16° Domingo del Tiempo Ordinario, 19 de Julio 2015, Ciclo B


San Marcos 6, 30 - 34 

" Amor y Bondad sin Límites "
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  1. Gesto de Amor:  lo primero que destaca el evangelista es la mirada de Jesús. No se irrita porque han interrumpido sus planes. Los mira con compasión y se conmueve. Nunca le molesta la gente. Su corazón intuye la desorientación y el abandono en que se encuentran las gentes de aquellas aldeas. En la Iglesia hemos de aprender a mirar a la gente como la miraba Jesús: captando el sufrimiento, la soledad, el desconcierto o el abandono que sufren muchos hermanos. La compasión no brota de la atención a las normas o el recuerdo de nuestras obligaciones. Se despierta en nosotros cuando miramos atentamente a los que sufren. La mirada Jesús descubre la necesidad más profunda de aquellas gentes: "andan como ovejas sin pastor". La enseñanza que reciben de los maestros y letrados de la ley no les ofrece el alimento que necesitan. Viven sin que nadie cuide realmente de ellas. No tienen un pastor que las guíe y las defienda.
  2. ¿Qué Tiene la Mirada de Jesús?:  es una mirada de amor, de compasión, acogedora, porque descubre que andan perdidos, desorientados. Movido por su compasión, Jesús "se pone a enseñarles con calma". Sin prisas, se dedica pacientemente a enseñarles la Buena Noticia de Dios, su amor y  su entrega. Es una mirada generosa. No piensa en sí mismo. Les comunica la Palabra de Dios, conmovido por la necesidad que tienen de un pastorCómo es mi disponibilidad para ayudar al prójimo, para manifestarle amor?¿Tengo un corazón sensible ante el que sufre? No olvidemos que sólo el servicio al prójimo me acerca a compartir el amor de Dios y su Reino.» 

REFLEXIÓN

“Abrir puertas a la eternidad”

   La bondad que mostraba Jesús no se manifestaba sólo en las palabras, sino también en los gestos y en su manera de relacionarse con la gente. El contenido no está nunca desligado de la persona que lo comunica. Dios acoge, a través de Jesús a todo el que lo busca. La palabra “Venid” también la utiliza hoy, a través de la Iglesia, con todos nosotros, “Venid, seguidme, descansad conmigo”. 
   Pero nos  alejamos, no queremos compromisos, ni guía, ni pastor, si no seguir perdidos porque somos conscientes que si le seguimos, que si nos dejamos llenar por su amor y por su palabra, despertaremos en nosotros la necesidad de compartir, de entregarnos a los más débiles y abandonados. 
   Cuando descubrimos a Jesús en los demás, nuestra visión de la vida cambia, hay  un encuentro personal con el Maestro que nos llena y a partir de ese momento al igual que Jesús, nuestra mirada debe transmitir amor y compasión. Nuestras manos han de abrirse en nombre del Señor y extenderse para que el mundo sea mejor y más humano.
PARA LA VIDA

   Una Psicóloga en una sesión grupal, levantó un vaso de agua. Todos los participantes esperaban la pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío?, sin embargo ella preguntó: ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 gramos y 400 gramos. La psicóloga respondió: 

“El peso absoluto del vaso no es lo más importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo un minuto, no es problema, si lo sostengo una hora me dolerá el brazo, pero si lo sostengo durante todo el día, el brazo se me entumecerá y se paralizará. El peso del vaso no cambia, pero mientras más tiempo lo sujeto más pesado se vuelve. Y continuó: las preocupaciones, son como el vaso de agua, si piensas en ellas un rato no es un problema, si piensas en ellas más tiempo, empieza a doler, pero si piensas en ellas todo el día, terminarás paralizado e incapaz de hacer nada. “Acuérdate de soltar el vaso”. 

   En esta vida todos tenemos  preocupaciones, pero tenemos que acostumbrarnos a “soltar el vaso”. El tempo es para cada uno un tesoro que muchas veces nos paraliza y no sabemos cómo actuar. Todo lo dejamos para después, solo nos encerramos en nuestro círculo del yo. Pero si este tiempo es para mirar mi interior y corregir lo que me hace daño o afecta a los demás, es un tiempo valioso que aprovechamos para vivir en el amor de Jesús.

15° Domingo del Tiempo Ordinario, 12 de Julio 2015, Ciclo B


San Marcos 6, 7 - 13 

Ligeros de Equipaje "
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  1. Tarea Evangelizadora:  la tarea que les encarga Jesús a sus discípulos es muy clara. San Marcos deja ver que solo Jesús es la fuente, el inspirador y el modelo de la acción evangelizadora de sus seguidores.  Son "enviados" de Jesús. No tendrán otros intereses: solo se dedicarán a abrir caminos al reino de Dios. No habrá nueva evangelización si no hay nuevos evangelizadores, y no habrá nuevos evangelizadores si no hay un contacto más vivo, lúcido y apasionado con Jesús. Sin él haremos todo menos introducir su Espíritu en el mundo. Al enviarlos, Jesús no deja a sus discípulos abandonados a sus fuerzas. Les da su "autoridad", que no es un poder para controlar, gobernar o dominar a los demás, sino su fuerza para "expulsar espíritus inmundos", liberando a las gentes de lo que esclaviza, oprime y deshumaniza al ser humano y a la sociedad.
  2. Curar y Liberar:  son tareas prioritarias en la actuación de Jesús, los envía con lo necesario para caminar.  Solo llevarán "bastón, sandalias y una túnica". No necesitan de más para ser testigos de lo esencial. Jesús los quiere ver libres y sin ataduras; siempre disponibles, confiando en la fuerza del Evangelio. Jesús está pensando en un mundo más sano, liberado de las fuerzas malignas que esclavizan y deshumanizan al ser humano. Sus discípulos introducirán entre las gentes su fuerza sanadora. Se abrirán paso en la sociedad, sin ninguna clase de poder o egoísmo, sino humanizando la vida, aliviando el sufrimiento de las gentes, haciendo crecer la libertad y la fraternidad. La gente los debe ver identificados con los últimos. Si se alejan de los pobres, no podrán anunciar la Buena Noticia de Dios a los más necesitados.

REFLEXIÓN

   En el Evangelio de hoy, Jesús toma la iniciativa de enviar a los apóstoles a evangelizar. Se trata de una iniciativa significativa, porque muestra que Jesús quiere colaboradores para su misión. Él podría hacerlo todo por sí mismo. En cuanto Hijo de Dios, tiene capacidad para ello. Sin embargo, ha venido precisamente para compartir nuestra existencia y para compartir con nosotros su misión. 
   Se manifiesta aquí un aspecto del amor de Jesús: Jesús los envía de dos en dos y les da una serie de instrucciones que el evangelista resume en pocas frases. La primera tiene que ver con el espíritu de desprendimiento: los apóstoles no deben tener apego al dinero, a las comodidades, no deben sentir apego por nada. Jesús les dijo que «no llevaran más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero en la faja>>
Esta actitud de completo desprendimiento es muy importante, porque, si una persona siente apego por sus propios intereses, no puede ser en verdad mensajera del amor de Dios. «Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de Dios».

PARA LA VIDA

   "Una vez un niño tenía un carrito a control remoto, que funcionaba con un cable. Después de mucho tiempo  el niño tomó la decisión de arreglar su pequeño auto,  colocando dos pilas cuadradas que le permitirían funcionar sin estar conectado al cable. Antes de salir solo, por primera vez, su dueño le advirtió que debería volver cada noche a recargar las baterías. 

   Y nuestro amiguito partió rumbo al infinito.... ¡Esto era increíble! Por primera vez era libre, sin cables que lo atasen y le limitasen las distancias. ¡Podía ir a donde quisiera!  En la noche, volvió a recargar las baterías. Su dueño se llenó de alegría al verlo volver. Con dulzura le enchufó un cablecito que le colgaba de un costado, a una batería grande, y lo dejó recargando toda la noche.  Y así, día tras día salía a recorrer el mundo, y en la noche volvía a recargar las baterías, enchufándose a la batería más grande. 

   Hasta que un día, se alejó demasiado en su afán por conocer nuevos horizontes, y  no volvió para que el niño cargara sus baterías. A la mañana siguiente se despertó afanado porque era la primera noche que no había vuelto a cargar las baterías. Y fue así como  en pocos días había gastado totalmente sus baterías. El carrito no se dio cuenta, porque de a poquito se había ido muriendo junto con las baterías y ese día, simplemente no despertó, a conocer nuevos horizontes¡¡¡¡¡

14° Domingo del Tiempo Ordinario, 5 de Julio 2015, Ciclo B


San Marcos 6, 1 - 16 

La Fe Comienza por Casa "
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  1. Una Vida Difícil:  Jesús sabe que le espera una vida difícil y conflictiva. Los dirigentes religiosos se le enfrentarán. El relato no deja de ser sorprendente. Jesús fue rechazado precisamente en su propio pueblo, entre aquellos que creían conocerlo mejor que nadie. Llega a Nazaret, acompañado de sus discípulos, y nadie sale a su encuentro, como sucede a veces en otros lugares. Tampoco les presentan a los enfermos de la aldea para que los cure. Su presencia solo despierta en ellos asombro. No saben quién le ha podido enseñar un mensaje tan lleno de sabiduría. Tampoco se explican de dónde proviene la fuerza curadora de sus manos. Lo único que saben es que Jesús un trabajador nacido en una familia de su aldea. Todo lo demás «les resulta escandaloso», por ello es « despreciado»
  2. Rechazo:  al mismo tiempo, Jesús «se extraña de su falta de fe». Es la primera vez que experimenta un rechazo colectivo, no de los dirigentes religiosos, sino de todo su pueblo. No se esperaba esto de los suyos. Su incredulidad llega incluso a bloquear su capacidad de curar: «no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos”. Quedaron sorprendidos por dos cosas: la sabiduría de su corazón y la fuerza curadora de sus manos. Era lo que más atraía a la gente. Jesús  comunicaba y compartía el reino de su Padre y enseñaba a vivir bajo el signo del amor. No era un líder autoritario que imponía su poder, era Jesús de Nazaret  que sanaba al enfermo y aliviaba el sufrimiento, de cada persona que  venía a su encuentro,  liberando a las gentes de lo que esclaviza, oprime y deshumaniza y divide el corazón del ser humano.


REFLEXIÓN


   A Jesús no se le puede entender desde fuera. Hay que entrar en contacto con Él. Dejar que vaya introduciendo poco a poco en nosotros cosas tan decisivas como la alegría de vivir, la compasión o la voluntad de crear un mundo más justo. Dejar que nos enseñe a vivir en la presencia amistosa y cercana de Dios. Cuando uno se acerca a Jesús, no se siente atraído por una doctrina, sino llamado a vivir una experiencia nueva con él. 
   Por otra parte, para experimentar su fuerza salvadora, es necesario dejarnos curar por él: recuperar poco a poco la libertad interior, liberarnos de miedos que nos paralizan, atrevernos a salir de la mediocridad. Jesús sigue hoy «imponiendo sus manos». 
   Sólo se curan quienes creen en él. Si dentro de nosotros hay algo de fe, es el momento de invocar a Dios«Desde lo hondo grito a ti, Señor.» No para pedir cosas ni para encontrar soluciones mágicas a los problemas, sino para orientar nuestro deseo hacia el Único en el que nuestra vida encontrará descanso y salvación.Sin fe, el Señor no podrá darnos el milagro de la conversión.

PARA LA VIDA

   Esta historia de tristeza, amor y fe nos relata la vida de un niño y su madre que solo tenía un ojo pero su pequeño se avergonzaba de ella, un día fue a la escuela y todos los niños se burlaron de él y de su mamita. Fue tanta la ira del niño que decidió marcharse a otro pueblo junto con  su padre. Allí creció y después de años se casó. 

   Su madre se llenó de alegría y decidió ir a saludarlo y conocer sus nietos, al timbrar salieron los niños y muy burlones de esta señora sin un ojo su padre salió y al verla la sacó de su casa. La señora pidió perdón, “me equivoque de timbre” y se marchó. Pasó el tiempo y recibí una carta, era de la escuela para una reunión  familiar. Al cabo de la reunión fui a la casa donde vivíamos por curiosidad. Me informaron los vecinos  que mi madre murió, no derramé ni una sola lágrima.
   Me dejó una carta. Querido hijo pensé mucho en ti. Siento haber ido a Singapur, no fue mi intención asustar a tus hijos, estaba muy contenta al oír que ibas a acudir a esa reunión pero no pude levantarme de la cama para verte. Siento mucho haberte causado vergüenza en tu vida. Sabes?, cuando eras pequeño tuviste un accidente ! Y PERDISTE UN OJO y como madre, no podía dejar que crecieras con un solo ojo, por eso TE DI MI OJO!! Y estuve contenta y orgullosa de que mi hijo podría ver el mundo con mi OJO! El amor lo sacrifica todo.

13° Domingo del Tiempo Ordinario, 28 de Junio 2015, Ciclo B


San Marcos 5, 21 - 24 

Tu fe te ha Curado..., Levántate y Anda "
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  1. Confianza:  en una  mujer que llevaba enferma doce años, Jesús realiza una doble liberación. Por un lado, la curación física completa e inmediata y, al mismo tiempo, la liberación de un estado de subordinación social y religiosa en el que se encontraba obligada a vivir, dada su condición de mujer «impura», según la ley del Antiguo Testamento. El milagro tiene lugar en el mismo momento en el que Jesús plantea una pregunta un poco ilógica: « ¿Quién me ha tocado el manto? Con la fe que esta mujer ha buscado a Jesús para que la cure, y el papá de la niña, impera la humildad y la confianza en el Señor. Humildad manifiesta en el hecho de tocar el manto del Señor y también en la abierta proclamación de la justicia de un Dios que socorre a los humildes sea cual sea su condición. Jesús ha restituido ahora a la mujer no sólo la salud, sino la dignidad de persona y la vuelve portadora de la verdad de Dios. Por la fe de la mujer, la llama “hija”, y la felicita por su gran fe, la cual hizo posible el milagro.
  2. Heridas Secretas:  muchas personas viven entre nosotros experiencias parecidas. Humilladas por heridas secretas que nadie conoce, sin fuerzas para confiar a alguien su «enfermedad», buscan ayuda, paz y consuelo sin saber dónde encontrarlos. Se sienten culpables cuando muchas veces solo son víctimas. El relato unido de los dos episodios encaja, gracias a los elementos comunes que los unen de manera armónica: las destinatarias privilegiadas del beneficio divino son dos figuras femeninas, una mujer enferma y una muchacha muerta;  los años de sufrimiento de la mujer y los años de vida de la muchacha.En la insistencia hay que ver un rasgo de la fe. SALVAR-CURAR.

REFLEXIÓN

“ Curación Que Da Vida ”

   El relato de este Domingo presenta la mujer enferma y la niña muerta. La mujer, con temor se acerca al Señor y a su alrededor hay mucha gente. Ella pensaría: «Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, quedaré curada».  La mujer no quería hacerse notar por Jesús, porque, a causa de sus pérdidas de sangre, estaba considerada «impura» por la ley y se creía que todo lo que ella tocara se volvía impuro. 
   Esta es la razón por la que se limita a tocar a escondidas, pero llena de fe, el manto de Jesús, aprovechando la aglomeración de gente. Esto la hace sentirse culpable, temerosa y temblorosa cuando la descubren. No espera que Jesús le diga: «Hija, tu fe te ha salvado». El verbo «salvar» evoca un bienestar total. En la escena siguiente, Jesús junto a la niña muerta, llama a la muerte con el dulce nombre de «sueño». 
   Él es la Vida y a la orden de su palabra no hay fuerza que pueda oponerse, ni siquiera el poderío de la muerte. De hecho, la muchacha se levanta, camina y come. Son señales claras que Jesús tiene la última palabra. 

 PARA LA VIDA

   La Señora Alisson, una mujer de buenos principios morales, iba todos los días en su auto a misa, ayudando en la sacristía se sentía muy bendecida. Una mañana de regreso a casa un auto  atropelló el suyo y este, girando dio una vuelta dejando la mujer en el pavimento. Una escena de tristeza vivió su familia: había quedado en silla de ruedas, ¿cuánto tiempo? La parte médica no daba un diagnóstico alentador. Fueron años de tristeza. 

   No había alguien que la llevara a la Iglesia, sus piernas no le permitían ayudar en la Iglesia. Sin embargo se comunicaba con el Sacerdote, hombre piadoso y bondadoso que iba todas las tardes a su casa a orar y a llevarle la Santa Comunión. Ella no se cansaba de pedir por su recuperación, daba gracias a Dios porque su accidente había afectado su caminar; pero no su razón para seguir orando por los que lo necesitaban. Había encontrado respuestas a sus dudas y a Dios en su vida en los   momentos felices como también en sus tristezas. 

   Sabía que solo Dios había seguido con ella en su caminar y le daba valor para seguir. Cada día era un amanecer nuevo de luchas y fe por volver a lo que tanto amaba: ayudar al sacerdote en las celebraciones. Una mañana no volvió a ver la luz del día; se encontró “cara a cara” con Jesús disfrutando  de todo su amor y caminando  por el cielo: su nuevo hogar.