1. ¿Quién decís que soy yo? es una pregunta definitiva que hoy deberíamos hacernos cada uno. Y, sobre todo, preguntarnos quién es Jesús para nosotros. Ha de ser una pregunta dirigida a nuestra propia intimidad y contestada también en íntima "común-unión" con Él y con todos los cristianos. Si cada uno de nosotros, como Pedro, expresamos en nuestro interior que Jesús es el Mesías, esa respuesta saldrá fuera y nos hará confesar por calles y plazas que él es el Cristo, el amigo, el Salvador.
2. Confesión de la Fe: somos cristianos porque confesamos que Jesucristo es el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Esta es la verdad de fe que nos constituye como cristianos; aquí no nos encontramos ante una opinión más sobre Jesús, sino ante “la verdad” de Jesús. Pero ¿cómo ha podido Pedro llegar a profesar esta “verdad”? Evidentemente, no por su cuenta ni menos por su sabiduría. Esta confesión de fe está inspirada y sostenida por Dios mismo: “Eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo”. Y tiene que ser así, pues como dijo Jesús: “Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y al Padre no le conoce más que el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
3. La Misión de Pedro: por su fe en Jesús, le confía a Pedro la misión de serroca y construir su Iglesia. Ya no se llamará Simón, sino Pedro, es decir, piedra: “Sobre esta piedra (la fe de Pedro) edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará”. Por la fe de Pedro, será Cristo quien levante y sostenga en lo alto a la Iglesia y permanezca firme contra todos los ataques que recibe diariamente. El Papa Benedicto XVI es quien hoy tiene las llaves de la Iglesia, aquellas que Jesús dio a Pedro.
REFLEXIÓN
La Iglesia no empieza con Pedro sino con el Señor Jesús; es Él quien llama, quien acoge y quien salva. San Pedro es constituido como el primer Papa y encargado, por su fe, de definir el proceso para ser parte de la comunidad de Cristo, la Iglesia. Es una comunidad que empieza con un “resto de Israel” y que abre la puerta a toda la humanidad. Es Pedro que tiene en las manos las llaves de admisión y de sostén en el camino de respuesta.
MENSAJE DEL PAPA A LOS JÓVENES
- Sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz
- «Hay palabras que solamente sirven para entretener, y pasan como el viento; otras instruyen la mente en algunos aspectos; las de Jesús, en cambio, han de llegar al corazón, arraigar en él y fraguar toda la vida. Sin esto, se quedan vacías y se vuelven efímeras.
- Se preguntarán por el secreto de vuestra vida y descubrirán que la roca que sostiene todo el edificio y sobre la que se asienta toda vuestra existencia es la persona misma de Cristo, vuestro amigo, hermano y Señor, el Hijo de Dios hecho hombre, que da consistencia a todo el universo»