San Lucas 1,1-4; 4,14-21
“La Buena Noticia”
Homilía Padre Rector Luis Guillermo Robayo M.
- El Profeta: Jesús no ha sido ungido con aceite de oliva como se ungía a los reyes. Ha sido "ungido" por el Espíritu de Dios. No viene a gobernar ni a regir. Es profeta de Dios dedicado a liberar la vida. Solo le podremos seguir si aprendemos a vivir con su espíritu profético. Cristo realiza su función profética, no sólo a través de la jerarquía, sino también por medio de los laicos. Él los hace sus testigos y les da el sentido de la fe y la gracia de la palabra. Enseñar a alguien para traerlo a la fe es tarea de todo creyente. Desde el bautismo, todos somos profetas.
- La Buena Noticia:Jesús es la PALABRA con mayúsculas que Dios nos ha dirigido a todos nosotros. Él es la Palabra de Dios hecha carne, hecha vida. Cada vez que nos acercamos a la Palabra, nos acercamos a Jesús, para conocerle mejor, amarle más y seguirle más de cerca. “desconocer la Escritura es desconocer a Cristo”. La Buena Noticia es que Dios es amor…
- La Liberación: Jesucristo vino a liberar al hombre en su totalidad a fin de hacerlo apto para construir "hoy y aquí" el Reino de Dios que El anunció y quiso construir como tarea prioritaria de su vida. La libertad que da Cristo quita, además del pecado, el obstáculo que impide las relaciones de amistad y alianza con Dios. Desde este punto de vista, es una reconciliación.
REFLEXIÓN
Cristo vino a traernos las Buenas Noticias de un Dios que ama a sus hijos. A nosotros nos toca difundirlas en todos los ambientes y situaciones. Al esposo o a la esposa que ya no saben luchar más, al limitado físico, al anciano que empieza a sentirse inútil para todos, al obrero que no es calificado, al sacerdote que flaquea, al hijo que se equivoca procurando estrenar la libertad, hemos de llevar la buena noticia de Jesús, con frases de amor y de esperanza.
En determinados momentos, cada uno de nosotros comprueba que es pobre, que está cautivo, que sufre en la opresión, que lo aqueja una ceguera interior. Jesús habló del "Año de gracia del Señor". Un año se vive en cada minuto. En cada instante en que los hombres de buena voluntad anunciamos las buenas noticias de Jesucristo.
Si no somos pobres de espíritu no somos aptos para el Evangelio, porque de la pobreza sale la humildad y sólo el humilde puede escuchar bien a Dios y sintonizar con él. Jesús se proclama el liberador de los cautivos, y nosotros somos cautivos de muchos males. Somos cautivos de nuestra soberbia. Somos cautivos de nuestro orgullo. Con la fe de Cristo, podemos encontrar la libertad de los hijos de Dios. Jesús también nos da la vista como la dio a tantos ciegos. No la vista exterior sino la vista de la fe, la iluminación interior. Hoy vamos a pedirle al Señor, que la admiración que los primeros oyentes de Jesús sintieron por sus palabras, despierte en nosotros una mayor fe en nuestro Señor.
PARA REFLEXIONAR
Una princesa recibió por su cumpleaños de su prometido un paquete pesado de forma esférica. Impaciente por la curiosidad lo abrió y encontró….una gruesa bala de cañón. Desilusionada y furiosa tiró contra el suelo el negro proyectil de bronce. Al caer a tierra, el caparazón exterior de la esfera se abrió y apareció una bola más pequeña de plata.
La princesa la recogió en seguida. Al darle vueltas en la mana hizo una ligera presión sobre la superficie. La bola de plata de abrió también y apareció un pequeño estuche de oro. Esta vez la princesa abrió el estuche con facilidad. En su interior, sobre una blanda superficie de terciopelo negro, destacaba una magnífica sortija engarzada con espléndidos brillantes, que hacían corona a dos sencillas palabras: “TE AMO”.
Cuando algo en la vida se repite mucho, puede ocurrir que al final ya no tenga ninguna resonancia especial para nosotros, o simplemente pierda la fuerza transformadora original. Eso nos ha pasado a veces con nuestra fe cristiana y con el mensaje del Evangelio: que al final no sabemos qué es lo importante., aquello original y único.
No tengamos miedo: el Espíritu nos acompaña y nos dará palabras adecuadas y nos fortalecerá y nos enviará a ser testigos del verdadero Evangelio de Cristo.