San Mateo 5, 13 -16
“ Sal y Luz de la Tierra”
- "Ustedes son la Sal": la sal sirve para preservar los alimentos; es fuente de vida, da sabor a la comida y la preserva. La sal no es egoísta, se diluye, no se ve, es simplemente para los demás. La sal se parece a los lentes en que ambos son pequeños, pero su utilidad es muy grande. Esta es nuestra misión: ser sal, dar el sabor del bien, del servicio, de la generosidad, del evangelio, de la cruz de Cristo y de su resurrección; preservar nuestro ambiente, nuestro barrio, nuestra comunidad para que no se corrompa, para que la vida florezca, para que la paz y la justicia sean para todos, para que la salvación de Cristo llegue a todos, para que el mal y el maligno no triunfen.
- Ustedes son La Luz del mundo: a través del testimonio. Dice Jesús: "Así alumbre la luz de Ustedes, para que vean sus buenas obras, y glorifiquen a su Padre que está en los cielos" El servicio, acompañado del sacrificio, acerca a la gente más a Cristo. La Madre Teresa de Calcuta es un ejemplo perfecto, pero toda comunidad tiene sus santos dedicados a servir silenciosa y poderosamente a los necesitados. Los santos de verdad, son la luz del mundo. Si nos amamos los unos a los otros, nuestro amor se manifestará en obras de caridad. Amar es ser luz de Dios.
REFLEXIÓN
En el Evangelio de hoy, el Señor nos habla de nuestra responsabilidad ante el mundo: Ustedes son la sal de la tierra, Ustedes son la luz del mundo. La mayor preocupación de Jesús es que los cristianos pierdan su sabor y fuerza, que pierdan el entusiasmo de la primera hora.
La sal no puede dejar de salar. Es un absurdo pensar en una sal que no tenga sabor. Serviría sólo para tirarla. Dice Jesús: “Ustedes son la luz del mundo”. Los cristianos estamos para disipar las tinieblas. Debemos ayudar a los hombres para que puedan vivir de verdad. El mundo grita por la luz de la justicia, la verdad y la paz. Nuestro paso por la tierra no es indiferente: ayudamos a otros a encontrar a Cristo o los separamos de Él; enriquecemos o empobrecemos.
Es necesario tener vida interior, trato personal diario con Jesús, conocer cada vez con más su profundidad su doctrina, luchar con empeño por superar los propios defectos. El apostolado nace de un gran amor a Cristo. Nuestras obras deben brillar ante los hombres, para que den Gloria a Dios.
PARA LA VIDA
Una vez había que romper una viga de hierro muy dura. Y dijo el hacha:
- "Yo haré el trabajo". Y comenzó a golpear con fuerza el hierro, pero a cada golpe que daba, su filo se iba dañando hasta que quedó sin nada de él.- "Déjame a mí", dijo la sierra. Y comenzó a trabajar la superficie del hierro hasta que sus dientes se gastaron y se rompieron. Y se dio por vencida.- "Ah", dijo el martillo, "ya sabía yo que no lo iban a conseguir. Mírenme a mí". Y después del primer golpe, el martillo voló por el aire y la viga de hierro seguía igual.- "¿Me dejan intentarlo?", preguntó tímidamente la llama de fuego.- "Ni lo intentes", le contestaron el martillo, la sierra y el hacha. "¿Qué puedes hacer tú?" Pero la llama rodeó el hierro, lo abrazó, lo calentó y no lo dejó hasta que se fundió bajo su influencia poderosa. La persistencia de la pequeña llama rompió la viga de hierro.