San Juan 6, 24 - 35
" Pan de Eternidad "
- Alimento de Vida Eterna: Jesús se presenta como el Pan de vida eterna. Cada uno ha de decidir cómo quiere vivir y cómo quiere morir. Pero, creer en Cristo es alimentar en nosotros una fuerza indestructible, empezar a vivir algo que no terminará con nuestra muerte. Seguir a Jesús es entrar en el misterio de la muerte sostenidos por su fuerza resucitadora. Al escuchar sus palabras, aquellas que la gente de Cafarnaúm le gritan desde lo hondo de su corazón:"Señor, danos siempre de ese pan". Desde nuestra fe vacilante, quizá no nos atrevemos a pedir algo semejante. Tal vez solo nos preocupa la comida de cada día y generalmente, solo la nuestra. A Jesús le preocupa la vida tanto física como espiritual, de todos y de cada uno en particular.
- ¿ Ceguera Espiritual ?: todos siguen a Jesús por el pan material, sin comprender el fondo del milagro. Buscan más las ventajas materiales y pasajeras que lo que impulsa más allá de lo externo. Ante esta ceguera espiritual, Jesús proclama la diferencia que existe entre el pan material y el «que da la vida eterna». La muchedumbre no está satisfecha. El milagro de los panes no es suficiente; quieren un signo particular y más visible, el nuevo milagro del maná, para reconocer al profeta de los tiempos mesiánicos. Jesús, en realidad, da verdaderamente el nuevo maná. Él es el gran milagro, porque su alimento es superior al que comieron los padres en el desierto: él da a todos la vida eterna. Pero sólo el que tiene fe puede recibir ese don. El verdadero alimento, el que el Padre ofrece a los hombres, porque él es «el verdadero pan del cielo». La muchedumbre parece haber comprendido: «Señor, danos siempre de ese pan, Aún “andan lejos de la verdadera fe.
«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no volverá a tener hambre»
REFLEXIÓN
YO SOY EL PAN DE VIDA
«Trabajad no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura, dando vida eterna». «Creer en Jesús» es configurar la vida desde él, convencidos que su Persona y su obra conducen a la vida eterna. Su empeño en despertar esperanza es lo mejor que puede hacer el ser humano. «Creer en Jesús» es vivir y trabajar por algo último y decisivo: esforzarse por un mundo más humano y justo; hacer más real y más creíble la paternidad de Dios; no olvidar a quienes corren el riesgo de ser olvidados por todos.
Y hacer todo esto sabiendo que nuestro pequeño compromiso, siempre pobre y limitado, es el trabajo más humano que podemos hacer. Nos vamos haciendo creyentes en la medida en que aprendemos a pensar, sentir, amar, trabajar, sufrir y vivir como Jesús. El evangelio nos invita a «trabajar por un alimento que no perece sino que perdura dando vida eterna». Jesús vino al mundo, se hizo hombre y se entregó por nosotros. Abramos el corazón de par en par y reconozcamos su presencia real en la Eucaristía: sacramento de eternidad.
Una joven le contó a su mamá que todo le había salido mal. El examen de Matemáticas, fue terrible...Su enamorado decidió terminar con ella. Pero la madre, en aquel momento tan difícil, abrazó a su hija, la llevó a la cocina y empezó a prepararle un delicioso pastel, consiguiendo arrancar una sonrisa del rostro de su hija.
Preparó los utensilios e ingredientes que necesitaba, los colocó en la mesa y le preguntó a su hija: -Querida, ¿quieres un pedazo de pastel? -Claro mamá, sabes que me encanta el pastel...-Está bien, respondió la madre. Bebe un poco de ese aceite que está en la cocina.
Asustada, la hija respondió: -¿Qué dices? ¡Jamás bebería de ese aceite!-¿Qué tal si te comes un huevo crudo? -¡No mamá, respondió la hija! -¿Quieres comer un poco de harina de trigo o bicarbonato de sodio? -Pero mamá, ¿qué dices? ¡Eso me sentaría mal! La Madre le respondió: -Es cierto, todas esas cosas están crudas, pero cuando las colocamos juntas, en su justa medida, se transforman en un delicioso pastel.
Dios trabaja de forma similar. La gente se pregunta: ¿Por qué Dios permite que vivamos momentos difíciles? Y no saben que cuando Él permite que todas esas cosas actúen según su orden perfecto, siempre obran para bien. No necesitas de ingredientes crudos. Déjalo todo en sus manos y sin darte cuenta tu vida cambiará,siempre está a tu lado dispuesto a escucharte, conversar. Alimenta tu vida del mejor de los pasteles. El Pan Celestial