3° Domingo del tiempo Ordinario, 22 de Enero de 2012


San Marco 1, 14-20         

“Tiempo Cumplido
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  1. La Conversión: ya no es posible vivir como si nada estuviera sucediendo. Dios pide a sus hijos e hijas colaboración. Por eso grita Jesús: "Cambiad de manera de pensar y de actuar". Convertirse, más que vivir sin pecado, es aprender a vivir del perdón, sin orgullo ni tristeza, sin alimentar la insatisfacción por lo que deberíamos ser y no somos. Así dice el Señor en el libro de Isaías: «Por la conversión y la calma seréis liberados».
  2. Creer en el Evangelio: este proyecto de Dios es la mejor noticia que podemos escuchar. Lo primero es creer en esta buena noticia y acogerla con alegría. Creer en el Dios revelado y encarnado en Jesús. Creer en su Amor increíble y sorprendente. Vivir con la confianza absoluta de que nuestra salvación está en Dios. Ser cristiano es dejarse impactar por el «misterio del Reino» y saber que la vida se está decidiendo en la postura que adoptas ante esa Buena Noticia proclamada por Jesús.
  3. Anunciar a Dios: encontrarse con Jesús es acercarnos a Dios. El encuentro con Él contagia de alegría, de amor y de perdón. Sólo una vida, unida a la de Jesús puede anunciar a Dios como Buena Noticia. En caso contrario, por mucho que hablemos de Él, no seremos sus testigos. La familia, el trabajo, los amigos son las situaciones más bellas para anunciar a Jesús. 
  4. El Llamado: pocos responden a Jesús. Pocos se ponen al servicio de Jesús. Muy pocos darían la vida por Jesús. Y no olvides que la respuesta nace en un corazón limpio y libre que se da con gozo. Y no olvides que la respuesta se da cada día, en el trabajo, en la familia... Y no olvides que la respuesta es servicio humilde a los hermanos. 
REFLEXIÓN
  San Marcos en el Evangelio de este domingo nos exhorta a convertirnos y a creer en el Evangelio. A Dios no le interesa nuestro pasado, nos invita a creer que podemos crecer, que podemos cambiar y ser personas nuevas, transformadas por la fuerza del evangelio. Convertirse cada día es posible con su ayuda; es una necesidad del discípulo que quiere asemejarse y entusiasmarse más y más con su Maestro. Es enamorarse de Jesús.
PARA PENSAR
   ¿Es cierto que Javier es discípulo suyo?, le preguntaron un día a un profesor. Sí, es cierto que Javier asiste a mis clases, pero no es mi discípulo. El alumno ocupa un pupitre por obligación, le guste o no la materia y el profesor. Aburrido, en su interior, reniega y espera impaciente el final de la clase. El discípulo se entusiasma, admira, se identifica con la materia y el profesor y desea imitarle. 
   Nosotros, los que aún frecuentamos la escuela de Jesús y escuchamos sus enseñanzas domingo tras domingo, los que usamos su nombre y nos definimos como cristianos, corremos el riesgo de convertirnos en meros alumnos mientras que Jesús quiere que seamos discípulos. Ser cristiano es algo instantáneo, uno se bautiza y misión cumplida, uno queda afiliado a una institución eclesial de por vida  mientras que ser discípulo es tarea de cada día, es el seguimiento cualificado en el amor. 

2° Domingo del tiempo Ordinario, 15 de Enero de 2012


San Juan 1, 35-42         

“El Llamado
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( Cordero de Dios)
  1. Vocación: es quedarse con Jesús es permanecer, compartir, participar, comprometerse, aceptar su proyecto con todas las consecuencias. El testimonio es una consecuencia lógica del encuentro con Jesús. La vida convence más que las palabras, los testigos más que los maestros.
  2. La Mirada de Jesús: Jesús se fija en mí y me llama por mi nombre, lo que en lenguaje bíblico significa tener la experiencia de saberse amado en profundidad por Jesús. La vida, mi vida, tiene un significado a la luz de Jesús. He quedado implicado en su tarea, en su proyecto, en la construcción del Reino.
  3. El Camino:  caminar es medicina para el alma: a Jesús le encantaba caminar; Él que es camino, nos enseña a caminar. Necesitamos hombres y mujeres que nos hablen de Dios con su vida, necesitamos testigos que nos ayuden a encontrarle. Hoy podemos ser como esos discípulos del Bautista que siguieron a Jesús; Él quiere que permanezcamos con Él. 
  4. Docilidad: Jesús sale al encuentro de cada uno de nosotros, Dios nos llama a seguirle y nos llama con nuestro nombre y circunstancias, como hizo con el niño Samuel. La actitud y la respuesta de Samuel debe ser la actitud y la respuesta nuestra: “Habla, Señor que tu siervo escucha”. Es la respuesta de los grandes creyentes a lo largo de la historia: María, Abraham, y los profetas. 
REFLEXIÓN
   Jesús le pregunta a los primeros discípulos: ¿Qué buscáis? El hombre se define por sus búsquedas, y en estas búsquedas se descubre su grandeza y el afianzamiento de su dignidad. Pero es importante acertar en esas búsquedas y saber dónde debemos buscar... Y para eso es necesario tener una confianza radical en la realidad, en el proyecto, y, sobre todo en Alguien que da razón a estas búsquedas: Dios con nosotros. 
   Ser cristiano no es seguir y admitir una doctrina; es seguir a una persona y es oír en nuestro interior: “Ven y sígueme”. Para el creyente, el hombre tiene sed de eternidad, de santidad y de verdad.... porque Dios ha tenido la iniciativa de proponer a todo hombre un destino de liberación y de plenitud que llamamos salvación.
PARA LA VIDA
   Una señora decía tener un problema de audición y cada vez que se reunía con sus amigas tenía que preguntarles de qué hablaban. Un día decidió ir al especialista del oído para hacerse un examen. El doctor le dijo que tenía los medios más modernos pero que iba a usar el medio tradicional. 
   Sacó su reloj del bolsillo y le preguntó si podía oír el tictac del reloj. Por supuesto, lo oigo muy bien, le contestó. El doctor se alejó unos siete metros y, de nuevo, le preguntó si seguía oyendo el tictac. Sí todavía lo puedo oír, contestó. El doctor salió del despacho y le preguntó: ¿y ahora oye el tictac?  Sí, lejano, pero lo oigo. El doctor se sentó frente a la señora y le dijo: Su problema no es de audición. Su problema es de escucha; usted no sabe escuchar. 

Domingo 8 de Enero de 2012, "Epifanía del Señor"


San Mateo 2, 1-12         



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( Epifanía)
  1. Epifanía: lo que se celebra es un nacimiento, y un nacimiento como debieran
    ser todos, el de un niño esperado con amor y respeto, que lleva en su persona la esperanza del mundo. Se trata de gente pobre... y es la fiesta de los hombres de buena voluntad... Es la fiesta de la comunidad humana, ya que es la de los tres Reyes, es  finalmente, la fiesta de la misma tierra, que en su marcha rebasa en esos momentos el punto del solsticio de invierno y nos arrastra a todos hacia la primavera
    ».
  2. Adorar: los magos representan el camino que siguen quienes escuchan los anhelos más nobles del corazón humano; la estrella que los guía es la nostalgia de lo divino; el camino que recorren es el deseo. Para descubrir lo divino en lo humano, para adorar al niño en vez de buscar su muerte, para reconocer la dignidad del ser humano en vez de destruirla, hay que recorrer un camino muy diferente del que sigue Herodes. No basta escuchar la llamada del corazón; hay que ponerse en marcha, exponerse, correr riesgos.
  3. Orientarse hacia Dios: para orientarse hacia Dios es fundamental la constancia. Mantener el deseo. Perseverar en la búsqueda. Seguir invocando. Saber esperar. No hay otra forma de ahondar en el misterio de quien es la fuente de la vida. Para orientarse hacia Dios es también importante eliminar de la propia vida aquello que, seguramente, no es compatible con él. 
REFLEXIÓN
   Cada domingo tenemos una cita con el amor. Un cortísimo viaje nos separa de la casa donde nace el amor. ¿Dónde encajamos nosotros en esta fiesta de la Epifanía? Aquí venimos a tener una visión nueva, una epifanía. Nuestra fe no es una propiedad privada y vallada. Somos parte de una comunidad, la iglesia y viajamos en caravana. Nadie viaja solo. Nadie se salva solo. 
   Todos necesitamos una estrella que nos guíe: un consejo, una palabra de ánimo de los hermanos, escrutar las escrituras, preguntar… Todos estamos en diferentes etapas del viaje: los viejos buscadores y los novatos, los que dudan, los que pecan, los que tienen un problema como Herodes, los que saben todo como los escribas, los que caminan rápido y los que caminan lentamente.
PARA MEDITAR
   Una historia de Etiopía nos presenta a un anciano que, en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos y les dijo: No puedo dividir en tres partes lo que poseo. Os tocaría muy poco. He decidido dar todo lo que tengo, como herencia, al que se muestre más astuto y sagaz. Dicho de otra forma, a mi mejor hijo.
   Encima de la mesa hay una moneda para cada uno. Tomadla. El que compre con esa moneda algo que pueda llenar toda la casa se quedará con todo. Se fueron. El primer hijo compró paja, pero sólo consiguió llenar la casa hasta la mitad. El segundo compró sacos de plumas y tampoco la llenó. El tercero -que consiguió la herencia- sólo compró un pequeño objeto. Una vela. Éste esperó hasta la noche, encendió la vela y llenó la casa de luz. 
   La Navidad es la historia de un viaje de ida y vuelta. Dios vino en pobreza y en debilidad y los suyos no lo reconocieron ni lo recibieron.  Este viaje es una epifanía, una manifestación de Dios. 

Domingo 1 de Enero de 2012, "María Madre de Dios"


San Lucas 2, 16-21         
 
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( María Madre de Dios)

  1. María Madre: «María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón» Comenzamos el año celebrando la fiesta de Santa María Madre de Dios. Su fidelidad y entrega a la palabra de Dios, su identificación con los pequeños, su adhesión a las opciones de su Hijo Jesús, su presencia servidora en la Iglesia naciente y, antes que nada, su servicio de Madre del Salvador hacen de ella la Madre de nuestra fe y de nuestra esperanza.
  1. Año Nuevo: no es difícil recordar el año que se va: hemos vivido alegrías y sinsabores; hemos hecho cosas buenas y hemos cometido errores. Llega ahora un año nuevo. Lo nuevo no sólo inquieta, también tiene su atractivo. ¿Puedo ser yo un «hombre nuevo», una «mujer diferente»?  ¿Puedo recorrer caminos no transitados, encontrar gestos nuevos, amar con nueva ternura, acercarme a Dios con corazón renovado? por eso, es bueno que nos deseemos mutuamente un feliz Año.
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    Vida Nueva: hacemos muchas cosas a lo largo de la vida. Todos comenzamos un año nuevo, pero todos de manera distinta. Algunos con la incertidumbre quizás de perder su puesto de trabajo. Otros con el gozo de esperar un nuevo hijo. Alguien con la angustia de entrar en el último año de su vida. Otro con la ilusión de crear un nuevo hogar. 
REFLEXIÓN

   Hemos dejado ya atrás un año más y nos disponemos a comenzar un año nuevo. En estos momentos nace casi espontáneamente en nosotros la reflexión. Tomamos conciencia más lúcida del tiempo, de esa curiosa realidad que vamos gastando sin tomarla demasiado en cuenta. Son momentos idóneos para realizar un balance del pasado y proyectar también nuestra mirada hacia el porvenir. 
   Las preguntas que podemos hacernos son muchas. 
  • Aumentaremos nuestro nivel de vida y nuestro confort quizás
  • ¿ Seguirá empequeñeciéndose nuestro corazón?
  •  ¿Tendremos tiempo para Dios?. 
Lo decisivo es estar más atentos a lo mejor que se despierta en nosotros. La salvación se nos ofrece cada día. Hoy mismo puede ser para mí un día de salvación.
PARA LA VIDA

«En cada comienzo hay algo maravilloso que nos ayuda a vivir y nos protege».
   Qué verdad se encierra en estas palabras cuando uno mira todo comienzo con ojos de fe. De nuevo se nos regala un tiempo lleno de posibilidades intactas:
  •  ¿Cómo será el nuevo año?
  •  ¿Aprenderemos a distinguir lo esencial de lo secundario?
  •  Tendremos tiempo para trabajar y para divertirnos, para sufrir y para disfrutar
  •  ¿Tendremos tiempo para crecer como personas y como creyentes?. 
   Una cosa es segura, Dios «tendrá tiempo» para nosotros, todo su tiempo, pues nos acompañará con Amor día a día. 


“FELIZ AÑO NUEVO”

   Al terminar el año e iniciar el nuevo en la presencia de Dios y en los brazos de su Santísima Madre, quiero impartirles una bendición a todos los fieles que nos han acompañado. Es el momento para darle infinitas gracias a Dios por permitirnos crecer en la fidelidad a Él  durante el año que termina. 

Les deseo un ¡FELIZ AÑO NUEVO!