30° Domingo del Tiempo Ordinario, 26 de Octubre 2014, Ciclo A


San Mateo 22, 34 - 40 

"Hoy es Posible Amar"
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  1. El Mandamiento mas Grande: "El Amor". “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. El verdadero amor a Dios, síntesis de la Ley, posee un nexo inseparable con el amor al prójimo: «El segundo es semejante a éste: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Una ley de para todos los que creemos en el Padre creador del cielo y dueño de nuestras vidas. Si él nos da amor, deberíamos ser capaces de dar ese mismo amor a nuestros hermanos. La verdad del primer mandamiento depende de cómo se viva el segundo, el amor al prójimo. ¿Y qué es amar al prójimo según la perspectiva de Jesús? Jesús introduce una novedad en el concepto del por qué supera toda barrera: no es sólo el amigo o el consanguíneo, sino también el extraño o extranjero, e incluso el enemigo.
  2. El Amor,  Camino a la Santidad: El prójimo no viene determinado ni definido por un listado de principios generales, sino por el amor concreto que descubre al otro y lo que puede hacer por él. Jesús nos enseña la realización perfecta de este amor concreto con su profunda compasión por cualquier persona necesitada, sana o enferma. En Jesús descubrimos el modelo supremo para hacernos próximos, el amor al prójimo como atención solícita ante las necesidades del otro, como perdón y reconciliación con el enemigo, y como servicio al amigo o al hermano. Dios nos demostró su gran amor al entregar su propio hijo para la salvación del mundo. El hombre es un ser creado para amar. Esto resulta más eficaz. Definir al hombre como un ser que ama y necesita ser amado.
REFLEXIÓN

   Muchos se preguntan. ¿Qué es amar a Dios? ¿Cómo se puede amar a alguien a quien no es posible comprender ni ver? Al  hablar del amor a Dios, los hebreos no pensaban en los sentimientos que pueden nacer en nuestro corazón. La fe en Dios no consiste en un «estado de ánimo». 
   Amar a Dios es sencillamente centrar la vida en Él, vivirlo todo desde su voluntad. Por eso añade Jesús el segundo mandamiento. No es posible amar a Dios y vivir olvidado de gente que sufre y a la que Dios ama tanto. No hay un «espacio sagrado» en el que podamos «entendernos» a solas con Dios, de espaldas a los demás. 
   Un amor a Dios que olvida a sus hijos e hijas es una gran mentira. El amor de Dios les resulta hoy a muchos complicado y difícil de entender. Probablemente, necesitamos en la Iglesia un proceso de concentración en lo esencial para desprendernos. Amar significa comprender, perdonar, respetar, aliviar el sufrimiento del otro, y todo esto no brota siempre espontáneamente. Se necesita atención, esfuerzo, determinación y libertad. (cor.13-1-13)

PARA  LA VIDA

    Un joven que se había ido a la guerra, después de varios meses, se comunica con sus padres telefónicamente diciéndoles: - Todo está bien por aquí y creo que dentro de unas semanas estaré de regreso a casa, pero....tengo que pedirles un favor, conmigo vendrá un soldado amigo mío, que en un enfrentamiento perdió una pierna y un brazo, quisiera saber si están de acuerdo en que viva con nosotros. 
   A esto su madre le contestó: - Hijo, no habría ningún problema si fuese un chico normal, imagínate todo el contratiempo que va a ocasionarnos, ser lisiado, no puede trasladarse por sí mismo, piénsalo bien, tu padre y yo te esperamos a ti con los brazos abiertos. Pasaron varios meses sin que la madre supiera algo más de su hijo, cuando un día les llegó la noticia de que el joven se había suicidado. 
   Llenos de dolor y asombro se trasladaron al lugar donde podían reclamar el cadáver de su hijo y fue más doloroso aun cuando recibieron el cuerpo del joven sin un brazo y una pierna. Los padres entendieron que el amor a las personas no se mide por sus capacidades, talentos, aspecto físico, material, espiritual. Es el sacrificio a los demás el que nos permite experimentar el amor que Dios nos regala en cada amanecer de vida en la ayuda a los demás.

29° Domingo del Tiempo Ordinario, 19 de Octubre 2014, Ciclo A


San Mateo 22, 15 - 21 

"A Dios, Porque Somos Suyos"
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  1. Buscar El Reino de Dios: "A Dios dadle lo que es de Dios y al César lo que es del César". Pocas palabras de Jesús habrán sido tan citadas como éstas. Y ninguna, tal vez, más distorsionada desde intereses muy ajenos a aquel Profeta que vivió totalmente dedicado, no precisamente al Emperador sino a los olvidados, empobrecidos y excluidos por Roma. El episodio está cargado de tensión. Los fariseos se han retirado a planear un ataque decisivo contra Jesús. Para ello envían a «unos discípulos»; no vienen ellos mismos; evitan el encuentro directo con Jesús. Ellos son defensores del orden vigente y no quieren perder su puesto privilegiado en aquella sociedad que Jesús está cuestionando.
  2. Un Mensaje Claro: Jesús no se detiene en las minucias que enfrentan en aquella sociedad a herodianos, saduceos o fariseos sobre los tributos a Roma y su significado: si llevan “la moneda del impuesto” en sus bolsas, que cumplan sus obligaciones. Pero él no vive al servicio del Imperio de Roma, sino abriendo caminos al reino de Dios y su justicia. Por eso, les recuerda algo que nadie le ha preguntado: “Dad a Dios lo que es de Dios”. Es decir, no deis a ningún César lo que solo es de Dios: la vida de sus hijos e hijas. Como ha repetido tantas veces a sus seguidores, los pobres, los pequeños, los pecadores son sus predilectos, el reino de Dios les pertenece a ellos porque en ellos su imagen va grabada. No se ha de sacrificar la vida, la dignidad o la felicidad de las personas a ningún poder. Y, sin duda, nadie puede sacrificar hoy más vidas, ni causar más sufrimiento, hambre y destrucción. Si somos de Dios, aunque debamos pagar los impuestos, valemos más que el impuesto y que el dinero. El verdadero valor nos lo da Aquel que nos  Aquel que nos hizo.

    REFLEXIÓN

       Yo soy el Señor y fuera de mí no hay otro Dios”. Señor Jesús, no permitas que nos engañemos a nosotros mismos adorando a los poderes de este mundo y ayúdanos a ser fieles a la Ley del único Dios. «Dios ama al que da con alegría» La Jornada Mundial de las Misiones por los que no conocen a Jesús, es también un momento para reavivar el deseo y el deber moral de la participación gozosa en la misión de la fe. 
       La ayuda personal es el signo de una oblación de sí mismos, en primer lugar al Señor y luego a los hermanos, porque la propia ofrenda material se convierte en un instrumento de evangelización de la humanidad que se construye sobre el amor de Dios. El discípulo del Señor persevera con alegría cuando está con Él y hace su voluntad; cuando comparte la fe, la esperanza y la caridad evangélica. 
       Dirigimos nuestra oración a María, modelo de evangelización humilde y alegre, para que la Iglesia sea el hogar de muchos, una madre para todos los pueblos y haga posible el nacimiento de un nuevo mundo buscando el amor, caridad y ayuda al necesitado.
    PARA  LA VIDA

        Una familia al regreso de su viaje.  En el jardín de su casa había tres hombres de avanzada edad. Y los invitaron amablemente a que pasaran. “No podemos ser invitados a una casa juntos” dijo con determinación uno de los ancianos, estamos juntos la riqueza, el éxito y el amor, ahora decidan a cuál de nosotros prefiereninvitar. 
       Si ese es el caso invitemos a Riqueza. Así llenaremos nuestra casa con riquezas”“No, no me parece buena idea…exclamó el esposo ¿Por qué no elegimos a Éxito? así seremos admirados por todos. Su hija que escuchaba la conversación desde su habitación exclamó: ¿Por qué no invitamos al Amor? ¿Por qué siempre hay que pensar en las riquezas y el éxito como si el amor no fuera importante para nosotros? “Sí, ella tiene razón” dijo la madre.  “La mujer salió al encuentro de los ancianos ypreguntó: “¿Cuál de ustedes es el Amor? Por favor, pase. “Amor se levantó y comenzó a caminar hacia la casa. Los otros dos también se levantaron y los siguieron. 
       Sorprendida, la mujer miró al Éxito y a la Riqueza y preguntó: “Sí yo solamente invité al Amor ¿Por qué ustedes también vienen? “Los tres ancianos respondieronjuntos: Porque donde hay Amor siempre hay Éxito y Riqueza.

    28° Domingo del Tiempo Ordinario, 12 de Octubre 2014, Ciclo A


    San Mateo 22, 1 - 14 

    "Invitados al Banquete Eterno"
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    1. El Reino de Dios: El Reino de los Cielos es como un rey que celebró las bodas de su hijo y envió a sus siervos a llamar a los invitados a las bodas”.Pero éstos no querían acudir. Así somos, Señor. Tú nos invitas a gozar de tu intimidad divina y nosotros nos quedamos dedicados a lo nuestro. Nos inquieta que tus llamadas nos quiten nuestra alegría, como  si te tuviéramos miedo, ser llamados al gran banquete ofrecido por el Rey. Pero ahora lo mejor es ir a «los cruces de los caminos» por donde pasan tantas gentes errantes, sin tierras ni negocios, a los que nadie ha invitado nunca a nada. Ellos pueden entender mejor que nadie la invitación. Pueden recordarnos la necesidad última que tenemos de Dios. Pueden enseñarnos la esperanza a la que estamos llamados a descansar en Dios.
    2. ¿Quiénes son los Invitados?: muchos son los invitados         pero nosotros con alguna escusa no asistimos, nos hacemos los difíciles. Encontramos oficios más interesantes. Incluso, intentamos apagar la voz de tu llamado recurriendo a la violencia: Pero ellos, sin hacer caso, se marcharon: quien a su campo, quien a su negocio. Los demás echaron mano a los siervos, los maltrataron y los mataron. El banquete ha sido un verdadero fracaso. Quizá el Señor hubiera podido reaccionar olvidándose de compartir su riqueza, de abrir las puertas de su casa a los vecinos. Pero Dios actúa distinto a nosotros. Si bien castiga a los invitados originales, Luego les dijo a sus siervos: «Las bodas están preparadas pero los invitados no eran dignos la gente harta se negó a participar. Así que “marchad a los cruces de los caminos y llamad a las bodas a cuantos encontréis».
    REFLEXIÓN

       Jesús va descubriendo a sus seguidores cómo experimenta a Dios, cómo interpreta la vida desde sus raíces más profundas y cómo responde a los enigmas más recónditos de la condición humana. Quien entra en contacto vivo con sus parábolas comienza a cambiar. Algo "sucede" en nosotros. 
       Dios no es como lo imaginamos. La vida es más grande y misteriosa que nuestra rutina convencional de cada día. Es posible vivir con un horizonte nuevo. Escuchemos el punto de partida de la parábola llamada «Invitación al Banquete». Dios está preparando una fiesta final para todos sus hijos e hijas. A todos quiere ver sentados junto a él, en torno a una misma mesa, disfrutando para siempre de una vida plena. 
       Esta imagen es de las más queridas por Jesús para sugerir el fin de la historia humana. Jesús introduce en el mundo la experiencia de un Dios que nos está invitando a compartir con él una fiesta fraterna en la que culminará lo mejor de nuestros esfuerzos, anhelos y aspiraciones.

    PARA  LA VIDA

        Un poderoso Monarca llamó a un Santo Padre al que todos atribuían poderes curativos, para que le ayudara a disminuir sus dolores de columna. Dios nos ayudará- dijo el hombre santo. Pero antes vamos a entender la razón de estos dolores. Sugiero que Vuestra Majestad se confiese ahora, pues la confesión hace al hombre enfrentar sus problemas, y lo libera de muchas culpas. 
       El monarca un poco molesto, dijo: No quiero hablar de estos temas; necesito a alguien que me cure sin hacer preguntas. El sacerdote salió y volvió meda hora más tarde con otro hombre. Creo que la palabra puede aliviar el dolor, y ayudarme a descubrir el camino acertado para la cura- dijo sin embargo. Usted no desea conversar y no puedo ayudarlo en este reino. 
       Pero le diré a quién necesita: mi amigo es veterinario, y no acostumbra a hablar con sus pacientes. Son muchos los hombres y mujeres que ya no escuchan llamada alguna de Dios. Les basta con responder de sí mismos ante sí mismos. Sin ser, tal vez, muy conscientes de ello, viven una existencia «solitaria», encerrados en un monólogo perpetuo consigo mismos. 
       El riesgo siempre es el mismo: vivir cada día más sordos a toda llamada que pueda transformar de raíz su vida espiritual. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»

    27° Domingo del Tiempo Ordinario, 5 de Octubre 2014, Ciclo A


    San Mateo 21, 33 - 43 

    "Somos La Viña Amada del Señor"
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    1. El Reinado del Mundo: cuando Jesús comienza a hablarles de un señor que plantó una viña y la cuidó con solicitud y cariño especial, se crea un clima de expectación. La «viña» es el pueblo de Israel. Todos conocen el canto del profeta Isaías que habla del amor de Dios por su pueblo con esa bella imagen (Is.5,1-7). Ellos son los responsables de esa "viña" tan querida por Dios. La finalidad de  esta parábola es hacerles comprender  que han estado por debajo de su misión y que su tierra será dada a otro, y, en particular a los pobres.
    2. Exigencia de dar Frutos: lo que nadie se espera es la grave acusación que les va a lanzar Jesús: Dios está decepcionado. Han ido pasando los siglos y no ha logrado recoger de su pueblo amado los frutos de justicia, de solidaridad y de paz que esperaba. Una y otra vez ha ido enviando a sus servidores, los profetas, pero los responsables de la viña los han maltratado sin piedad hasta darles muerte. ¿Qué más puede hacer Dios por su viña? Según el relato, el señor de la viña les manda a su propio hijo pensando: «A mi hijo le tendrán respeto». Pero los viñadores lo matan para quedarse con su herencia. La parábola es transparente. Los dirigentes del Templo se ven obligados a reconocer que el señor ha de confiar su viña a otros viñadores más fieles. Jesús les explica la parábola: «Yo os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos».


      REFLEXIÓN


         Desbordados por una crisis a la que ya no es posible responder con pequeñas reformas, distraídos por discusiones que nos impiden ver lo esencial, sin coraje para escuchar la llamada de Dios a una conversión radical al Evangelio. 
      • ¿Somos ese pueblo nuevo que Jesús quiere, dedicado a producir los frutos del reino o estamos decepcionando a Dios? 
      • ¿Vivimos trabajando por un mundo más humano? 
      • ¿Cómo estamos respondiendo desde el proyecto de Dios a las víctimas de la crisis económica y a los que mueren de hambre y desnutrición en el mundo?
      •  ¿Respetamos al Hijo que Dios que nos ha enviado o queremos librarnos de él y echarlo "fuera de la viña"? 
      • ¿Estamos acogiendo la tarea que Jesús nos ha confiado de humanizar la vida o vivimos distraídos por otros intereses religiosos más secundarios? 
      • ¿Qué hacemos con los hombres y mujeres que Dios nos envía también hoy para recordarnos su amor y su justicia? 
      • ¿Ya no hay entre nosotros profetas de Dios ni testigos de Jesús? ¿Ya no los reconocemos?
      PARA  LA VIDA

          Había una joven que tenía todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo donde le pagaban muy bien, una familia unida. Pero su trabajo consumía mucho tiempo, abandonaba a sus hijos, si surgía algún problema, ella dejaba de lado a su marido… 
         Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después, un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: una flor costosa, de la cual había apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo: “Hija, esta flor te ayudará mucho más de lo que tú te imaginas! Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en cuando,  conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y lindas flores. “La joven la recibió la hermosa flor, pero el  tiempo no le permitía cuidar de ella. 
         Llegaba a casa, miraba la flor y aún estaba ahí, siempre linda y perfumada. Ella pasaba sin prestarle atención hasta que un día, la flor murió. Ella llegó a casa y se llevó un susto! Estaba completamente muerta, sus raíces estaban resecas, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La Joven lloró y le contó a su padre lo que había sucedido y el padre respondió. Imaginé lo que iba ocurrir, y no puedo darte otra flor, porque no existe otra igual a ella, era única, así como la viña de tu familia: “si no la cuidas, se muere como la flor”.

      26° Domingo del Tiempo Ordinario, 28 de Septiembre 2014, Ciclo A


      San Mateo 21, 25 - 28 

      "Que tu  sea un  y que tu NO sea un NO"
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      1. Actitud de Humildad: el primero rechaza al padre con una  negativa tajante:«No quiero». No le da explicación alguna. Sencillamente no desea ir. Sin embargo, más tarde reflexiona, se da cuenta de que está rechazando a su padre y, arrepentido, marcha a la viña. El segundo atiende amablemente la petición de su padre: «Voy, señor». Parece dispuesto a cumplir sus deseos, pero pronto se olvida de lo que ha dicho. No vuelve a pensar en su padre. Todo queda en palabras. No marcha a la viña.
      2. Docilidad y Humildad: la reacción de los jóvenes es completamente opuesta. El primero responde con un brusco y rotundo «No quiero», pero reflexiona y va a trabajar a la viña, El segundo dice un elegante y gentil «Sí, señor», pero no va a la viña. En el primero, las palabras no son satisfactorias, pero la acción es buena. En el otro, las palabras son buenas, pero falta la acción. Evidentemente, lo decisivo no son tanto las palabras cuanto los hechos. Sólo quien responde dócilmente al deseo del padre, cumple su voluntad. Una primera respuesta equivocada no es una decisión definitiva; puede ser rectificada por medio de la conversión y de un comportamiento que responde fielmente a la voluntad del Padre. Cada uno de nosotros debemos estar atentos al llamado de Dios y mostrar ante el Padre una actitud dócil y obediente a su llamado, construyendo un terreno en la viña del señor  sin rechazarlo.
      REFLEXIÓN

         Dios nos hace un llamado ¿Cuándo hoy, mañana o pasado mañana? Estamos dispuestos a decir “SI” o “NO”. Hay que aprovechar este momento que estamos viviendo. Como dice S. Pablo: “hoy es el tiempo favorable, hoy es el día de la salvación. A veces posponemos el trabajar en la viña del Señor. Decimos: voy a ir a Misa o voy a tomar en serio mi vida matrimonial, o voy a dedicar un tiempo diario a la oración personal ante el Santísimo…Las promesas solas o buenas intenciones, no son garantía para hacer la voluntad del Padre. 
         Nos podemos sentir seguros en el cumplimiento de nuestros deberes religiosos y acostumbrarnos a pensar que nosotros no necesitamos convertirnos ni cambiar. Son, muchas veces, los alejados los que nos dan ejemplo. Por eso no podemos sustituir el SI al Señor, por lo que mundo proponga. Lo dijo Jesús: 

      "No todo el que  diga "Señor", "Señor" entrará en el reino de Dios, sino el que haga la voluntad de mi Padre del cielo"

      PARA  LA VIDA

          Un joven a punto de graduarse, contemplaba todos los días el hermoso auto deportivo en una tienda de autos. Sabiendo que su padre podía comprárselo, le dijo que ese auto era todo lo que quería. Como se acercaba el día de su graduación. Su padre le dijo lo orgulloso que se sentía de tener un hijo tan bueno y lo mucho que lo amaba. 
         El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo, el joven abrió la caja y encontró una hermosa Biblia, con cubierta de piel y con su nombre finamente escrito en letras de oro. Devolviendo el regalo a su padre, enojado  se fue de su casa. Pasaron muchos años. Un día decidió visitar a su Padre, era anciano, estaba muy enfermo. No lo había vuelto a ver desde el día de su graduación. Antes de que pudiera partir a verlo, recibió un telegrama donde decía que su padre había muerto y le había heredado todas sus posesiones. 
         Su corazón se llenó pronto de tristeza y arrepentimiento. Y encontró la Biblia que en aquella ocasión su padre le quiso obsequiar. Con lágrimas en los ojos, la abrió y empezó a hojear sus páginas". Mientras leía esas palabras, unas llaves de auto cayeron de la Biblia. Tenía una tarjeta de la agencia de autos donde había visto ese auto deportivo que había deseado tanto. En la tarjeta estaba la fecha de su graduación y las palabras: "TOTALMENTE PAGADO".