21° Domingo del Tiempo Ordinario, 23 de Agosto 2015, Ciclo B


San Juan 6, 60 - 69 

" Señor, ¿ A Quién Iremos? "
  1. Palabras de Espíritu y Vida:  Los que se quedan, lo han de hacer por Jesús. Sólo por Jesús. Se comprometen o no se comprometen con Él. El único motivo para permanecer en su grupo es Él.  Por muy dolorosa que nos parezca, la crisis actual será positiva si los que nos quedamos en la Iglesia, muchos o pocos, nos vamos convirtiendo en sus discípulo, es decir, quienes queremos vivir de sus palabras de vida. "Señor, ¿a quién vamos a acudir?". Hay algo que Pedro no olvida: "Tú tienes palabras de vida eterna". Junto a Él han descubierto la vida de otra manera. Su mensaje les ha abierto a la vida eterna. Pedro recuerda la experiencia que vivió con Él, y que lo marcó. Al convivir con Jesús han descubierto que viene del mismo Dios. Desde lejos, a distancia, desde la indiferencia o el desinterés no se puede reconocer el tesoro que encierra en Jesús. Los Doce lo han tratado de cerca. Por eso pueden decir: "Nosotros creemos y sabemos que eres el Hijo de Dios"…Seguirán con Él.
  2. También Vosotros ¿ Queréis Marcharos ? :  El Evangelio dice que«muchos se echaron atrás y no volvieron a ir con Él». En la crisis se revela quiénes son los verdaderos seguidores de Jesús. La opción decisiva siempre es ésa: Los que se echan atrás y quiénes permanecen con Él, identificados con su espíritu y su vida. ¿Quién está a favor y quién está contra Él? El grupo comienza a disminuir. Jesús no se irrita, no pronuncia ningún juicio contra nadie. Sólo hace una pregunta a los que se han quedado junto a Él: «También vosotros queréis marcharos?»Es la pregunta que se nos hace hoy a todos: ¿Qué queremos nosotros? ¿Por qué venimos a estar con Él? ¿Es para seguirlo y confiar al único que tiene palabras de vida eterna?

 REFLEXIÓN

   En la sociedad moderna vivimos acosados por palabras, comunicados, imágenes y noticias de todo tipo. Ya no es posible vivir en silencio. Anuncios, publicidad, discursos y declaraciones invaden nuestro mundo interior, y nos dejamos envolver por las palabras e ideas de un mundo que día a día se olvida de las promesas que Jesús que nos regala, para alejarnos de tanto bullicio que nos atrapa olvidándonos de nosotros mismos. 
   La pregunta que nos hemos de hacer es sencilla: ¿Qué capta la gente en nosotros?, ¿palabras «llenas de espíritu y vida», como eran las de Jesús, o palabras vacías? El fragmento del Evangelio nos presenta una situación muy compleja, de la cual, el mismo Pedro hace su profesión de fe: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros hemos creído y reconocemos que tú eres el Consagrado de Dios». 
   Estamos ante una estupenda profesión de fe, un compromiso de seguir fielmente a Jesús. Ahora bien, muchos no acogieron el discurso de Jesús como el pan de vida; les parecía duro este lenguaje, no comprendían que lo duro no era el discurso sino su escaza oferta de amor. Sólo entenderá su lenguaje quien esté lleno de su amor.

PARA LA VIDA

    Un hombre cada mañana daba un largo paseo alrededor de una hermosa ciudad, mientras caminaba, en sus pensamientos deseaba encontrar a Jesús y preguntarle muchas cosas. De repente  en la calle antes de llegar a su casa vio un niño sentado y con sus manitas estiradas pidiendo un pan para comer. El hombre observó al niño y en su corazón preguntó a Jesús, porqué a través de una personita tan pequeña se puede ver el dolor humano? Puede que al presente no entiendas algunas cosas porque aún no ha llegado el momento de que te revele del todo mi plan, mi propósito. 
   Pese a que no lo entiendas todo, cree y confía, recuerda que mis caminos no son tus caminos. No podrás conocer mi mente esforzándote por entender y analizándolo todo con pensamientos humanos. Yo revelaré mis pensamientos y mis caminos a través de mi Espíritu, a todos aquellos que se muestren receptivos y abiertos, a quienes crean, acepten y deseen escuchar mi voz. Te prometo que si sigues adelante, aunque ni siquiera sepas a ciencia cierta si tendrás fuerzas para aguantar, no fracasarás. 
   Así como el oro se purifica en el horno del refinador, los que pasan por la llama ardiente de las pruebas serán cual oro puro. Si te pongo a prueba, es con el fin de eliminar todas las impurezas que te limitan. Por tanto, no tengas miedo de las dificultades, ellas te sirven para purificarte. Ora y llévalas como yo las llevé en la Cruz, que yo te daré fuerza. Con amor. JESÚS.

20° Domingo del Tiempo Ordinario, 16 de Agosto 2015, Ciclo B

San Lucas 1, 39 - 56 


" Solemnidad de La Asunción de la Virgen María "
Fiesta Patronal Diócesis de Zipaquirá
  1. Madre de la Esperanza:  Cristo ha resucitado. También María ha sido resucitada por DiosAquella mujer que supo acoger como nadie la salvación que se le ofrecía en su propio Hijo, ha alcanzado ya la vida definitiva. La que supo sufrir junto a la cruz la injusticia y el dolor de perder a su Hijo, comparte hoy su vida gloriosa del resucitado y nos invita a caminar por la vida con esperanza. Porque, antes que nada, la asunción de María es una fiesta que confirma nuestra esperanza cristiana: hay salvación para el hombre. Hay una vida definitiva que se ha cumplido ya en Cristo y que se le ha regalado ya a María en plenitud. María es la Madre de nuestra esperanza.Ella es «la perfectamente redimida>> En ella se ha realizado ya de manera eminente y plena lo que esperamos un día vivir también nosotros. Pero, además, María es sobre todo Madre de esperanza para los más pobres y los más crucificados de este mundo. Si María es grande y bienaventurada para siempre es porque Dios es el Dios de los pobres, y ellos caben en el corazón de María.
  2. Bendita entre las Mujeres:  María es la gran creyente. La primera seguidora de Jesús. La mujer que sabe meditar en su corazón los hechos y las palabras de su Hijo. La profetisa que canta al Dios, salvador de los pobres, anunciado por él. La madre fiel que permanece junto a su Hijo perseguido, condenado y ejecutado en la cruz. Testigo de Cristo resucitado, que acoge junto a los discípulos al Espíritu que acompañará siempre a la Iglesia de Jesús.María, la evangelizadora. María ofrece a todos la salvación de Dios que ha acogido en su propio Hijo. Ésa es su gran misión y su servicio. María evangeliza no sólo con sus gestos y palabras, sino porque lleva consigo la persona de Jesús y su Espíritu. Ella es para la Iglesia el mejor modelo de mujer dócil, creyente y obediente a la voluntad de Dios.

 REFLEXIÓN

   En este día de la Asunción de María, vamos a intentar descubrir uno de los rasgos más característicos del amor cristiano, se trata de saber acudir junto a quien puede estar necesitando nuestra presencia. Ese es el primer gesto de María después de acoger con fe la misión de ser madre del Salvador... Hay una manera de amar que debemos recuperar en nuestros días y que consiste en "acompañar al que sufre" a quien se encuentra hundido en la soledad, bloqueado por la depresión, atrapado por la enfermedad o sencillamente vacío de toda alegría y esperanza de vida. 
   María es portadora de salvación: María trae paz, alegría y bendición de Dios, porque es la «bendecida» por excelencia. Feliz el pueblo donde hay madres creyentes, portadoras de vida, capaces de irradiar paz y alegría. Feliz la Iglesia donde hay mujeres «bendecidas» por Dios, mujeres felices que creen y transmiten la fe a sus hijos e hijas. Felices los hogares donde hay madres que enseñen a vivir con amor, humildad y transparencia  la fe, el amor, el respeto
   María es el mejor modelo de esta fe viva y confiada, la mujer que sabe escuchar a Dios en el fondo de su corazón y vive abierta a sus designios de salvación. 

PARA LA VIDA

    Un angelito estaba en el cielo cuando Dios, lo llamó y le encomendó una misión. Con dulce voz le dijo, tendrás que ir a la tierra y nacer como los humanos, serás un pequeño niño y crecerás hasta llegar a ser un hombre. Asustado el angelito, preguntó: pero Señor, ¿cómo haré para vivir tan pequeño e indefenso, quien me cuidará? 
- Entre muchos ángeles escogí uno para ti que te está esperando y te cuidará. 
- Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso me basta para ser feliz…
- No te preocupes, tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz. 
- ¿Cómo entenderé lo que la gente habla si no conozco el idioma de los hombres?
- Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar. 
- ¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo? - Tu ángel juntará tus manitas y te enseñará a orar y podrás hablarme... 
- He oído que en la tierra hay hombres malos, ¿quién me defenderá? - Tu ángel te defenderá a costa de su propia vida. 
- Pero estaré triste ya que no te veré más.- 
   Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado durante todo el tiempo que estés entre los hombres. El angelito ya empieza a escuchar las voces que venían de la Tierra y atemorizado y con lágrimas en los ojos, dijo...Dios mío, dime por lo menos el nombre de ese ángel que me cuidará,... 
“Su nombre no importa tú, le llamarás MAMÁ”

19° Domingo del Tiempo Ordinario, 9 de Agosto 2015, Ciclo B


San Juan 6, 41 - 51 

" Alimento de Eternidad "
Descargar  Homilia del Padre Rector
  1. Cena de Vida Eterna:  Jesús es «pan  bajado del cielo ». No ha de ser confundido con cualquier fuente de vida. En Jesucristo podemos alimentarnos de una fuerza, una luz, una esperanza, un aliento vital que vienen del misterio mismo de Dios, el Creador de la vida. Jesús es «el pan de la vida ». Por eso, precisamente, no es posible encontrarse con él de cualquier manera. Hemos de ir a lo más hondo de nosotros mismos, abrirnos a Dios y «escuchar lo que nos dice el Padre ». Nadie puede sentir verdadera atracción por Jesús, «si no lo atrae el Padre que lo ha enviado». Lo más atractivo de Jesús es su capacidad de dar vida. El que cree en Jesucristo y sabe entrar en contacto con él, conoce una vida diferente, de calidad nueva, una vida que, de alguna manera, pertenece ya al mundo de Dios. Juan, con plena fe acierta a decir que «el que coma de este pan, vivirá para siempre».
  2. Yo Soy el Pan Vivo Bajado del Cielo:  El pan que nos ofrece contiene todas las atenciones que tiene con nosotros. Es el punto de llegada de la acción creadora del Padre, de la obra de reconstrucción llevada a cabo por el Hijo; es pan siempre nuevo por la obra del Espíritu. Ese pan es memorial de una historia infinita de amor: con él también nos sostiene, nos alienta, nos invita a seguir el camino, con el mismo corazón y la misma audacia recordada y encerrada en el pan de vida. La atracción hacia Jesús la produce Dios mismo. El Padre que lo ha enviado al mundo despierta nuestro corazón para que nos acerquemos a Jesús con gozo y confianza, superando dudas y resistencias, La fe y la confianza se despiertan en nosotros cuando nos sentimos atraídos por alguien que nos hace bien y nos ayuda a vivir.

 REFLEXIÓN

   La vida alimentada por la Eucaristía es siempre una vida de misión. Vivimos en un mundo que gime bajo el peso de sus pérdidas: las guerras despiadadas que destruyen pueblos y países, el hambre y la muerte que acaban poblaciones enteras, el crimen y la violencia que ponen en peligro la vida de millones de personas, el cáncer Y muchas enfermedades que devastan los cuerpos de incontables personas. Es la historia de la vida de cada día que llena los periódicos y las pantallas de los medios de comunicación. 
   Realidad que a todos nos consume y parece una tarea imposible de resolver en este mundo, donde el amor,  el temor a Dios y el respeto no  prevalecen en el hombre de hoy. El misterio del amor de Dios consiste en que nuestros corazones ardientes y nuestros oídos receptivos estarán en condiciones de descubrir que aquel a quien habíamos encontrado en la intimidad, continúa revelándose a nosotros, entre los pobres, los enfermos, los hambrientos, los prisioneros, los refugiados y entre todos los que viven en medio del peligro y del miedo. Con Jesús nos sentimos atraídos por lo bueno, lo hermoso, lo noble, lo que hace bien al ser humano y nos aleja de la muerte. 

PARA LA VIDA

   Un niño pregunta a su abuelo: yo intento leer la Biblia,  ¿Por qué necesitamos leer la Biblia? ¿Qué tiene de bueno? El abuelo que escuchaba, mientras echaba carbón en la estufa, respondió: - Querido hijo, toma el canasto de carbón ve al río y tráemelo lleno de agua. El nieto obedeció a su abuelo, aunque toda el agua se perdió antes de que él pudiera volver a la casa. El abuelo se rio  y dijo: - Tendrás que caminar más rápido y lo envió nuevamente al río con el canasto del carbón para hacer un nuevo intento. 

   Esta vez el niño corrió todo lo que pudo, pero de nuevo el canasto estaba vacío antes de que llegara a la casa. Casi sin respiración, le dijo a su abuelo. - Llevar agua en un canasto de carbón es imposible, nunca lo lograré. Si tú quieres que traiga agua iré con otro tipo de recipiente. Pero el anciano dijo: - Es que yo no quiero un recipiente de agua, quiero un canasto de agua.- Tú puedes lograrlo, trata de ir más rápido y lo conseguirás. 

   El anciano salió, para ver lo que hacía su nieto,  - ¡Mira abuelo, es inútil!- ¿Por qué piensas que es inútil? -le preguntó el anciano-. Mira dentro del canasto, ¿no ves algo diferente? El niño miró el canasto y no vio nada especial, pero de pronto se dio cuenta de que en lugar de estar sucio y lleno de restos de carbón, estaba muy limpio.-Hijo, le dijo el abuelo, esto es lo que pasa cuando tu lees la Biblia, tal vez no puedes entender o recordarlo todo, pero a medida que la vas leyendo te limpia por dentro.

18° Domingo del Tiempo Ordinario, 2 de Agosto 2015, Ciclo B


San Juan 6, 24 - 35 

Pan de Eternidad "

Descargar  Homilia del Padre Rector
  1. Alimento de Vida Eterna:  Jesús se presenta como el Pan de vida eterna. Cada uno ha de decidir cómo quiere vivir y cómo quiere morir. Pero, creer en Cristo es alimentar en nosotros una fuerza indestructible, empezar a vivir algo que no terminará con nuestra muerte. Seguir a Jesús es entrar en el misterio de la muerte sostenidos por su fuerza resucitadora. Al escuchar sus palabras, aquellas que la gente de Cafarnaúm le gritan desde lo hondo de su corazón:"Señor, danos siempre de ese pan". Desde nuestra fe vacilante, quizá no nos atrevemos a pedir algo semejante. Tal vez solo nos preocupa la comida de cada día y generalmente, solo la nuestra. A Jesús le preocupa la vida tanto física como espiritual, de todos y de cada uno en particular
  2. ¿ Ceguera Espiritual ?:  todos siguen a Jesús por el pan material, sin comprender el fondo del milagro. Buscan más las ventajas materiales y pasajeras que lo que impulsa más allá de lo externo. Ante esta ceguera espiritual, Jesús proclama la diferencia que existe entre el pan material y el «que da la vida eterna». La muchedumbre no está satisfecha. El milagro de los panes no es suficiente; quieren un signo particular y más visible, el nuevo milagro del maná, para reconocer al profeta de los tiempos mesiánicos. Jesús, en realidad, da verdaderamente el nuevo maná. Él es el gran milagro, porque su alimento es superior al que comieron los padres en el desierto: él da a todos la vida eterna. Pero sólo el que tiene fe puede recibir ese don. El verdadero alimento, el  que el Padre ofrece a los hombres, porque él es «el verdadero pan del cielo». La muchedumbre parece haber comprendido: «Señor, danos siempre de ese pan, Aún “andan lejos de la verdadera fe.  
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre»


 REFLEXIÓN
YO SOY EL PAN DE VIDA

   «Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura, dando vida eterna». «Creer en Jesús» es configurar la vida desde él, convencidos que su Persona y su obra conducen a la vida eterna. Su empeño en despertar esperanza es lo mejor que puede hacer el ser humano. «Creer en Jesús» es vivir y trabajar por algo último y decisivo: esforzarse por un mundo más humano y justo; hacer más real y más creíble la paternidad de Dios; no olvidar a quienes corren el riesgo de ser olvidados por todos. 
   Y hacer todo esto sabiendo que nuestro pequeño compromiso, siempre pobre y limitado, es el trabajo más humano que podemos hacer. Nos vamos haciendo creyentes en la medida en que aprendemos a pensar, sentir, amar, trabajar, sufrir y vivir como Jesús. El evangelio nos invita a «trabajar por un alimento que no perece sino que perdura dando vida eterna». Jesús vino al mundo, se hizo hombre y se entregó por nosotros. Abramos el corazón de par en par y reconozcamos su presencia real en la Eucaristía: sacramento de eternidad.

PARA LA VIDA
         
   Una joven le contó a su mamá que todo le había salido mal. El examen de Matemáticas, fue terrible...Su enamorado decidió terminar con ella. Pero la madre, en aquel momento tan difícil, abrazó a su hija, la llevó a la cocina y empezó a prepararle un delicioso pastel, consiguiendo arrancar una sonrisa del rostro de su hija. 

   Preparó los utensilios e ingredientes que necesitaba, los colocó en la mesa y le preguntó a su hija: -Querida, ¿quieres un pedazo de pastel? -Claro mamá, sabes que me encanta el pastel...-Está bien, respondió la madre. Bebe un poco de ese aceite que está en la cocina. 

   Asustada, la hija respondió: -¿Qué dices? ¡Jamás bebería de ese aceite!-¿Qué tal si te comes un huevo crudo? -¡No mamá, respondió la hija! -¿Quieres comer un poco de harina de trigo o bicarbonato de sodio? -Pero mamá, ¿qué dices? ¡Eso me sentaría mal! La Madre le respondió: -Es cierto, todas esas cosas están crudas, pero cuando las colocamos juntas, en su justa medida, se transforman en un delicioso pastel. 

   Dios trabaja de forma similar. La gente se pregunta: ¿Por qué Dios permite que vivamos momentos difíciles? Y no saben que cuando Él permite que todas esas cosas actúen según su orden perfecto, siempre obran para bien. No necesitas de ingredientes crudos. Déjalo todo en sus manos y sin darte cuenta tu vida cambiará,siempre está a tu lado dispuesto a escucharte, conversar. Alimenta tu vida del mejor de los pasteles. El  Pan Celestial

17° Domingo del Tiempo Ordinario, 26 de Julio 2015, Ciclo B


San Juan 6, 1 - 15 

Dadle Vosotros de Comer… "
    Descargar  Homilia del Padre Rector

  1. Signo de Caridad:  Jesús no solo alimentaba a la gente con la Buena Noticia de Dios, sino que le preocupaba también el hambre de la gente. ¿Cómo alimentar en medio del campo a una muchedumbre numerosa? Los discípulos no encuentran ninguna solución. Felipe dice que no se puede pensar en comprar pan, pues no tienen dinero. Andrés piensa que se podría compartir lo que haya, pero solo un muchacho tiene cinco panes y un par de peces. ¿Qué es eso para tantos? Para Jesús es suficiente. Ese joven, va hacer posible lo que parece imposible pues Jesús le tocó su corazón. Su disponibilidad para compartir todo lo que tiene es el camino para alimentar a aquellas gentes. Jesús hará lo demás. Toma en sus manos los panes del joven, da gracias a Dios y comienza a "repartirlos" entre todos.  Es la comida sencilla de la gente que vive junto al lago: pan de cebada y pescado ahumado. Una comida fraterna servida por Jesús. 
  2. Responsabilidad y Solidaridad:  El milagro de la multiplicación de los panes revela a Jesús como el enviado a alimentar al pueblo, pero encierra también una llamada a aportar lo que cada uno pueda tener, aunque sólo sean cinco panes y dos peces, para alimentarnos todos. Al compartir el pan de la Eucaristía, los primeros cristianos se sentían alimentados por Cristo resucitado y al mismo tiempo, recordando el gesto de Jesús, compartían el pan y sus bienes con los más necesitados. Se sentían hermanos. La escena de la multiplicación de los panes es una invitación a compartir nuestros bienes, aunque solo tengamos «cinco panes» y «un par de peces». El resto lo hace el Señor. Así nos ganamos el reino de Dios: “Venid benditos de mi Padre…porque tuve hambre y me disteis de comer…”

REFLEXIÓN

   En el relato de la multiplicación de los panes es un texto muy trabajado teológicamente, en el que es fácil detectar diversas llamadas para entender a Cristo como fuente y DON de vida. Se comprende mejor la cena eucarística y se vive de manera más responsable la solidaridad con los necesitados. ¿Cómo leer hoy este relato en el horizonte de ese tercio de la humanidad que muere de hambre y de miseria? 

   El relato habla de una muchedumbre necesitada de alimento, en medio de un desierto donde no es posible satisfacer el hambre. Los discípulos presentan «cinco panes y dos peces», símbolo expresivo de la penuria y escasez, aunque habrían podido alimentarse en las aldeas cercanas. Hoy millones de seres humanos viven junto a países ricos donde hay medios suficientes para alimentar a toda la Humanidad. 

   La solución no es ir a buscar alimento, porque quizá no tienen cómo comprarlo. La solución es dar de lo que cada uno tiene. Por eso Jesús los llama a la responsabilidad: «Dadles vosotros de comer» Qué tenemos para dar y hacer por los demás? 

PARA LA VIDA

   Un niño pequeño quería conocer a Dios, por lo que decidió que tenía que salir de su casa en su búsqueda. Así que hizo su maleta con dulces galletas y refrescos y empezó a caminar. Llegó a un parque y decidió hacer una pausa para descansar. Se sentó en un banco cerca de una mujer anciana que estaba contemplando unas hermosas flores. 
   El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Sacó uno de sus refrescos y se dio cuenta que la anciana parecía hambrienta, así que le ofreció una galleta. Ella, agradecida aceptó el dulce y sonrió al niño. Su sonrisa era muy bella, y siguió compartiendo con ella ¡El niño estaba encantado! Al oscurecer, el niño se levantó para irse. 
   Cuando el niño llegó a su casa, su madre estaba sorprendida por la tardanza y por la cara de felicidad de su hijo. Entonces le preguntó: -Hijo, ¿Qué hiciste hoy que te hizo tan feliz? El niño contestó: -No estoy seguro, pero ¡creo que hoy almorcé con Dios!... Finalmente creo que lo encontré, aunque no era como yo esperaba...Y antes de que su madre contestara algo, añadió: -¿Y sabes qué? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que nunca he visto! 
   Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad, regresó a su casa. Su hijo se quedó sorprendido por la expresión de paz en su cara, y preguntó: -Mamá, ¿qué hiciste hoy que te ha puesto tan feliz? La anciana contestó:-¡Comí con Dios en el parque!... Y antes de que su hijo respondiera, añadió:-¿Y sabes? ¡Es más joven ¡de lo que pensaba!