3° Domingo del Tiempo Ordinario, 23 de Enero de 2011

San Mateo 4, 12-23

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    ( Reino de Dios )

  1. Necesidad de Conversión: el Evangelio hoy nos urge a un cambio interior para con Dios, para con los hombres, para con el mundo en que vivimos. Jesús agrega una motivación: “El Reino de Dios está cerca”. Esta motivación es la Buena Nueva, es decir, la revelación del amor de Dios hacia el hombre. El amor de Dios por nosotros es la motivación perfecta para la conversión.
  2. Seguir a Jesús: todos somos llamados por el Señor para seguirle. Toda vocación (llamado) es siempre para una misión. Jesús llamó a sus discípulos para luego enviarlos a la misión. Hoy nos llama por nuestro propio nombre a extender su amor en lo cotidiano de la vida.
  3. El Reino de Dios: no basta con sentirlo dentro de nosotros. Es necesario sacarlo a la luz en un cambio de vida y de costumbres optando por los valores, las virtudes, el juicio, la responsabilidad social, familiar, académica y dando ayuda a los que la requieran. Así se convierte en realidades concretas: luchar contra el mal, unir el dolor a la cruz, y la tristeza del que sufre ayudarla a llevar, para que se torne en alegría.

REFLEXIÓN

Las palabras de Jesús son muy claras; si no nos convertimos, no tendremos acceso al Reino de los cielos. La conversión es una condición necesaria para entrar en el Reino de Dios. Igualmente, un mundo de personas convertidas a Cristo irradiaría el Reino de Dios. La conversión es la principal tarea de nuestra vida.

Toda nuestra vida debe ser conversión, purificación continua y constante de nuestra mente y de nuestro corazón. Sucede, sin embargo, que la voz del Señor es suave y el llamado que hace a nuestra puerta es también suave. El Señor es gentil, siempre está allí, llamando a nuestra puerta. Porque Él es nuestra luz y nuestra salvación.

ANÉCDOTA

Un párroco se enteró un día de que uno de sus feligreses había decidido no asistir más a la Santa Misa. La razón de este rebelde era que podía comunicarse con Dios en la naturaleza como si estuviera en la iglesia.

Una noche el párroco decidió hacerle una visita. Sentados junto al fuego, los dos hombres hablaron de mil asuntos pero no hablaron de la asistencia a misa.

Al cabo de un rato el párroco cogió las tenazas y sacó una sola brasa del fuego. Y colocó la brillante brasa sobre el suelo. Los dos veían la brasa apagarse poco a poco y convertirse en cenizas, mientras las otras ardían y brillaban y sus llamas bailaban alegres. El párroco permanecía en silencio.

Al cabo de un rato, el feligrés dijo: el próximo domingo estaré en la misa.

“Ser discípulo es dejarse encontrar, es dejarse hacer, no es conquistar sino ser conquistado, es dejar los ídolos para seguir a Jesús, Dios y hombre verdadero ”.

2° Domingo del Tiempo Ordinario, 16 de Enero de 2011

San Juan 1, 29-34


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( Cordero de Dios

)

  1. 1. La Identidad de Jesús: representa el comienzo de un nuevo proceso de liberación para quitar el pecado del mundo. El Cordero de Dios alude al cordero pascual, cuya sangre liberó al pueblo israelita de la muerte y cuya carne fue su alimento. Se anuncia, pues, la muerte de Jesús y la nueva alianza sellada por su sangre.

  2. 2. La Luz: Jesús es la luz que nace de lo alto, Él es el sol resplandeciente, el resplandor de la gloria del Padre, la luz que nos ilumina y que no conoce el ocaso. La bella alegoría de la luz habla de la irrupción de un nuevo tiempo, de una nueva era, de un nuevo reinado, de la instauración del Reino de la luz en medio de las tinieblas, del mal.

    3. El Pecado: es todo aquello que desintegra, esclaviza y hunde al ser humano. Aquello que lo detiene en su crecimiento como persona y lo obliga a llevar una vida apartada y egoísta, llena de miedos y sufrimientos. Aquello que lo empuja a hacer el mal, a destruir la vida o a ser indiferente ante el sufrimiento de su prójimo.

    4. Ser Testigo: El testigo confiesa que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y participa en la comida eucarística en la que se hace memoria de su entrega. Le dice sí a Jesús y a su propuesta de salvación. Participar de su comida pascual implica una apertura total a su Espíritu. El testigo lucha por la causa de Jesús hasta vencer el pecado personal y social.

    REFLEXIÓN

    Recordemos que en cada Eucaristía el presidente de la celebración levanta las especias consagradas y dice: “Éste es Jesucristo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Y todos repetimos: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme”. ¿Reconocemos en nuestra propia vida y le mostramos al mundo que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado?

    PARA MEDITAR

    En primavera una pareja de pequeños pajaritos buscaban un buen sitio para hacer un nido. Volando, llegaron a un monte donde estaban crucificando a un hombre, la pajarita le dijo a su pareja: -No te da pena de ese hombre, mira que corona de espinas le han puesto, me da mucha pena mira como esa espina que tiene en la frente le hace mucho daño como brota su sangre. Voy a quitarle esa espina. -Su pareja le contestó: -Ya se que es triste la situación de ese hombre, pero yo te digo que es mejor que no vayas.

    Pero la pajarita no le hizo caso e intento quitarle la espina, aunque empleaba toda su energía, pero su pequeño piquito le dificultaba el esfuerzo, al final consiguió quitarle la espina al hombre y regreso al lado de su compañero, este le dijo: -Te has llenado el pecho de sangre. -Ella preguntó muy preocupada: -¿Y ahora qué hago?, ¿cómo limpio mi pecho? Su compañero le respondió: -Hay un río más abajo, allí podrás limpiarte las plumas.

    En la orilla del río la pajarita se frotaba el pecho con sus alitas para quitarse la sangre pero cuanto más se daba, el pecho mas rojo se le ponía, la pajarita muy triste se quedo en la orilla sin saber qué hacer. En esos momentos escuchó una voz que venía del cielo: -No debes estar triste por tus buenas acciones, tus actos son bellos a los ojos de Dios y desde este momento serás conocido y te llamaran el petirrojo.

El Bautismo del Señor, 9 de Enero de 2011

San Mateo 3, 13-17

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    ( Bautismo del Señor )

  1. El Bautismo: con el bautismo de Jesús, Dios se une a la marcha peregrina de la humanidad hacia la casa del Padre. Nuestro bautismo nos marca como miembros del Reino de Dios. Nos hace propiedad de Dios. El bautismo nos fortalece con la gracia de Cristo a lo largo de la vida; es el paso a una vida nueva, nos hace hijos de Dios y miembros de la familia de Jesús que es la Iglesia.
  2. La Trinidad: El Espíritu desciende sobre Jesús, el Padre habla al Hijo. En Jesús, los bautizados somos también los amados del Padre, los predilectos de su Hijo, y a quienes guía el Espíritu Santo. Somos fruto de la Trinidad.
  3. El Padre: la voz del cielo es una confirmación de una especial relación entre Jesús y el Padre. La "complacencia" del Padre que Jesús recibe en el Espíritu Santo lo acompañará siempre en el caminar terreno, haciéndolo constantemente consciente del amor gozoso de Aquel que lo ha enviado al mundo.
  4. El Hijo: "Mi Hijo el predilecto, el amado": Y todos los bautizados en el nombre de Jesús, somos, igualmente amados del Padre; hijos en su Hijo y herederos del Reino.
  5. El Espíritu: Jesús sale del agua del río e inmediatamente después, abiertos los cielos, "desciende" el Espíritu y se posa sobre él. A todo bautizado, lo guiará el mismo Espíritu.

REFLEXIÓN

También Jesús como nosotros, está viviendo una fase de paso: el paso de la "vida escondida" a la "pública", nosotros estamos pasando de las fiestas de navidad al trabajo "ordinario". Éste es el tiempo en el que explicar nuestra misión, que consiste en el quehacer cotidiano (a veces arduo y siempre árido) de expresar en la vida la conciencia de que Dios Hijo está con nosotros como hermano y salvador, en el Bautismo.

PARA LA VIDA PRÁCTICA

En algunas tribus de África cuando una mujer está embarazada va al bosque con sus amigas allí oran y meditan hasta oír la canción del niño concebido. Cuando han aprendido la canción la cantan y regresan a la tribu para enseñársela a todos.

Al nacer el niño, todos reunidos, le cantan al niño su canción. Cuando el niño empieza su educación, la adolescencia y cuando se casa le cantan también su canción.

Finalmente cuando está a punto de morir, la familia y amigos reunidos le cantan por última vez su canción. Y si a lo largo de su vida la persona ha cometido un crimen, el individuo es llamado al centro del pueblo y formando un gran círculo a su alrededor le cantan su canción.

La corrección no es castigo, es amor la canción le recuerda quién es. Y cuando uno reconoce su canción ya no vuelve a hacer daño a nadie.

El día del bautismo es el día de nuestra concepción. El día en que Dios nuestro Padre nos cantó su canción: Tú eres mi hijo, el amado, mi predilecto.

La Epifanía del Señor, 2 de Enero de 2011

San Mateo 2, 1-12


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( Epifanía del Señor )


1. Epifanía: esta palabra griega significa “manifestación de Dios en Jesucristo”. De manera misteriosa -por medio de una estrella- Dios se manifiesta a tres reyes, que llegan a Belén para adorar al Rey de reyes, Jesucristo luz del mundo.

2. El Llamado: como a los Tres Reyes, Dios nos llama, nos inspira para que le busquemos, se revela a nosotros en Jesucristo. A veces, inclusive, parece esconderse como se ocultó la estrella. Y nuestra respuesta no puede ser otra que la de los Reyes: buscarlo, seguir sus huellas -sin importar dificultades y obstáculos- postrarnos y adorarlo, ofreciéndole también nuestros presentes: el amor, la oración, el trabajos, la caridad. Servir a los demás es servir y adorar al mismo Señor.

3. Postrarse de Rodillas: como los magos, “postrarnos de rodillas”, abrir los corazones a su divina Luz y manifestarlo a través de nuestras palabras y acciones diarias.


4. El mejor Regalo: los magos ofrecieron al Niño oro, incienso y mirra. Cada uno de nosotros, aunque no somos magos, basta que le ofrezcamos nuestro pobre y humilde corazón. El mejor regalo somos nosotros mismos y hacer de nuestra familia el pesebre donde se hospede el Rey del cielo


REFLEXIÓN

Un mundo con algo que ofrecer a Dios. Cada año los cristianos celebramos la Navidad, la Epifanía. Dios se nos da, pequeño e impotente, sobre un pesebre o en manos de su Madre, María. Se nos da como Salvador, como Amor, como camino de vida, a todos sin excepción.


Aunque no empleamos la palabra "epifanía" no quiere decir que no tengamos pequeñas o grandes manifestaciones de Dios:

  • Una intuición súbita; una epifanía, un grito de alegría.
  • Una epifanía, un paisaje hermoso que nos deleita la vista durante unos minutos; una epifanía, su primer amor.
  • Una epifanía, su primer hijo; una epifanía, su primer fracaso.
  • Una epifanía... Abrir los ojos grandes, ver lo que otros no ven, ser capaces de admirar, de descubrir lo secreto...


PARA APRENDER


Una historia de Etiopía nos presenta a un anciano que, en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos y les dijo: No puedo dividir en tres partes lo que poseo. Os tocaría muy poco. He decidido dar todo lo que tengo, como herencia, al que se muestre más astuto y sagaz. Dicho de otra forma, a mi mejor hijo. Encima de la mesa hay una moneda para cada uno. Tomadla. El que compre con esa moneda algo que pueda llenar toda la casa se quedará con todo. Se fueron.

El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la mitad. El segundo compró sacos de plumas y tampoco la llenó. El tercero -que consiguió la herencia- sólo compró un pequeño objeto. Una vela. Éste esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz.

FELIZ AÑO NUEVO 2.011


Octava de Navidad, 26 de Diciembre de 2010

San Mateo 1, 13-15.19-23

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( La Sagrada Familia )


1. La Sagrada Familia: el mutuo amor de José a María y de ellos a Dios fue la clave de la unión entre ambos y de la santidad del hogar. El amor de los padres hacia el hijo y del hijo hacia los padres, hace de una familia una realidad Sagrada. Cuando Dios está en el centro del hogar, la familia resplandece y la sociedad crece de forma sana y espiritual.

2. Educar a los hijos: nunca ha sido fácil la educación de los hijos, sin embargo hoy parece una tarea más difícil. Los buenos padres, serán el referente para los futuros hogares. Esto exige asumir valores y tener buenas raíces; colocar mucho amor, dedicación, paciencia, entrega y dedicación.

3. Navidad: que la Sagrada Familia, en este tiempo de Navidad, nos haga descubrir el orgullo de ser católicos; la gracia de ser cristianos y la alegría que se siente cuando se cumplen los designios de Dios.

“Señor bendice a las familias de esta comunidad de Santa Ana y concédeles una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo”

PARA REFLEXIONAR

Cuenta la leyenda que una mujer pobre pasaba con un niño en brazos delante de una caverna y escuchó una voz misteriosa que le decía: "Entra y toma todo lo que desees, pero no te olvides de lo principal. Y recuerda que después que salgas, la puerta se cerrará para siempre. Por lo tanto, aprovecha la oportunidad, pero no te olvides de lo principal. La mujer entró en la caverna y encontró muchas riquezas. Fascinada por el oro y por las joyas, puso al niño en el suelo y empezó a juntar todo lo que podía en su delantal. La voz misteriosa habló nuevamente: "Te quedan sólo cinco minutos". Agotados los cinco minutos, la mujer cargada de oro y piedras preciosas, salió de la caverna y la puerta se cerró. Recordó que el niño había quedado dentro y la puerta se había cerrado para siempre. La riqueza duró poco y la desesperación siempre.


“Feliz Navidad y un Venturoso Año Nuevo” les deseo de todo corazón.

P. Luis Guillermo Robayo M. Rector.