2° Domingo del Tiempo Ordinario, 16 de Enero de 2011

San Juan 1, 29-34


Descargar Homilía del Padre Rector
( Cordero de Dios

)

  1. 1. La Identidad de Jesús: representa el comienzo de un nuevo proceso de liberación para quitar el pecado del mundo. El Cordero de Dios alude al cordero pascual, cuya sangre liberó al pueblo israelita de la muerte y cuya carne fue su alimento. Se anuncia, pues, la muerte de Jesús y la nueva alianza sellada por su sangre.

  2. 2. La Luz: Jesús es la luz que nace de lo alto, Él es el sol resplandeciente, el resplandor de la gloria del Padre, la luz que nos ilumina y que no conoce el ocaso. La bella alegoría de la luz habla de la irrupción de un nuevo tiempo, de una nueva era, de un nuevo reinado, de la instauración del Reino de la luz en medio de las tinieblas, del mal.

    3. El Pecado: es todo aquello que desintegra, esclaviza y hunde al ser humano. Aquello que lo detiene en su crecimiento como persona y lo obliga a llevar una vida apartada y egoísta, llena de miedos y sufrimientos. Aquello que lo empuja a hacer el mal, a destruir la vida o a ser indiferente ante el sufrimiento de su prójimo.

    4. Ser Testigo: El testigo confiesa que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y participa en la comida eucarística en la que se hace memoria de su entrega. Le dice sí a Jesús y a su propuesta de salvación. Participar de su comida pascual implica una apertura total a su Espíritu. El testigo lucha por la causa de Jesús hasta vencer el pecado personal y social.

    REFLEXIÓN

    Recordemos que en cada Eucaristía el presidente de la celebración levanta las especias consagradas y dice: “Éste es Jesucristo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Y todos repetimos: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya, bastará para sanarme”. ¿Reconocemos en nuestra propia vida y le mostramos al mundo que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado?

    PARA MEDITAR

    En primavera una pareja de pequeños pajaritos buscaban un buen sitio para hacer un nido. Volando, llegaron a un monte donde estaban crucificando a un hombre, la pajarita le dijo a su pareja: -No te da pena de ese hombre, mira que corona de espinas le han puesto, me da mucha pena mira como esa espina que tiene en la frente le hace mucho daño como brota su sangre. Voy a quitarle esa espina. -Su pareja le contestó: -Ya se que es triste la situación de ese hombre, pero yo te digo que es mejor que no vayas.

    Pero la pajarita no le hizo caso e intento quitarle la espina, aunque empleaba toda su energía, pero su pequeño piquito le dificultaba el esfuerzo, al final consiguió quitarle la espina al hombre y regreso al lado de su compañero, este le dijo: -Te has llenado el pecho de sangre. -Ella preguntó muy preocupada: -¿Y ahora qué hago?, ¿cómo limpio mi pecho? Su compañero le respondió: -Hay un río más abajo, allí podrás limpiarte las plumas.

    En la orilla del río la pajarita se frotaba el pecho con sus alitas para quitarse la sangre pero cuanto más se daba, el pecho mas rojo se le ponía, la pajarita muy triste se quedo en la orilla sin saber qué hacer. En esos momentos escuchó una voz que venía del cielo: -No debes estar triste por tus buenas acciones, tus actos son bellos a los ojos de Dios y desde este momento serás conocido y te llamaran el petirrojo.