todos, y le da alegría a su alma
REFLEXIÓN
   El leproso hace a Jesús una súplica humilde. Se siente sucio. No le habla de enfermedad. Solo quiere verse limpio de todo estigma: «Si quieres, puedes limpiarme». Jesús se conmueve al ver a sus pies aquel ser humano desfigurado por la enfermedad y el abandono de todos. Aquel hombre representa la soledad y la desesperación de tantos estigmatizados. 
Señor, cuando no encuentre un lugar digno entre los hombres, sé que lo tengo en tu corazón; cuando nadie me entienda, tú me comprendes; cuando nadie me respete, tú me acoges; cuando alguien me excluya, tu mano divina me envuelve con tu bendición. Amén
Hace unos años, cuenta una joven que Marcos un buen amigo estaba enfermo de sida en un hospital. Yo lo visitaba regularmente, pero en mi última visita se encontraba muy enfermo y muy débil. Rezamos juntos y cuando me disponía a marcharme, Marcos me miró con lágrimas en los ojos y me dijo: ¿Tienes miedo a abrazarme?...
Creo que ese fue uno de los abrazos más preciosos de mi vida.

PROGRAMACIÓN MIÉRCOLES DE CENIZA

               8:30 am        Santa Misa
       9:30 am a 11:50 am        Imposición  de ceniza 

               12:00 m       Santa Misa
1:00 pm a 6:20 pm       Imposición  de ceniza 

      6:30 pm        Santa Misa
                   7:30 pm a 9:00 pm        Imposición  de ceniza






5° Domingo del tiempo Ordinario, 5 de Febrero de 2012


San Marcos 1, 29-39         


“Médico de Alma y Cuerpo


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 La Casa: Jesús pasa de la sinagoga, lugar oficial de la religión judía, a la casa, lugar donde se vive la vida cotidiana junto a los seres más queridos. Allí Jesús se hace parte de los suyos, entra en intimidad: “Se acerca” a los que sufren, para mirar de cerca su rostro, iluminarlos y llenarlos de nueva esperanza“Coge de la mano” para tocar al enfermo y sanarlo. “Levanta” como el amigo cercano que infunde vida, que comparte todo: dolores, angustias y alegrías.
  1. Alivia: al que sufre no se le puede ayudar desde lejos. Hay que estar cerca. Sin prisas, con discreción y respeto total. Ayudarle a luchar contra el dolor. Darle fuerza para que colabore con los que tratan de curarlo.
  2. La Oración: «de madrugada», Jesús se levanta, «Allí se pone a orar». Necesita estar a solas con su Padre. Los cristianos más lúcidos y responsables quieren acercar a la Iglesia de hoy a vivir de manera más contemplativa. Es urgente. Los cristianos, por lo general, ya no sabemos estar a solas con el Padre. Los teólogos, predicadores y catequistas hablan mucho de Dios, pero hablamos poco con él.La costumbre de Jesús se olvidó hace mucho tiempo. Quizá hacemos muchas reuniones de trabajo y  grandes planes pero no sabemos hacer silencio ni hablamos Dios para descansar en su presencia y llenarnos de su paz
REFLEXIÓN
  Donde está Jesús crece la vida. San Marcos nos relata a ese Jesús que cura a los enfermos, acoge a los desvalidos, sana a los que sufren y perdona a Los pecadores. Donde está Jesús hay amor a la vida, interés por el hombre, pasión por la liberación de todo mal. No deberíamos olvidar nunca que la imagen primera que nos ofrecen los relatos evangélicos es la de un Jesús curador. 
   Un hombre que difunde vida y restaura lo que está enfermo. Los creyentes no debemos olvidar que el amor cristiano es siempre interés por la vida, búsqueda apasionada de felicidad para el hermano. El amor cristiano es la actitud que nace en aquél que ha descubierto que Dios ama tan apasionadamente nuestra vida que ha sido capaz de sufrir nuestra muerte.
PARA PENSAR
    Hace unos años un joven profesional circulaba por una avenida. Iba orgulloso en su flamante Mercedes recién estrenado. De repente vio un niño entre dos coches. Y cuando pasaba a su lado un ladrillo se estrelló contra la puerta de su nuevo coche.Dio un frenazo y salió furioso. Cogió al niño y comenzó a gritarle todo tipo de amenazas. Perdone, señor, decía el niño, no sabía qué hacer y le tiré el ladrillo porque nadie paraba. 
   El niño lloraba desconsoladamente mientras señalaba el suelo. Es mi hermano, se ha caído de la silla de ruedas y no lo puedo levantar. ¿Me podría ayudar? El joven lo levantó y lo sentó en su silla de ruedas. El ejecutivo montó en su Mercedes y nunca lo arregló. El impacto del ladrillo le recordaría siempre a no viajar tan rápido y a que le tuvieran que tirar un ladrillo para prestar ayuda al caído en el camino de la vida.¿Cuántos ladrillos nos tienen que tirar a nosotros para frenar nuestro ritmo y ver a los hermanos caídos?

4° Domingo del tiempo Ordinario, 29 de Enero de 2012


San Marcos 1, 25-28         

“Poder y Autoridad de Jesús
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  1. Autoridad: es un término que viene del latín «augere” que significa «hacer crecer”, “agrandar”, “enriquecer». Las personas con autoridad divina ayudan a crecer, estimulan y enriquecen la vida de los demás. Esta autoridad nace de Dios y de una persona honesta; de su actitud responsable y coherente, de su fidelidad. Ningún poder ni cargo, por importante que sean, se ejercen bien si falta sana autoridad.
  2. Enseñar:Jesús no es «un vendedor de ideologías» ni un repetidor de lecciones aprendidas de antemano. Es un maestro de vida que coloca al hombre ante las cuestiones más decisivas y vitales. Un hombre que enseña a vivir. Es duro reconocer que, con frecuencia, las nuevas generaciones no encuentran «maestros de vida» a quienes poder escuchar.
  3. Sanar: el mal, al verse descubierto, protesta y grita, pero Jesús, con su poderosa palabra, manda fuera al espíritu y recupera al ser humano que estaba perdido. Igualmente nos sucede a nosotros. 

   Sin Jesús nos falta la luz para comprender lo que está bien y lo que está mal; pueden colarse en nuestro corazón maldades que ni siquiera sabemos que están ahí. Cuando Jesús se acerca, cuando su mensaje resuena en nuestro corazón, el mal es descubierto, y se resiste, se retuerce, grita. Es una reacción habitual cuando alguien se ve descubierto en su maldad: no quiere aceptarla. Pero la misión de Jesús es la del servicio de limpieza. Vino para limpiarnos de nuestras miserias, para cargar sobre sí nuestra maldad y llevársela, para transformarnos en seres nuevos.
“Somos hijos de Dios, Él nos hizo y somos suyos”


REFLEXIÓN
  En Marcos, Jesús manda callar el mal y Él calló ante Pilatos. Jesús es más importante que su enseñanza porque él es la enseñanza misma, su vida entera es su gran enseñanza. La autoridad de Jesús consiste en que no mira al pasado sino al presente y al futuro que le pertenecen a Dios. Jesús nos enseña a vivir de cara al futuro. La autoridad de Jesús es EL AMOR por los que sufren más: los pecadores, los leprosos, los impuros, las mujeres, los niños, los extranjeros. No olvidemos que Dios condena al pecado y salva al pecador. Él vino a salvarnos y a liberarnos del poder del maligno.


PARA LA VIDA
    Una abuela le dijo a su nieta: mañana nos levantaremos pronto para ver algo sorprendente. A la mañana siguiente, antes del amanecer, las dos estaban sentadas en la puerta de la casa mirando hacia el este. Mira al horizonte, le dijo la abuela, pronto aparecerá una curva roja de luz. 
   Miraban y la curva se iba ensanchando cada vez más y más. Ensimismada, la niña presenció su primera salida de sol, su primer amanecer. En voz muy baja, le preguntó a su abuela: ¿Sucede esto todos los días? La vida, rutinaria y triste, está llena de los pequeños y grandes regalos que Dios nos ofrece cada día. Asombrémonos y demos gracias por las maravillas de Dios.


“Se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad”