4° Domingo de Resurrección, 21 de Abril de 2013


San Juan  
10, 27 - 30
      

 Mis ovejas escuchan mi voz... y me siguen" 

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  1. El Pastor: Cristo Buen Pastor conoce a cada uno de los suyos. Con un conocimiento que es amor y complacencia. Cristo me conoce como soy de verdad. No soy un extraño que camina perdido por el mundo. Cristo me conoce. Conoce mi vida entera, toda mi historia. Más aún, conoce lo que quiere hacer en mí. Conoce mis tristezas y mis alegrías.
  2. Las Ovejasno sólo escuchan su voz, sino que atienden con interés y responden acogiendo la palabra sembrada en el corazón. ¡Qué hermosa definición de lo que es el cristiano! Se trata de estar atento a Cristo, a su voz, a las llamadas que sin cesar, a cada instante, nos dirige directo al corazón.
  3. Los DiscípulosEl Papa, los obispos y los presbíteros, son pastores que tienen como primer deber “anunciar a todos la Buena nueva”. Son lospredicadores del Evangelio que llevan nuevos discípulos a Cristo. Religiosos,maestros y padres de familia están dotados de la hermosa misión de extender su mensaje universal de salvación. 
REFLEXIÓN
   Jesús, Buen Pastor, espera nuestra adhesión a Él. Implica el dejarnos guiar, seducir y regir por su cayado y por su voluntad. Tres huellas, del Buen Pastor, nos pueden ayudar a no alejarnos de El: Palabra – Oración - Eucaristía
  • La PalabraNos ilumina. Nos anima en tiempos de dificultades. Nos rescata de atolladeros en los que, por diversas circunstancias, nos hemos metido. La Palabra del Buen Pastor es siempre segura, certera, suave y a la vez potente.
  • La OraciónNos fortalece: Por la oración, el Buen Pastor se relaciona con cada uno de los miembros de su rebaño. Con la oración, Jesús, nos señala la vía que hemos de escoger para no perdernos en las noches oscuras de la vida.
  • La EucaristíaNos alimenta: sin ella, los amigos de Cristo, nos debilitamos. El cristiano que no vive ni participa de la eucaristía se debilita y corre el riesgo de dejarse llevar u ordenar por lo dictados del mundo. Se alimenta exclusivamente por otros alimentos perecederos que la sociedad ofrece, para darle culto al cuerpo o agradar el paladar, pero en detrimento de la belleza del espíritu o del alma. La Eucaristía es el Pan en los senderos oscuros.

PARA REFLEXIONAR

    Después de una elegante cena en una mansión de Hollywood, un famoso artista entretenía a sus invitados recitando textos de poetas. Al final de la velada aceptó una última petición. 
   Un sacerdote tímido y mayor le preguntó si sabía el salmo 23. Sí, lo conozco pero lo diré con una condición que cuando yo termine lo diga usted también. El sacerdote se asustó pero aceptó. 
   Cuando el actor terminó: "El Señor es mi pastor nada me puede faltar"… los invitados aplaudieron y luego empezó el sacerdote. Éste dijo las mismas palabras pero esta vez no hubo aplausos, sólo un contenido silencio y alguna lágrima en los ojos. 
  El actor saboreó el silencio unos minutos y se levantó. Señores y señoras, dijo, espero hayan comprendido lo que pasó aquí y ahora. Yo conozco las palabras del salmo, pero este sacerdote conoce al pastor. Jesús nos entrega hoy su tarjeta de visita que dice: "Yo soy el buen pastor".

3° Domingo de Resurrección, 14 de Abril de 2013


San Juan  
21, 1 - 19
      

 Sólo el que ama reconoce a Jesús

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  1. Al Amanecer: Siempre se manifiesta Jesús, como dándole comienzo a todo. Si no tenemos abiertos el corazón y los ojos, no le reconoceremos. En cambio, si somos dóciles a las sugerencias que él nos lanza, nos daremos cuenta de que está verdaderamente presente y activo en nuestra vida.
  2. La ComidaJesús Resucitado, de la misma comida que nos proporciona, nos la ofrece preparada sobre el fuego, sobre las brasas del fuego de su sufrimiento. Él nos ha preparado el pan de la Eucaristía sobre el fuego de su pasión, y nos ofrece diariamente este alimento divino.
  3. El Amor La revelación del amor ("agapê") hecha por Cristo en su muerte (Jn 15, 14) tiene de ahora en adelante su institución propia: la Iglesia conducida por Pedro se convierte en el sacramento visible del "agapê" del Salvador. Que el pastor ame a las ovejas como conviene y entonces se le ofrecerá al mundo su divino amor.
  4. La Misiónla misión de la Iglesia, en el mar del mundo, no es otra sino la ser pescadores de todos los hombres sin excepción y llevarlos al puerto seguro de la fe y de la eternidad. Jesús hoy nos invita a esta mesa para que en todas las mesas haya pan y esté Él. Ese ha de ser nuestro testimonio de que creemos en el resucitado en estos tiempos. Que nuestra fe en Jesús resucitado nos lleve a descubrirle.


REFLEXIÓN
   La barca y el trabajo de Pedro, se sostiene por la intervención de Jesús; la red que no se rompe; símbolo que la iglesia no sucumbirá. Pedro deberá cuidar del rebaño que le encomienda Jesús. 
   La pascua nos ofrece la gracia de vivir nuestra propia experiencia de encuentro con el Resucitado. Su presencia quiere obrar maravillas en nosotros, sostenernos. Su influjo quiere ser profundamente eficaz en nuestra vida. 
   La presencia del Resucitado renueva nuestra existencia y la vida de la Iglesia entera. Pascua es el tiempo del gozo profundo, de la alegría desbordante y de la paz del corazón.

PARA REFLEXIONAR

    Cuentan que en un pueblo había un lugar llamado la Casa de los Mil Espejos. Un perrito muy alegre supo de la existencia de esa casa y decidió visitarla. Cuando llegó subió las escaleras con las orejas levantadas y agitando su cola velozmente. 
   Y al entrar, oh sorpresa, se encontró mirando a mil perritos felices con sus colas que se agitaban tan veloces como la suya. Sonrió con una gran sonrisa y fue respondido con mil sonrisas tan amistosas y cálidas como la suya. Al salir se dijo: este es un lugar maravilloso. 
   Volveré aquí muchas veces. Había también un perrito triste y de pocos amigos que decidió visitar la Casa de los Mil Espejos. Subió la escalera con la cabeza baja y cuando entró vio mil perros que le miraban de mal humor. 
   Cuando vio esos perritos tan poco amigos dio un ladrido y se sintió horrorizado cuando mil ladridos furiosos le contestaron. Al salir se dijo: este es un lugar horroroso. Nunca más volveré aquí. Sólo el que ama reconoce a Jesús bajo cualquier forma y en cualquier circunstancia.

2° Domingo de Resurrección, 7 de Abril de 2013



San Juan 20, 19 - 31 
      

 Señor mío y Dios mío

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  1. La Paz: esta paz exige enfrentarnos con nuestra propia verdad y reconciliarnos con nosotros mismos. Las cosas, las personas, el ajetreo de cada día, los problemas que nos envuelven, nos dispersan, nos disgregan y nos distancian de nosotros mismos, de Dios y de los demás. Necesitamos poner cada cosa en su verdadero sitio, dar una unidad más profunda a nuestra vida, aceptar humildemente lo que somos, enraizar nuestra existencia en Dios.
  2. La Fe: el encuentro con Jesús Resucitado fue para los primeros creyentes una llamada a «resucitar» su fe y reanimar toda su vida. Es el encuentro con Jesús Resucitado el que transforma a estos hombres, los reanima, los llena de alegría y paz verdadera, los libera del miedo y la cobardía, les abre horizontes nuevos y los impulsa a una misión. Es el fruto de la novedad y fuerza de la PASCUA.
  3. La Misióncomo el Padre me envió a Mí, así os envío Yo a vosotros. Jesús nos invita a edificar la Iglesia mediante la predicación y la oración. Jesús vive y cada domingo, él  viene a nuestro encuentro. Desde que resucitó de la muerte, todos tenemos un mensaje que decir a nuestros hermanos. Tenemos que ser ventanas por las que otros se asomen a la vida de Dios y reflejemos la fuerza de Cristo vivo.
REFLEXIÓN

    San Juan nos hace compartir la emoción que experimentaron los Apóstoles durante el encuentro con Cristo, después de su resurrección. Nuestra atención se centra en el gesto del Maestro, que transmite a los discípulos temerosos y atónitos la misión de ser ministros de la misericordia divina. 

   Les muestra sus manos y su costado con los signos de su pasión, y les comunica: “Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo” (Jn20, 21).  E inmediatamente después “exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos”" (Jn20, 22-23). 

   Jesús les confía el don de “perdonar los pecados”, un don que brota de las heridas de sus manos, de sus pies y sobre todo de su costado traspasado emana su misericordia. 

PARA REFLEXIONAR

    Érase una vez un sacerdote y un fabricante de jabón que estaban dando un paseo.El fabricante de jabón le dijo: "Padre, ¿para qué sirve la religión? Mire la miseria y las guerras y el sufrimiento que hay en el mundo. Después de tantas oraciones, sermones y enseñanzas todo sigue igual. 
   Si la religión es buena y verdadera, ¿por qué todo sigue igual?" Siguieron caminando y se encontraron con un niño todo sucio. El sacerdote le dijo al fabricante de jabón: "Mire ese niño. Usted dice que el jabón limpia pero ese niño sigue estando sucio. ¿Para qué sirve el jabón?". 
   El fabricante de jabón le contestó: Padre, el jabón no puede evitar la suciedad a no ser que sea usado todos los días." Exacto replicó el sacerdote, exacto.

Domingo de Resurrección, 31 de Marzo de 2013

San Juan  20, 1 - 9
      

 Domingo de Resurrección
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  1. La Resurrección: Cristo ha resucitado. Cristo vive. Aleluya. Esta es la gran noticia. ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado. Dios ha resucitado a Jesús. El rechazado por todos ha sido acogido por Dios. El despreciado ha sido glorificado. El muerto está más vivo que nunca. Ahora sabemos cómo es Dios. Un día él «enjugará todas nuestras lágrimas, y no habrá ya muerte, no habrá gritos ni fatigas. Todo eso habrá pasado». 
  2. La Pascuaestamos alegres, no porque han desaparecido el hambre y las guerras, ni porque han cesado las lágrimas, sino porque sabemos que Dios quiere la vida, la justicia y la felicidad de los desdichados. Y lo va a lograr. Un día, «enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte, ni habrá más llanto, ni gritos, ni dolor» Un día, todo eso habrá pasado. Esta alegría pascual impulsa al creyente a perdonar y acoger a todos los hombres, incluso a los más enemigos, porque nosotros mismos hemos sido acogidos y perdonados por Dios.
  3. La Vida«Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos». Los hombres podrán destruir la vida de mil maneras, pero si Dios ha resucitado a Jesús, esto significa que sólo quiere la vida para sus hijos.


REFLEXIÓN
    Cristo obedeció a su Padre hasta el último momento. La Resurrección de Cristo es un signo de esperanza para nosotros los hombres ya que sabemos que Cristo nos liberó del pecado y que nos está esperando en el Cielo. 
   Tenemos que estar en una actitud de agradecimiento a Cristo por su sufrimiento y debemos seguir lo que El nos ha enseñado. Ahora El nos invita a negarnos a nosotros mismos y a seguirlo, a seguir con sus mandamientos, a imitar sus virtudes y a predicar su evangelio no con nuestra boca sino con acciones. 
   Debemos de vivir en torno a la vida eterna ya que lo que al final de la vida contará será lo que hayamos hecho por Dios y por los demás. Aprendamos a vivir realmente como buenos católicos siendo siempre ejemplo en el lugar que nos encontremos.

PARA LA VIDA

   Un sabio teólogo había ido, cuando él estaba todavía de novicio, a celebrar la Pascua en el convento. El Sábado Santo por la mañana había subido al púlpito con varios libros. 
   Durante dos largas horas, había predicado a los ingenuos monjes, empleando palabras sabias, para explicarles el misterio de la Resurrección. Hasta entonces los monjes consideraban la resurrección de Cristo como cosa simplísima, naturalísima; jamás se habían preguntado acerca del cómo ni del por qué… 
  La Resurrección de Cristo les parecía tan simple como la salida diaria del sol y ahora este teólogo erudito con todos sus libros y toda su ciencia embrollaba todas las cosas… Cuando se hubieron recogido en las celdas, el viejo Manasés dijo a Manuel: Que Dios me perdone, hijo, pero este año es la primera vez que no he sentido a Cristo resucitar". (Nikos Kazantzakis).
“FELICES PASCUAS, EL SEÑOR RESUCITÓ, ALELUYA, ALELUYA”