San Marcos 16, 15 - 20
“ La Ascensión del Señor ”
- La Ascensión: ir al cielo no es llegar a un lugar sino entrar para siempre en el imperio del amor de Dios. Por fin, Dios ya no será alguien oculto e inaccesible. Aunque nos parezca increíble, podremos conocer, contemplar, gustar y disfrutar de su ser más íntimo, de su verdad más honda, de su bondad y belleza infinitas. Dios nos enamorará para siempre. Para quien no espera nada al final, los logros, los gozos, los éxitos de la vida son tristes porque se acaban. Para quien cree que esta vida está secretamente abierta a la VIDA DEFINITIVA Y ETERNA, los logros, los trabajos los sufrimientos y gozos son anhelo, anuncio, búsqueda de la Felicidad final.
- Confiar: «Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». Esta fe nos lleva a confiar en la Iglesia: con dificultades y resistencias tal vez; con errores y debilidades siempre seguirá buscando ser fiel al Evangelio. Nos lleva también a confiar en el mundo y en el ser humano: por caminos no siempre claros ni fáciles el reino de Dios seguirá creciendo. Hoy hay más hambre y violencia en el mundo, pero también hay más conciencia porque sea más humano y porque en él, Reine Dios.
- Anunciar: esa es nuestra tarea. Para los cristianos es urgente reunirnos a leer, escuchar y compartir juntos los relatos evangélicos. Lo primero es creer en la fuerza regeneradora del Evangelio. Los relatos evangélicos enseñan a vivir la fe, no por obligación sino por atracción. El Evangelio ha de salir y desplazarse para alcanzar al «mundo entero» y llevar la Buena Noticia a todas las gentes, a «toda la creación».
REFLEXIÓN
En la fiesta de la ascensión del Señor recordamos un episodio muy significativo. Los discípulos quedan con la mirada fija en el cielo donde ha desaparecido el Señor. Entonces se presentan dos varones vestidos de blanco que les dicen:
«Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?»
Probablemente, el relato trata de corregir la actitud pasmada de algunos creyentes. No es el momento de permanecer pasivos mirando al cielo, sino de comprometerse activamente en la construcción del reino de Dios, con la esperanza puesta en el Señor que un día volverá.
Buscar el cielo es reconocer que allá está nuestra meta y que en este mundo, aunque sea bello, todo es pasajero y vano. Al mismo tiempo, es creer que nuestros esfuerzos de crecimiento y búsqueda de una tierra más humana no se perderán en el vacío.
PARA PENSAR
Un muchacho fue a un monasterio. Allí, solicitó presenciar una de las charlas del abad, y obtuvo permiso para ello. Aquella tarde, el abad reflexionó sobre la importancia del trabajo de labranza.
Al final de la charla, el muchacho le comentó a uno de los monjes. -Me he quedado muy impresionado. Pensé que escucharía un sermón iluminado sobre las virtudes y los pecados, y el abad sólo hablaba de tomates, irrigación y cosas por el estilo.
En el lugar de donde vengo, todos creen que Dios es misericordia, que basta con rezar. El monje sonrió y respondió: Aquí nosotros pensamos que Dios ya hizo su parte, y que ahora nos toca a nosotros continuar el proceso.
Viernes 25 de Mayo
- 7:15 a 8:30 pmGRAN CONCIERTO EN HONOR A LAS MADRES( en la Capilla )
- 6:30 pm Santa Misa
- 6:00 pm Rezo del Santo Rosario