San Juan 12, 20 - 33
" Hay que Morir Para Vivir"
- Sacrificio: Ha llegado la hora. Todos, judíos y griegos, podrán captar muy pronto el misterio que se encierra en su vida y en su muerte: «Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí». Cuando Jesús sea alzado en la cruz y aparezca crucificado sobre el Gólgota, todos podrán conocer el amor insondable de Dios, se darán cuenta que Dios es amor y sólo el amor vence a la muerte. Se sentirán atraídos por el Crucificado, por el amor. Él es la manifestación suprema del amor de Dios. Cuando sea crucificado, todos podrán ver con claridad la verdadera grandeza y eterna gloria que esconde la Cruz.
- "Un Grano": Jesús emplea una imagen sencilla que todos podemos entender:«Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto». Si el grano muere, germina y hace brotar la vida, pero si se encierra en su pequeña envoltura y guarda para sí su energía vital, permanece estéril. Esta bella imagen nos descubre una ley que atraviesa misteriosamente la vida entera. Es la dinámica que hace fecunda la vida de quien sufre movido por el amor. Es una idea repetida por Jesús en diversas ocasiones: Quien se agarra egoístamente a su vida, la echa a perder; quien la entrega, genera más vida.
REFLEXIÓN
“ Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto ”
¿Cómo podremos seguir a Jesús si no nos sentimos atraídos por su amor y su estilo de vida? Nos pasamos la vida tratando de evitar sufrimientos y problemas. La cultura del bienestar nos empuja a organizarnos de la manera más cómoda y placentera posible como si fuera el ideal supremo. Sin embargo, hay sufrimientos y renuncias que se necesita asumir si queremos que nuestra vida sea fecunda y creativa.
La obsesión por el propio bienestar empequeñece a las personas. Quien se acerca directamente a Jesucristo y sintoniza con Él su vida, descubre todo lo que Él puede aportarnos para encontrar un sentido acertado a nuestra vida, para vivir con dignidad y sensatez, y para caminar día a día movidos por una esperanza indestructible. “Morir dando vida, es vivir”.
MOTIVACIÓN
Inmediatamente después de los saludos que la etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó: Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza? El rey le dijo: “Te lo revelaré, si recorres mi palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré”.
Al término del paseo, el rey le preguntó: “¿Qué piensas de mis riquezas? La persona respondió: “No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara”. El rey le dijo: “Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de fuera”. Si sembramos en nuestro corazón frutos de amor, buscando una luz que ilumine nuestra alma, ellos serán la escalera para llegar al cielo.