Solemnidad Domingo de Ramos, 20 de Marzo 2016, Ciclo C

San Lucas 22, 14-23, 56

¡Maravillosa sabiduría, escondida a inteligentes y poderosos, y manifestada a la gente sencilla"


  1. La PasiónLucas orienta el relato de la pasión hacia el descubrimiento del amor del Padre hacia su Hijo y hacia los hombres. La cruz es así, para el tercer evangelista, el sacramento de la misericordia divina. Todo el texto de Lucas, pero muy especialmente el relato de la Pasión, es el evangelio del seguimiento de Jesús: hasta la cruz, y hasta la Gloria. No hay más triunfo que el de la cruz, en el cual, únicamente, podrá gloriarse el discípulo. Lucas nos hace sentir, como Pedro, culpables todos de la Pasión, pero llenos de la esperanza del perdón, sin caer en la tentación de la violencia y prontos a reconocerlo resucitado. 
  2. El Sufrimiento: en el momento mismo en que "va a sufrir", Jesús vive en plena esperanza; no comerá ya la Pascua, ni beberá más el vino de la fiesta; pero él sabe que la Pascua terrestre tendrá su cumplimiento en los cielos y que él será su comensal; sabe que el Reino de Dios vendrá ciertamente, y entonces volverá a encontrar a sus discípulos en la fiesta. 
  3. La Eucaristía: El signo eucarístico será un "memorial" de Jesús; con él los discípulos, haciendo memoria de él, guardarán igualmente el recuerdo de sus palabras, de sus actos, del misterio del que él habrá sido el signo. Porque hasta ahora, es Jesús el que ha sido "probado"; a partir de ahora les toca a sus discípulos ser "tentados", "cribados por Satanás". En vista de este combate, están obligados a armarse. Jesús con su oración los sostiene. Al menos ha obtenido para Pedro el que permanezca firme, para que sea un apoyo inquebrantable para los demás. Antes, sin embargo, conocerá Pedro la traición, consecuencia quizá de la presunción que aparece en su declaración: porque existe una diferencia entre el "Yo he rogado por ti para que tu fe no desfallezca", y el "yo estoy dispuesto a ir contigo a la cárcel y a la muerte".


    REFLEXIÓN

         En el episodio de Getsemaní, quizá es más la tentación de los discípulos, que la del mismo Jesús. Son ellos los que deben "orar para no entrar en tentación". Jesús ora, y su oración es el modelo de la oración cristiana es el Padrenuestro"; y el combate que libra es el modelo de la lucha que debe entablar el cristiano: combate penetrado de oración y sostenido con la ayuda de Dios.

       La subida al Calvario permite una oposición muy esclarecedora para los cristianos de todos los tiempos. Entre Simón de Cirene, que va "detrás de Jesús" "llevando la cruz", o las mujeres que sólo saben llorar el destino de Jesús, ¿cuál es el discípulo más fiel? Simón de Cirene, sin duda. Las mujeres que lloran por Jesús están conmovidas. Si hay que llorar, es por el destino de los responsables de la muerte de Jesús.

       Lo que Jesús espera de sus verdaderos amigos es no que se conmuevan por su suerte, sino que vayan con él llevando la cruz y que, una vez llegada la muerte, sepan dirigirle la oración de ese otro personaje modelo: el buen ladrón, que clama:"Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino...".

    PARA LA VIDA

       Hace muchos años en los días de la esclavitud, vivía en el sur de China un chino bastante rico, llamado Fu. Habiendo sido convertido sintió tal pasión por las almas que llegó a gastar todo su dinero en la obra del Señor.
       Pensando en los pobres chinos esclavos que eran llevados a trabajar a las minas de plata del Sur de América, los que nunca habían de volver a sus hogares, lleno de compasión se vendió como esclavo para poder llegar a ellos con el mensaje del amor de Dios. Cuando murió dejaba una iglesia de 200 miembros, todos ellos ganados para el Señor por su testimonio, viviendo como un esclavo más entre ellos.

       La misión de Jesús se comprende en referencia al Dios de la Gracia y de la exigencia. Jesús no solo viene a predicar la Buena noticia, sino que Él mismo es el Reino, la buena noticia, y es urgente tomar parte en Él.

    FELIZ SEMANA SANTA 2.016.

    5° Domingo de Cuaresma, 13 de Marzo 2016, Ciclo C


    San Juan 8, 1 - 11

    ¡Quien Esté Sin Pecado, que Tire la Primera Piedra! "


    1. La Mujer Adúlteracuando levanta los ojos, la adúltera ve a uno que la mira de una manera distinta a los otros. Jamás había visto a un hombre observándola de aquella manera. Hasta ahora tenía experiencia de dos tipos de mirada: la mirada del deseo y la mirada de la condena. Y, quizás, en la escena evangélica, los protagonistas de esos tipos de mirada eran las mismas personas: Aquellos con las piedras en las manos y la condena en el corazón. Ahora sus ojos se cruzan con los de un hombre que "ve" en ella no un objeto de placer ni un blanco para las piedras de una sentencia cruel. Es necesario que, cada mañana, purifiquemos nuestra mirada. Se trata, en efecto, de: -Desvincularla de todo instinto de posesión. -Desarmarla de los elementos de hostilidad, agresividad, malignidad, dureza y condenación.-Rejuvenecerla, restituyendo la capacidad de sorpresa y de maravilla que hace nuevas las cosas y las personas y las devuelve el gusto del descubrimiento del otro. -Hacerla atenta al otro, es decir, capaz de ver al otro como yo quisiera ser visto por el otro.
    2. EL Pecado: En la tradición bíblica, el adulterio viene a significar la infidelidad de los componentes del pueblo elegido respecto a su Dios. Sus relaciones son las de un Dios-esposo, lleno de amor, que se desvive por un pueblo que, paradójicamente, se comporta como esposa infiel que paga a sus amantes con los regalos del esposo. De esta imagen matrimonial, central y continua en la Biblia, podemos sacar tanto el modelo de relaciones con Dios, como el concepto profundo de pecadoEn la escena evangélica encontramos a una pobre mujer, que su pecado y los hombres le habían cerrado todas las salidas. Sólo Jesús fue el que le abrió un camino de libertad acogiéndola y depositando esperanza en ella: Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.
      REFLEXIÓN

         Resalta en este día el relato evangélico del perdón a la mujer adúltera. Este texto contrapone dos espíritus y dos actitudes: la de los letrados y fariseos, y la de Cristo. Somos como los letrados y fariseos cuando vivimos para sorprender el pecado de los demás, cuando hacemos preguntas capciosas para comprometer, cuando nos conformamos con ser externos cumplidores de todas las prácticas religiosas, cuando nos constituimos en jueces condenadores de los demás, cuando aplicamos la ley sin descubrir su espíritu. 

         Procedemos igual que ellos si no nos damos cuenta de que estamos cargados de miserias y por lo tanto no podemos juzgar al hermano. En contraposición encontramos la actitud de Cristo, el inocente que no condena a la mujer pecadora y que morirá condenado en la cruz para pagar por nuestros pecados. La mirada y la palabra limpia de Jesús pusieron en pie a una mujer que estaba postrada por tierra. Salva a la mujer no tanto de las piedras cuanto de ella misma, de su pasión descontrolada, de su inmadurez afectiva.

      El Legislador Más Honesto del Mundo 

         Zaleuco de Locris, en el siglo VII A C, fue uno de los primeros legisladores griegos, pero hoy no tendría cabida en la política. Un hijo suyo fue acusado y condenado por un delito de adulterio o robo, según las fuentes, cuya pena era la pérdida de ambos ojos. El pueblo pidió a Zaleuco que lo perdonase. 
        «Perdonaré a medias a mi hijo, ya que no es él el único culpable, y mandaré que le saquen solo un ojo anunció; el otro me lo sacaré yo, pues siendo su padre debí haberlo educado mejor; así se dará cumplimiento a la ley, ya que esta nada dice sobre qué ojos hay que sacar. 
         Hoy, en la escena de la adúltera, vemos a Jesús en medio de esa “jauría” de acusadores, entendemos muy bien lo que señaló santo Tomás de Aquino: «La justicia y la misericordia están tan unidas que la una sostiene a la otra. La justicia sin misericordia es crueldad; y la misericordia sin justicia es ruina y destrucción». Dios nos perdona todo, absolutamente todo.

      4° Domingo de Cuaresma, 6 de Marzo 2016, Ciclo C


      San Lucas 15, 1 - 3 . 11 - 32

      " ¡Alegraos, porque he hallado lo que había perdido!"
      1. El Hijo Pródigo: la parábola del "hijo pródigo" es una réplica de Jesús a la crítica de los fariseos. Jesús acoge gustoso a publicanos y pecadores porque son hijos de Dios y quiere atraerlos a él. El pecado es siempre un apartarse de Dios para convertirse a las criaturas, una opción por el mundo con menosprecio de Dios. Lo principal es el insondable amor de Dios que se refleja en la conducta del padre. Es el descubrimiento esencial del penitente que se lanza por el camino de retorno a Dios. Más que la contrición del penitente lo que cuenta y constituye lo esencial de la actitud penitencial, es el amor misericordioso de Dios y su perdón.
      2. La Libertad: epecado es siempre un apartarse de Dios y terminar sirviendo a la criatura; una opción privilegiando el mundo con menosprecio de Dios. No obstante, Dios deja en libertad al hombre para que haga su experiencia. No quiere tener hijos a la fuerza, aún si ellos quieren irse lejos de las entrañas de la familia y del amor. El pecado lleva al hombre al límite de su miseria. Pero entonces es posible que recapacite y vuelva al calor del hogar.
      3. La Miseria y La Misericordia: miseria en el corazón del hombre, misericordia en el corazón de Dios. La inmensa negrura del hombre y la infinita luminosidad de Dios. Dos polos que se atraen, «un abismo llama a otro abismo»: la miseria y la misericordia, la mezquindad y la generosidad, el vacío y la plenitud, la tristeza y la alegría desbordante. Es el camino de la conversión. Porque la conversión es algo más que reconocerse pecador: es emprender el camino que lleva a la vida, a los brazos de Dios.
      REFLEXIÓN

         Se abre la liturgia de este domingo "Laetare" con una invitación a la alegría pascual, aunque aún estemos a la mitad de la Cuaresma. Hoy se proclama una de las parábolas más entrañables y conocidas, la del hijo pródigo. 
         La gran enseñanza del hijo pródigo es su retorno, la conversión auténtica, que tiene los siguientes pasos: 
      • Darse cuenta de que hemos derrochado lo más precioso y vivimos perdidamente; 
      • Recapacitar y soñar la abundancia de la casa paterna; 
      • Examinarse para saber lo que hay que confesar acusándose pecador; 
      • Ponerse en camino, cumplir la penitencia, de desandar nuestros malos pasos; 
      • Confesarse diciendo: "Padre, he pecado...". 
      Como sabemos, la Cuaresma es un tiempo de gracia en la que se invita al gran gesto penitencial de encauzar nuestra vida por los caminos que conducen a un encuentro más personal e íntimo con Dios. Las lecturas de hoy describen ese movimiento como "volver a casa".

      PARA LA VIDA

          Según la revista ”Quote”, los buitres y los chupamirtos vuelan sobre el desierto. La única cosa que los buitres “ven” es carne podrida porque es lo que andan buscando. A los buitres les encanta este tipo de dieta. Pero los chupamirtos ignoran el olor de carne muerta. En vez de esto, ellos buscan las flores llenas de color de las plantas del desierto. Los buitres viven de la vida que era. Ellos viven del pasado, se llenan con lo muerto y con cosas  que ya pasaron. 

         Pero los chupamirtos viven de cosas del presente. Ellos buscan nueva vida. Se llenan de cosas frescas y cosas que tienen vida. Cada pájaro encuentra lo que anda buscando. Así es también con nosotros los cristianos. Las motivaciones del arrepentimiento del hijo menor no son particularmente puras, y la conversión no se produce sino bajo la presión de necesidades vitales, lo que al menos tiene la ventaja de subrayar la magnitud de la gratuidad del perdón paterno. 

         En cuanto al hijo menor, su oración se parece a la del publicano (cf. Lc. 18, 13). De esta forma, el amor gratuito de Dios elabora una nueva alianza que llama a la conversión y se sella en el banquete eucarístico que se manifiesta en el amor de Dios y su perdón misericordioso.

      3° Domingo de Cuaresma, 28 de Febrero 2016, Ciclo C


      San Lucas 13, 1 - 9

      " La Misericordia de Dios"
      1. Despertar a la Conversión: Jesús sabe bien que Dios solo puede cambiar el mundo si nosotros cambiamos. Por eso se esfuerza en despertar en la gente la conversión: "Convertíos y creed en esta Buena Noticia". Ese empeño de Dios en hacer un mundo más humano será posible si respondemos acogiendo su proyecto. Son muchos los que vienen a escucharlo, pero no acaban de abrirse al "Reino de Dios". Jesús va a insistir. En su amor por nosotros nos vive llamando al cambio. No sabemos el día o la hora que nos veamos frente al Padre a rendir cuentas ¿estamos preparados? Un propietario de un terreno tiene plantada una higuera en medio de su viña. Año tras año, viene a buscar fruto en ella y no lo encuentra. Su decisión parece la más sensata: la higuera no da fruto y está ocupando inútilmente un terreno, lo más razonable es cortarla. Pero el encargado de la viña reacciona de manera inesperada. ¿Por qué no dejarla todavía? Él conoce aquella higuera, la ha visto crecer, la ha cuidado, no la quiere ver morir. Él mismo le dedicará más tiempo y más cuidados, a ver si da fruto. Así es Dios con nosotros, lleno de paciencia.
      2. Dad Frutos de Salvación: el mundo de hoy solo vive buscando alegrías pasajeras: dinero, viajes, riquezas,  buscar ser el primero de todos, el mejor, y se olvida que todo tiene un fin. Jesús nos  invita a sostenernos en el amor, la confianza y la solicitud de su cuidado. La higuera queda invitada a dar fruto. ¿Sabrá responder? El relato de Jesús es una parábola abierta, contada para provocar nuestra reacción. ¿Para qué una higuera sin higos? ¿Para qué una vida cristiana estéril y sin creatividad? ¿Para qué un cristianismo sin seguimiento práctico a Cristo? ¿Para qué una Iglesia sin dedicación al reino de Dios? La pregunta de Jesús es inquietante. ¿Para qué una religión, una fe que no cambia nuestros corazones? ¿Para qué un culto sin conversión y una práctica que nos tranquiliza y confirma en nuestro bienestar? ¿Para qué preocuparnos tanto de ocupar un lugar importante en la sociedad, si no introducimos fuerza transformadora con nuestras vidas?
      REFLEXIÓN 

         Es el riesgo más grave que nos amenaza a todos: terminar viviendo una vida estéril. Sin darnos cuenta, vamos reduciendo la vida a lo que nos parece importante y todo lo que nos ofrece para vivir felices, y nos olvidamos de sembrar en nuestro corazón obras que nos lleven al cielo, mirando al que sufre, al enfermo, al que necesita una visita y hacerlo sonreír. No podemos perder nuestros años sin dar fruto. Nos podemos encontrar viviendo sin más horizonte ni proyectos… Lo importante es «sentirse bien» y «mantenerse joven”. 

         Confundimos lo valioso con lo útil, lo bueno con lo que nos apetece, la felicidad con el bienestar. Ya sabemos que eso no es todo. Jesús compara la vida estéril de una persona con una «higuera que no da fruto». ¿Para qué va a ocupar un terreno en balde? La pregunta de Jesús nos cuestiona: ¿Qué sentido tiene vivir ocupando un lugar en el conjunto de la creación si nuestra vida no contribuye a construir un mundo mejor? ¿Qué significa pasar por esta vida sin hacerla un poco más humana?Criar un hijo, construir una familia, cuidar a los padres ancianos, cultivar la amistad o acompañar de cerca a una persona necesitada... no es «desaprovechar la vida», sino vivirla desde su raíz más plena. 

         Busquemos abonar a nuestro diario vivir con obras que hagan felices a los que nos necesitan, porque la verdadera felicidad esta cuando nos desprendemos de algo para hacer felices a quienes lo necesitan aun sabiendo que era nuestra felicidad.

      PARA LA VIDA 

         El niño miraba al abuelo escribir una carta y le preguntó al abuelo si escribía una historia de los dos.
      –Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
      El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial. – ¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
      –Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo. 
      • Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad. 
      • Segundade vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te hará mejor persona. 
      • Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino dela justicia. 
      • Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de llevar lo mejor en tu interior. Finalmente, la ...
      • Quinta: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos. Intenta dejar las mejores marcas.