San Marcos 13
, 24 - 32- El Fin: "Nadie sabe el día o la hora..., sólo el Padre". Nada de pánico ante el final. Estamos en las manos de Dios. No caminamos hacia el caos. Podemos confiar en Dios, nuestro Creador y Padre. Lo que Jesús le ha enseñado a sus discípulos durante su vida terrena deben ponerlo en práctica ahora, en el presente histórico. Pero una cosa es cierta: ¡el final, la meta del discipulado es la comunión con el Señor Glorioso! Cielo y tierra pasará, mis palabras no pasarán…
- La Esperanza: al final, está Dios. El Dios creador y revelado en Jesucristo. Un Dios que quiere la vida, la dignidad y la dicha plena del ser humano. Todo queda en sus manos. Él tiene la última palabra. Un día cesarán los llantos y el terror, y reinará la Paz y el Amor. Dios creará «unos cielos nuevos y una tierra nueva en los que habitará la justicia» Esta es la firme Esperanza del cristiano enraizada en la promesa de Cristo: «El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán».
- La Palabra: los que tienen las riendas del mundo pronuncian sus palabras y éstas determinan el curso de la historia, pero son palabras relativas, no tienen consistencia final ante la Palabra de Dios (“que no pasará”) sobre el mundo (“que si pasará”). La Última Palabra la tiene Dios en la venida del Hijo del hombre y esa Palabra es la que determina en última instancia la vida del discípulo.
REFLEXIÓN
El Evangelio de hoy, nos pone frente a nuestro futuro absoluto. Un futuro quizá desconocido, pero confirmado por la fe; un futuro esperanzador, que aunque no está en nuestras manos, sí está en las manos de Dios. Pero el Evangelio nos pone también en frente de algo que sí está en nuestras manos, en las manos de todos los hombres y de todos los pueblos del mundo: esforzarnos porque este mundo sea la casa de todos en la que todos podamos vivir en paz y ser felices.
Jesús quiere que estemos despiertos, que vivamos como hijos de la luz, que vivamos en paz y en armonía. Los cristianos encontramos esta esperanza en Jesucristo y en sus palabras que "no pasarán". "Aprended lo que os enseña la higuera: cuando las ramas se ponen tiernas y brotan las yemas, sabéis que la primavera está cerca".
PARA LA VIDA
Érase una vez un rey que estaba a punto de morir y mandó llamar a uno de los bufones de la corte para que le divirtiera con sus chistes y su humor. Pero ni sus mejores chistes le arrancaban una sonrisa. "¿Por qué está tan triste, Majestad?". "Porque voy a hacer un largo viaje". "¿Pero si va a hacer un largo viaje, cómo es que no está preparado? No veo maletas, ni ropas, ni caballos". "Ese es el problema. He estado tan ocupado con otras cosas que ahora tengo que enfrentarme solo".
"Tenga mi gorro y mis campanillas porque ahora comprendo que usted es más tonto que yo. Va a hacer el viaje más largo de su vida y lo único que se le ocurre es llamarme para divertirle". Al terminar el año litúrgico, el calendario de la Iglesia nos invita a todos, pequeños y grandes, a preparar el viaje más importante de todos: el viaje a los brazos del Padre.