San Juan 14, 1 - 12
“ Yo soy El Camino, La Verdad y La Vida ”
- El Camino: el camino es el mismo Jesús. Ya en la parábola del Buen Pastor, él había dicho: “Yo soy la puerta: si uno entra por mí, estará salvo. Nosotros no podemos salvarnos por nosotros mismos. Hay un único acceso a la salvación: Jesús. La salvación consiste en la unión con Dios gracias al acceso que Jesús nos da a esta comunión. Jesús es el único “Camino”, la “Verdad” y la “Vida”. Seguir sus pasos, es tener acceso directo al Reino de los cielos.
- La Verdad: “Él es la Verdad”: significa que sólo por medio de Él se puede conocer el misterio de Dios. Sólo por medio de Jesús, en su realidad de Hijo, se revela que Dios es realmente Padre y vive desde siempre en una íntima comunión y a la par con este Hijo. Jesús es la perfecta revelación del Padre y revela la verdad de Dios.
- La Vida: “Él es la Vida” significa que tenemos la unión con Dios Padre, y por tanto la verdadera vida eterna, sólo a través de la unión con Jesús. Él es la fuente de vida: “Yo he venido para tengan vida y la tengan en abundancia”.
- La Fe: “Creéis en Dios, creed también en mi”. Jesús señala la actitud fundamental con la cual los discípulos deben afrontar la situación de la separación: la confianza. Pero así como uno cree en Dios a quien no ve, Dios es Invisible, así también hay que creer en él en cuanto Señor resucitado. De la misma manera que se cree en el Dios invisible hay que creer en el Resucitado.
REFLEXIÓN
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre: Tal vez es la frase central de todo el texto que estamos leyendo. El camino que anuncia Jesús para tomar es Él mismo. O sea, la aceptación, plena, total, completa del mismo Jesús para seguirlo sin reparos, sin cosas a medias.
Seguir el Camino es entonces encontrar toda la verdad. La única verdad con mayúsculas, es que Él es el Hijo de Dios que se hace hombre para salvarnos a todos los que lo acepten como camino hacia el Padre. Por eso, quien sigue este camino y vive en esta verdad tendrá vida a plenitud. Sin Jesús no es posible llegar al Padre.
Sólo podrán sus discípulos llegar a la casa del Padre si aceptándolo a Él como camino, viviendo en esta verdad, encuentran la vida plena y para siempre. Jesús como camino, verdad y vida, nos invita a seguir esa senda que es Él mismo.
La Eucaristía celebrada entre hermanos es la realización más clara y concreta de ese ser camino, verdad y vida que Jesús es, y, al mismo tiempo, de aceptar esa realidad de Jesús por parte nuestra. Que nosotros nos reunamos aquí para celebrar la memoria de la cena de Jesús con sus amigos el Jueves Santo significa que queremos seguir el camino-Jesús. Esta realidad que ahora celebramos aquí debe ser constante en nuestra vida, no sólo una realidad para vivir un rato el domingo.
PARA LA VIDA
Recién llegado a Nueva York le pregunté a una señora: ¿por favor, dónde está la oficina de correos? Con mucha amabilidad me indicó el camino. Le di las gracias y le dije que viniera a la iglesia el domingo y yo le indicaría el camino que lleva al cielo. No creo que vaya porque si no sabe el camino de la oficina de correos menos conocerá el camino del cielo.
En inglés hay una palabra muy bonita "homesick", es decir, añoranza de la casa, nostalgia de la patria y sacar boleto de regreso al hogar. El evangelio de hoy tiene una nota de nostalgia. El Señor dice a sus apóstoles: me voy a casa, a la casa de mi Padre. Sitio para todos.