San Mateo 13, 24 - 43
"Parábola del Trigo y la Cizaña"
- La Cizaña entre el Trigo: no hay que ignorar en la parábola de la cizaña la presencia del mal en la historia, como lo reconoce Jesús en la presencia del enemigo que siembra la cizaña en el campo. Quiere llamarnos la atención a no buscar con afán, y posiblemente confundir la semilla buena con la semilla mala. Muchas veces dividir la humanidad entre buenos y malos ofreciendo el premio de la salvación para los primeros y la condenación para los segundos, puede ocasionarnos equivocaciones irreparables. Sólo a Dios le corresponde juzgar con su infinita misericordia las acciones que el hombre busca para su salvación o el estar lejos de Reino de los cielos.
- Levadura y Mostaza: dos parábolas con una enseñanza común. Dios realiza cosas admirables sirviéndose de instrumentos y materiales humildes. La puerta de la casa paterna siempre está entre abierta para todos hasta el día definitivo. Y aún más, no se limita a esperar, sino que sale al encuentro, haciéndose débil con los débiles, para conducir a la humanidad hacia la redención plena, la nueva realización del reino fermentando frutos de amor en cada corazón abierto a descubrir la verdadera salvación buscando el reino de los cielos nuestro único y gran anhelo “La vida eterna”.
REFLEXIÓN
San Mateo nos relata tres parábolas con una enseñanza clara para todos, en el campo hay buenos y malos (pero los hombres no están en condiciones de saber quiénes son los buenos y quiénes son los malos). La presencia de la cizaña no constituye una sorpresa. Y, sobre todo, no es señal de fracaso. La Iglesia no es la comunidad de los salvados, de los elegidos, sino el lugar donde podemos salvarnos. La Iglesia no se cierra a nadie.
El reino de Dios es algo que supera a cualquier bien de este mundo. El que lo encuentra tiene que estar dispuesto a renunciar a todo por entrar y mantenerse en él. El Reino debe implicar para el seguidor de Jesús una acción transformadora en la vida cotidiana, que llegue hasta lo más profundo del actuar de cada ser humano, y el llamado permanente a la búsqueda y construcción de un mundo más humano fermentando y creciendo en nuestro día día la Fe.
PARA LA VIDA
Un Padre de familia adinerado, lleva su hijo a pasear por el campo con el firme propósito de que su hijo viera como viven algunas personas pobres. Pasaron un día y una noche completas en la destartalada casita de una familia muy humilde. Al concluir el viaje y de regreso a la casa en su flamante automóvil, el padre le pregunta su hijo: que te pareció? el viaje? Muy bonito papi!! Viste que tan pobre puede ser la gente? insistió el papá. Si, respondió el niño.
Y que aprendiste, hijo? Nuevamente insistió el Padre. Dijo el pequeño, que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina que llega hasta la mitad del jardín, ellos tienen un arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio, ellos tienen las estrellas. El patio de nosotros llega hasta la pared junto a la calle, ellos tienen todo un horizonte de patio. Al terminar el relato, el padre se quedó mudo y su hijo le dice: Gracias papi, por enseñarme lo pobres que somos nosotros y lo felices que son los pobres.