4° Domingo de Adviento, 23 de Diciembre de 2012



         

San Lucas  1, 39 - 45
 

 Dichosa Tú que has Creído...



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  1. El Saludo de María: hay muchas maneras de «saludar» a las personas. María trae paz, alegría y bendición de Dios. Lucas recordará más tarde Jesús pedía a sus seguidores: en cualquier casa que entréis, decid lo primero: Paz a esta casa. Todo saludo debe llevar la huella de Dios…como María a Isabel.
  2. La Vida: las madres portadoras de vida, son mujeres «bendecidas» por el creador: el fruto de sus vientres es bendito. María es la «bendecida» por excelencia: con ella nos llega Jesús, la gran bendición de Dios al mundo. Isabel termina exclamando: Dichosa tú, que has creído.
  3. La Felicidad: feliz el pueblo donde hay madres creyentes, portadoras de vida, capaces de irradiar paz y alegría. Feliz la Iglesia donde hay mujeres bendecidas por Dios, mujeres felices que creen y transmiten fe y vida a sus hijos. La auténtica alegría no se fabrica desde fuera, brota del interior. En realidad, la alegría emerge cuando aprendemos a vivir en la verdad.
REFLEXIÓN
   Tal vez, la mejor manera de vivir la Navidad sea empezar por pedir a Dios sencillez y simplicidad de corazón que nos permitan descubrir, incluso en esta navidad, un Dios entrañable que sigue estando cerca de todos nosotros aunque no sepamos ni celebrar su venida. El mejor regalo en esta navidad somos nosotros mismos. El niño Dios no quiere regalos, él nos quiere es a nosotros, sus amados.
 
PARA LA VIDA
  Érase una vez un rey generoso y sabio. Trataba a los ricos y a los pobres del mismo modo y era muy bondadoso con los niños. Un año todos sus súbditos decidieron celebrar una gran fiesta en el día de su cumpleaños. Y lo hicieron de manera distinta a los años anteriores. Como trataba a todos por igual decidieron que todos los regalos iban a estar envueltos con papel blanco para que parecieran iguales. Cuando llegó el día todos trajeron sus regalos blancos al rey. Unos eran un puñado de arroz pero envuelto en papel blanco. Otros regalos eran joyas o marfil pero estos también estaban envueltos en papel blanco. Todos parecían iguales y cuando el rey los abrió trató a todos por igual porque sabía que todos llevaban el mismo amor y devoción. Y los que no tenían regalos que ofrecer firmaban en un libro blanco para ofrecerle su tiempo y sus talentos. ¿Ya ha encontrado el regalo perfecto para esta Navidad? ¿Ya ha practicado la elegancia social del regalo? Sus hijos no necesitan un nuevo juguete, le necesitan a usted. Su esposa no necesita el último perfume de Calvin Klein, le necesita a usted. Sus padres ya mayores no necesitan guantes nuevos, necesitan que usted les caliente sus manos con su calor. Dar cosas es fácil, darse uno mismo es lo difícil.
EN ESTA NAVIDAD

Dios está en ti sosteniendo tu fragilidad y haciéndote vivir. No es como las personas que te quieren desde fuera. Dios está en tu mismo ser. Dios se ha hecho hombre”. Ya nunca estarás sólo. Nadie está solo. En todos nosotros está Dios. En esta Navidad Puedes celebrar, puedes gozar con los tuyos y ser más generoso con los que sufren y viven tristes. Doy gracias a Dios, a todos ustedes y a sus familias por compartir y celebrar cada eucaristía en el amor de Dios que nace para nuestra felicidad.

“FELIZ NAVIDAD A LAS FAMILIAS, 
A LOS NIÑOS, A LOS JOVENES Y A CUANTOS VIENEN A ESTA CAPILLA DE SANTA ANA DE CENTRO CHIA”

3° Domingo de Adviento, 16 de Diciembre de 2012

                            

San Lucas  3,
 10 -18
      

 Estad siempre Alegres en El  Señor


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  1. Alegría: esta alegría interior y bondadosa. Es la que deben ver en los cristianos todas las personas con las que convivimos. Una alegría hecha de paz, de perdón, de amor y de verdad. Es “la paz de Dios que llena nuestros corazones, custodia nuestros pensamientos, eleva nuestras almas al Señor y nos conecta en la paz con todos.
  2. Compartir: hay quienes lo tienen todo. Lo más sagrado es abrir nuestro corazón a Dios mirando las necesidades de los que sufren. «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; y el que tenga comida, haga lo mismo».
  3. La Conversión: no podemos negar nuestros pecados. Pero Dios los puede cancelar. El amor de Dios es más fuerte que nuestras debilidades y pecados; el amor de Dios salva a todos. “el Señor se goza y se complace en ti, te ama y se alegra con júbilo como en día de fiesta”. El amor de Dios es más fuerte que nuestras debilidades y pecados; el amor de Dios salva a todos los que, con humildad, se acogen a él.
REFLEXIÓN
   Este Domingo es llamado el domingo de “GAUDETE” = (DE GOZO Y ALEGRÌA). La razón fundamental de esta alegría está en la esperanza de que sea el Señor mismo el que vendrá a liberarnos de nuestros males presentes. La alegría de la navidad, la más auténtica y duradera, surge cuando el hombre sabe que hay un Dios que viene; que está cerca; que nos quiere y que sale a nuestro encuentro para salvarnos.  Adviento es el encuentro del Señor con sus amados… 
PARA LA VIDA
   Juan y Julia vivían en la madrileñísima calle de Alcalá y desde sus balcones se veía el Retiro. Ella tenía cáncer desde hacía más de dos años. Padre, me dijo: muchas cosas buenas he recibido del Señor, una buena familia que me educó, un marido al que me he entregado de lleno y ahí le tiene junto a mi sin dejarme un momento, una posición muy desahogada. Pero el don mayor es esta enfermedad que Él me ha enviado y que me hace encontrar la verdadera paz interior.
   Y lo malo para mí mismo es que ella continuó: “dígame algo que me ayude a acercarme a Dios. Esta mujer desde su lecho era el centro de sus amigas, que la visitaban con frecuencia por la alegría que se desprendía de ella. Alegrías inexplicables. “Alegraos siempre en el Señor”, nos dice San Pablo desde la cárcel.

2° Domingo de Adviento, 9 de Diciembre de 2012

                            

San Lucas  21, 25 - 28 . 34 - 36

      


 Preparad el camino del  Señor


 

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  1. Preparar el Camino:  para abrirle un camino a Dios es necesario descender al fondo de nuestro corazón. Quien no busca a Dios en su interior es difícil que lo encuentre fuera. En nosotros encontraremos miedos, preguntas, deseos, vacíos, pero no importa, Dios está ahí. Él nos ha creado con un corazón que lo buscará hasta que descanse en él.
  2. El Desierto: La Palabra de Dios vino sobre Juan, en el desierto. Sólo en el silencio, despojados de todo, en desierto, se puede escuchar la voz y la llamada de Dios a cambiar el interior. Según Isaías, el «desierto» era el mejor lugar para abrirse a Dios e iniciar la conversión. Oseas dirá que es en el «desierto» donde Dios habla “de corazón a corazón».
  3. La Conversión: el encuentro con Dios acontece cuando a uno le nace desde dentro esta oración: «Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador». Éste es el mejor camino para recuperar la paz y la alegría interior. Despertar la confianza total en este amor puede ser comenzar a vivir de una manera nueva y gozosa con Dios.
  4. Escuchar: La Voz de Dios en lo profundo del corazón y en actitud de humildad. Así lo hizo Juan Bautista: su corazón atento, su silencio y humildad le llevaron a figurar ante los ojos de Dios como el más grande de los profetas. A Dios se le escucha en el silencio, en las entrañas del corazón, en la humildad del pesebre.    

    REFLEXIÓN
       Celebrar la Navidad es celebrar la Buena Noticia de Dios que cumple sus promesas en Jesús hecho niño, hecho hombre para nuestra salvación. La salvación de Dios ya está en medio de nosotros y hemos de estar preparados para acogerla. 
    “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale”
       Entonces “todos verán la salvación de Dios”. A nosotros nos viene esta Palabra hoy, en una época de “desierto espiritual”, de crisis de valores, de falta de fe, y con la misma urgencia de ser anunciada. 
       El estilo de Dios es servirse de personas sencillas, como Juan, para hacer llegar su mensaje a oídos de todos. Hoy todos somos Juan y estamos llamados a anunciar, con nuestro testimonio de vida, la presencia entre nosotros de esa Palabra que es salvadora. Y también a desvelar los signos de la presencia de un Dios que no nos deja de la mano, y menos cuando las cosas se ponen difíciles, como ahora.

    PARA LA VIDA
       En Estados Unidos hay unas letras, un código, para clasificar las películas de cine. Código que los padres conocen y algunos siguen a la hora de orientar a sus hijos. 
       Alguien, con sentido del humor y de la oportunidad, ha aplicado esas mismas letras a los sermones dominicales. 
    • Un sermón "G". Válido para todos los públicos. Es inofensivo, pueril, lleno de generalidades y tópicos. La gente lo describe como "maravilloso". 
    • Un sermón "PG". Para gente madura. Invita al cambio. Es "retador" aunque casi nadie actúa ni cambia. 
    • Un sermón "R". Restringido. Dirigido a los que no tienen miedo a la verdad. Llama a las cosas por su nombre. Se dice que es "controversial y provocador". 
    • Un sermón "X". Sólo para los que pueden aguantar ideas explosivas, sermón bomba.
             1° Domingo de Adviento, 2 de Diciembre de 2012

    San Lucas  21
    , 25 - 28 . 34-36
          
     El Señor se Acerca... ¡Ven Señor, no tardes...!
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    1. Cristo Viene:  en su primera venida; cada Navidad nos lo recuerda. Cristo salvador, misericordioso, nos ofrece todavía la salvación; el Adviento nos prepara para recibirlo. La profecía no se agota en ella, el cumplimiento perfecto se dará al final con la segunda venida y manifestación final.
    2. Preparación Adecuada: recordemos con Pablo, la caridad; caridad a los hermanos y a todos. Así la tuvo Cristo, así la enseña Pablo. La caridad nos une estrechamente a Dios y ella es la entrada al cielo.
    3. Vigilancia: estad atentos, “alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”. Hay que despertar, hay que levantarse, hay que orar. El Señor viene como salvador para los que velan, como juez para los que duermen, como amo y Señor para todos los que ama.
    4. Oración: es necesaria, pues nuestros ojos son débiles y nuestras fuerzas pocas; la oración nos infunde el vigor. Con ella gemimos, deseamos, pedimos, somos fortalecidos, esperamos, amamos, nos santificamos. Urge una necesaria preparación.    

      REFLEXIÓN
         El Adviento se caracteriza por ser un tiempo de esperanza. La espera del nacimiento de Aquél que será Luz y Gloria de las naciones, también de la nuestra, que lo necesita con urgencia.  
         Es tiempo de Esperanza, porque es posible un mundo nuevo. Para que esto sea posible se nos pide una actitud de vigilancia y de atención. No debemos permitir que se embote nuestra mente con las realidades mundanas. 
        Hoy la Palabra de Dios nos alerta para que nos demos cuenta de que Jesús, el Hijo del Hombre, viene a liberarnos de todas nuestras dudas e incertidumbres. Él es nuestra justicia y nuestra salvación. 
      Tenemos por delante una hermosa tarea durante estas cuatro semanas: preparar nuestro interior como si fuera una cuna que va a recibir a Aquél que nos da la vida. El tren de la esperanza va a pasar por delante de nosotros, no lo perdamos, subamos a Él y valoremos todo lo bueno que vamos encontrando en nuestro camino.

      PARA LA VIDA
         Hace tiempo un viajero en una de sus vueltas por el mundo, llegó a una tierra, le llamó la atención la belleza de sus arroyos que cruzaban los campos, los sembrados. No podía creerlo...él venía de un lugar muy distinto. 
         Se fue acercando pero su sorpresa fue mayor cuando tres niños, hermanitos, salieron a recibirlo y lo invitaron a pasar-Los padres de los niños invitaron al viajero a quedarse con ellos unos días. 
         El viajero aprendió muchas cosas, por ejemplo a hornear el pan, trabajar la tierra, ordeñarlas vacas, pero había una de la cual no podía descubrir el significado. Cada día y algunos días en varias ocasiones el papá la mamá y los hermanos se acercaban a una mesita donde habían colocado las figuras de María y José, un burrito marrón y una vaca. Despacito dejaban una pajita entre María y José. 
         Con el correr de los días el colchoncito de pajitas iba aumentando y se hacía más mullido. Cuando le llegó al viajero el  momento de partir ,  la familia le entregó un pan calientito y frutas para el camino, lo abrazaron y lo despidieron. 
         Ya se iba cuando dándose vuelta les dijo:- Una cosa quisiera llevarme de este hermoso momento. Por supuesto le contestaron ¿ Qué más podemos darte para el camino? Y el viajero entonces preguntó- ¿ Por qué iban dejando esas pajitas a los pies de María y José? Ellos sonrieron y el niño más pequeño respondió: cada vez que hacemos algo con amor, buscamos una pajita y la llevamos al pesebre
        Y así vamos preparando para que cuando llegue el niño Jesús, María tenga un lugar para recostarlo. Si amamos poco, el colchón va a ser un colchón delgado y por lo mismo frio. Pero si amamos mucho, Jesús va a estar más cómodo y calientito. 
        El viajero parecía comprenderlo todo. Sintió ganas de quedarse con esa familia hasta la Nochebuena, pero una voz adentro suyo lo invitó a llevar por otros pueblos lo que había conocido tanto de nuevas labores, como de los corazones sencillos tan llenos de amor, como los de esa familia……

      34° Domingo Solemnidad de Cristo Rey, 25 de Noviembre de 2012

       
      San Juan 18, 33b - 37
            
       


       Reine Jesús por Siempre"



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      1. El Rey:  Jesús es Rey-pastor. Cristo es el alfa y omega de los tiempos, Señor de la Historia. Pero sobre todo, porque su señorío es el de quien libera de toda forma de opresión y sumisión, que nos da la libertad del Espíritu, que nos devuelve la filiación divina oscurecida por nuestros miedos, debilidades y pecados. Cristo Rey es distinto a los reyes de este “mundo”. Es el Cordero degollado (Ap. 5, 12) quien nos reconcilia con Dios y nos lleva, no de regreso al Paraíso Perdido, sino a la esperanza de una nueva vida, en la que no habrá rodilla que doblar sino ante Dios. Mientras los otros reyes someten, Cristo Rey libera y nos hace ponernos en pie!
      2. El Reino: es la Verdad y ser Rey es ser testigo de la Verdad. Los que quieran pertenecer a este Reino tendrán que estar en la verdad y como el mismo evangelista nos lo dice, Jesús es la Verdad. Sin olvidar que el reino ya está entre nosotros; el reino que no vive en los arrogantes sino en los sencillos; el reino que no vive en los orgullosos sino en los pobres; el reino que no vive en la mentira sino en la verdad; un reino que no vive en la muerte sino en la Vida; un reino que es camino de esperanza y de futuro eterno.
          
        REFLEXIÓN
         
            Hoy termina el año litúrgico con la celebración de la solemnidad Jesucristo, Rey del  universo. Él es la meta y el origen de todo lo que hemos ido celebrando, semana a semana, a lo largo de todo el año. 
           Todos necesitamos una buena palabra. Una palabra que nos sirva de ayuda y de orientación, que nos ayude a comprendernos mejor, una palabra de aliento, de amor y de esperanza. 
           Pues bien, Dios nos da cada día su Palabra por medio de las Sagradas Escrituras. A través de la Escritura la Palabra viva de Dios se dirige a nosotros con su Fuerza y con su Luz. 
           Que este Año Santo de la Fe que estamos iniciando contribuya a colocar a Cristo, de nuevo, en el lugar que le corresponde: el Rey en nuestro corazón, en nuestra mente, en nuestro pensamiento y en nuestra vida.

        PARA LA VIDA
            En un oasis escondido en medio del desierto, se encontraba el viejo Eliahu de rodillas, a un costado de algunas palmeras datileras. Su vecino Hakim se detuvo a abrevar sus camellos y lo vio transpirando, mientras parecía cavar en la arena. - Que tal anciano? le dijo: - Muy bien-contestó Eliahu sin dejar su tarea. - ¿Qué haces aquí, con este calor, y esa pala en las manos? - Siembro dátiles -contestó el viejo. - ¡Dátiles!! -repitió el recién llegado, y cerró los ojos como quien escucha la mayor estupidez- . 
           El calor te ha dañado el cerebro, querido amigo. Dime, ¿cuántos años tienes? - Ochenta, ... pero eso, ¿qué importa? - Mira, amigo, los datileros tardan más de cincuenta años en crecer y recién después de ser palmeras adultas están en condiciones de dar frutos. 
           Aunque vivas hasta los cien años, difícilmente podrás llegar a cosechar algo de lo que siembras. Deja eso y ven conmigo. - Mira, Hakim, yo comí los dátiles que otro sembró, otro que tampoco soñó con probar esos dátiles. 
           Yo siembro hoy, para que otros puedan comer mañana los dátiles que hoy planto... y aunque solo fuera en honor de aquel desconocido, vale la pena terminar mi tarea.

        33° Domingo del Tiempo Ordinario, 18 de Noviembre de 2012

        San Marcos 13
         , 24 - 32
              


         Cielo y Tierra Pasarán, Mis Palabra no Pasarán

         

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        1. El Fin:  "Nadie sabe el día o la hora..., sólo el Padre". Nada de pánico ante el final. Estamos en las manos de Dios. No caminamos hacia el caos. Podemos confiar en Dios, nuestro Creador y Padre. Lo que Jesús le ha enseñado a sus discípulos durante su vida terrena deben ponerlo en práctica ahora, en el presente histórico. Pero una cosa es cierta: ¡el final, la meta del discipulado es la comunión con el Señor Glorioso! Cielo y tierra pasará, mis palabras no pasarán…
        2. La Esperanza: al  final, está Dios. El Dios creador y revelado en Jesucristo. Un Dios que quiere la vida, la dignidad y la dicha plena del ser humano. Todo queda en sus manos. Él tiene la última palabra. Un día cesarán los llantos y el terror, y reinará la Paz y el Amor. Dios creará «unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habitará la justicia» Esta es la firme Esperanza del cristiano enraizada en la promesa de Cristo: «El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán». 
        3. La Palabra: los que tienen las riendas del mundo pronuncian sus palabras y éstas determinan el curso de la historia, pero son palabras relativas, no tienen consistencia final ante la Palabra de Dios (“que no pasará”) sobre el mundo (“que si pasará”). La Última Palabra la tiene Dios en la venida del Hijo del hombre y esa Palabra es la que determina en última instancia la vida del discípulo.
            
          REFLEXIÓN

              El Evangelio de hoy, nos pone frente a nuestro futuro absoluto. Un futuro quizá desconocido, pero confirmado por la fe; un futuro esperanzador, que aunque no está en nuestras manos, sí está en las manos de Dios. Pero el Evangelio nos pone también en frente de algo que sí está en nuestras manos, en las manos de todos los hombres y de todos los pueblos del mundo: esforzarnos porque este mundo sea la casa de todos en la que todos podamos vivir en paz y ser felices. 
             Jesús quiere que estemos despiertos, que vivamos como hijos de la luz, que vivamos en paz y en armonía. Los cristianos encontramos esta esperanza en Jesucristo y en sus palabras que "no pasarán". "Aprended lo que os enseña la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, sabéis que la primavera está cerca".  

          PARA LA VIDA
             Érase una vez un rey que estaba a punto de morir y mandó llamar a uno de los bufones de la corte para que le divirtiera con sus chistes y su humor. Pero ni sus mejores chistes le arrancaban una sonrisa. "¿Por qué está tan triste, Majestad?". "Porque voy a hacer un largo viaje". "¿Pero si va a hacer un largo viaje, cómo es que no está preparado? No veo maletas, ni ropas, ni caballos". "Ese es el problema. He estado tan ocupado con otras cosas que ahora tengo que enfrentarme solo". 
             "Tenga mi gorro y mis campanillas porque ahora comprendo que usted es más tonto que yo. Va a hacer el viaje más largo de su vida y lo único que se le ocurre es llamarme para divertirle". Al terminar el año litúrgico, el calendario de la Iglesia nos invita a todos, pequeños y grandes, a preparar el viaje más importante de todos: el viaje a los brazos del Padre

          32° Domingo del Tiempo Ordinario, 11 de Noviembre de 2012


          San Marcos 12 , 38 - 44
                

           Amar sin Medida
                   
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          1. Dar lo mejor:  la experiencia humana nos enseña que aquel o aquella que ama de verdad, está dispuesto a darlo todo por aquel a quien ama, está dispuesto incluso a sacrificar la propia vida por el amado. La viuda del Evangelio, al igual que la del Antiguo Testamento, lo da todo, se da a sí misma, y se pone en las manos de Dios, por el bien de los demás.
          2. La Cruz: Jesús nos dará la gran lección haciendo ofrenda de sí mismo en la cruz. Por eso su sacrificio es único y eficaz, nos ha conseguido el perdón definitivo de nuestros pecados. “Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados de todos”. En el fondo, lo que la fe nos pide no es que demos “algo”, sino que nos demos nosotros, que nuestro corazón sea capaz de darlo todo, de entregarse, de ofrecerse con Cristo. 
          3. El Amor: nunca, el mundo, ha estado tan lleno de todo, pero escaso de amor y afecto. El ser humano anda mendigando amor. Un amor sincero y que da paz al corazón, se traduce en compañía y silencio, una visita oportuna a un enfermo o una palabra de aliento al que se encuentra abatido o deprimido.
              
            REFLEXIÓN

               Hace un mes que comenzamos el Año de la Fe, un año especial para crecer en la fe, revisando también nuestras actitudes y comportamientos. Hoy damos una mirada al Evangelio y nos damos cuenta de estas dos mujeres que nos presenta la Palabra de Dios, las dos viudas y pobres, que fueron capaces de darse a sí mismas en aquel pan que cocinó la viuda de Sarepta para el profeta Elías y en los dos reales que la viuda del Evangelio echó en el arca de las ofrendas. 
               Estas mujeres son de admirar, pero también cuestionan, nuestra fe. Dios fue su tesoro y ambas dieron todo lo que tenían para vivir y, por lo tanto, en aquella ofrenda iban sus vidas por completo, sin reservas. Ambas se hicieron ofrenda y para eso hay que tener una confianza muy grande en Dios. Con su gesto nos muestran su gran fe en un Dios que siempre está y estará de parte de los más pobres.  

            PARA LA VIDA
               Un joven, mientras vagaba por el desierto, encontró un manantial de deliciosa agua cristalina. El agua era tan dulce que llenó su cantimplora de cuero a fin de llevarle un poco de ese manantial al anciano de la tribu que había sido su maestro. 
               Después de una caminata de cuatro días, el joven llega a la tribu y le entrega su cantimplora al anciano quien, tras beber un largo sorbo, sonríe cálidamente a su estudiante, colmándolo de elogios y agradecimientos por esa agua tan dulce. 
               El joven regresa a su hogar con un corazón rebosante de dicha. Más tarde, ese mismo día, el anciano permite que uno de sus estudiantes pruebe un poco de agua.  Instantáneamente la escupe, vociferando acerca del pútrido sabor del líquido. 
               Los hechos indicaban que el agua se había puesto rancia debido a la cantimplora de cuero. Sin pensarlo dos veces, el estudiante censura a su maestro: Maestro, el agua estaba nauseabunda. ¿Por qué has aparentado que te gustaba? Y el maestro respondió: “Tú sólo saboreaste el agua, sin embargo, yo saboreé el regalo. El agua no era sino el recipiente de un acto de amor, y nada, nada en este mundo es más dulce que eso”

            31° Domingo del Tiempo Ordinario, 4 de Noviembre de 2012


            San Marcos 12, 28b - 34
                  


             Si no tengo Amor, no soy nada"

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            1. Lo Primero:  Jesús no duda. Lo primero de todo es amar. No hay nada mayor que amar a Dios con todo el corazón y amar a los demás como nos amamos a nosotros mismos. La última palabra la tiene siempre el amor, porque esa fue la primera y última palabra de Dios.  Está claro; el Amor es lo que verdaderamente justifica nuestra existencia: la savia de la vida, el secreto último de nuestra felicidad, la clave de nuestra vida personal y social. San Pablo dirá que si no tengo amor, nada sirve.
            2. El Amor: casi nadie piensa que el amor es algo que hay que ir aprendiendo poco a poco a lo largo de la vida. Para Jesús, el amor es la fuerza que mueve y hace crecer la vida pues nos puede liberar de la soledad y la separación para hacernos entrar en la comunión con Dios y con los otros. Amar exige aprender a perdonar. 
            3. Escuchar: será necesario para poder cumplir lo que Dios nos pide, pero la oración en escucha se hace particularmente importante cuando las “circunstancias” se vuelven especialmente difíciles en nuestro amor a Dios y al prójimo, y requerimos gracias especiales de Sabiduría y Fortaleza del Espíritu Santo.
            4. El Prójimo:Jesús nos manda que amemos al prójimo como a uno mismo, ni más que a uno mismo, ni menos tampoco. De aquí se deduce que nos manda también amarnos a nosotros mismos, pues al fin y al cabo, somos igualmente obra de las manos de Dios y criaturas suyas, amadas por Él. Si tenemos como regla de vida el amor a Dios y al prójimo «No estaremos lejos del Reino de Dios». Amor a Dios y al prójimo son las dos caras del único amor de Dios. Él es su fuente y su fin.  
                
              REFLEXIÓN
                 Jesús nos manda Amar con el corazón, el alma y la mente, es decir, compromiso asumido por todo mi ser. Yo entero, inteligente y libre, estoy llamado a Amar a Dios y al hermano. 
                 Dios es maravilloso. Nos ha creado a todos distintos: altos o bajos, blancos o negros, listos o un poco faltos… pero a todos nos ha creado con la capacidad de Amar y la necesidad de ser amados. Necesidad y sed de Dios mismo.

              PARA LA VIDA
                  Un padre llegó a casa cansado del trabajo, se sentó en el sofá y se puso a leer el periódico. Su hijo de pocos años no dejaba de importunarle con miles de preguntas. El padre para quitárselo de encima cogió una página del periódico que tenía una gran foto de la tierra, la cortó en trocitos y se la dio a su hijo para que la recompusiera y lo dejara en paz. 
                 Pasaron unos pocos minutos y el hijo volvió con el rompecabezas ya terminado. El padre sorprendido le preguntó cómo lo había armado tan rápido. Había una foto de una mujer en la otra cara y cuando la reconstruí, la tierra también quedó reconstruida, contestó el hijo. 
                 A nosotros nos pasa, a veces, lo mismo. Nos pasamos la vida importunando a Dios y gritándole para atraer su atención y nos olvidamos de que se hace presente en las personas. Cada cara lleva una huella de Dios, es una foto de Dios que hay que recomponer. 
                 Cuando recomponemos nuestras relaciones humanas, recomponemos, al mismo tiempo, el rostro de Dios y se ve más diáfano en el nuestro.

              30° Domingo del Tiempo Ordinario, 28 de Octubre de 2012


              San Marcos 10, 46b - 52
                    

               Señor, que pueda ver

                 Descargar   Homilía del Padre Rector 
              1. La Ceguera:  no es difícil reconocernos en la figura de Bartimeo. Vivimos a veces como «ciegos», sin ojos para mirar la vida como la miraba Jesús. Todos tenemos nuestras cegueras, limitaciones (físicas, intelectuales, psicológicas, morales), o dependencias que nos desvían la mirada hacia el mal y nos marginan de un modo u otro del amor y del bien.
              2. Ver: el ciego Bartimeo demostró ser una persona decidida y arriesgada no sólo para pedir la vista, sino para usar correcta y santamente: mirar al Señor con todo su ser. 
              3. La Fe: los que tenemos fe debemos reconocer sin complejos que llevamos una riqueza que no es nuestra y que hemos de compartir. Somos depositarios de una luz que quiere iluminar a todos. Por medio del testimonio de fe, que se expresa en el amor y en la atención a las necesidades ajenas, Jesús mismo quiere hacerse cercano también a esta forma de marginación y, dirigiéndose a cada uno, preguntarle con solicitud: « ¿Qué quieres que haga por ti?».
              4. El Camino: en el camino de nuestra vida Jesús se deja encontrar. Si sentimos que, de un modo u otro, Jesús ya nos ha tocado y curado, si estamos ya en camino, Bartimeo nos invita a examinar e imitar la calidad de nuestro seguimiento Puede ser que, como algunos apóstoles, estemos todavía ciegos para ciertos aspectos del mensaje evangélico. Ver al Señor, primero con los ojos del alma, de la fe.  
                  
                REFLEXIÓN
                   En la recuperación de la vista de Bartimeo se explica la fuerza salvífica de la fe. La fe que lo ha “salvado” tiene siete características: es una fe que
                (1) parte del reconocimiento radical de la necesidad de Jesús,
                (2) clama humildemente ayuda,
                (3) va creciendo progresivamente en la relación con Jesús,
                (4) supera los obstáculos,
                (5) impulsa al abandono absoluto en las manos de Jesús,
                (6) clarifica los propios motivos y
                (7) lleva a decisiones radicales y valientes (“arrojar la capa”, “dar un salto”, decidir “ver”) y que se convierte en seguimiento real (dejarse conducir por el Maestro). 

                PARA LA VIDA
                    Érase, una vez, dos monjes que fueron a la ciudad a solucionar unos asuntos del monasterio. Antes de separarse para hacer sus gestiones oraron para mantenerse limpios de corazón y cumplir con fidelidad sus tareas. 
                   Uno de los monjes seducido por una mujer cayó en la tentación y pecó.  Cuando al final del día se encontraron para volver al monasterio, el monje pecador sollozaba de tristeza. 
                   Su compañero le preguntó la razón de su tristeza. Y éste le dijo: cuando estaba en la ciudad caí en la fornicación y ahora tengo que regresar al monasterio sucio y tengo que confesar mi pecado. El otro monje que se había mantenido puro, sintió compasión por su hermano y le dijo: no llores, yo también he caído en el mismo pecado. Levantémonos, vayamos, confesemos nuestro pecado y juntos hagamos penitencia. 
                   Regresaron al monasterio y ambos se confesaron y aunque uno no había pecado hizo oración y penitencia con su hermano como si el pecado hubiera sido suyo. Y Dios perdonó al pecador por el amor de este monje a su hermano. 
                   Así es Jesús. Él que no cometió pecado se hizo pecado con nosotros.