33° Domingo del Tiempo Ordinario, 16 de Noviembre 2014, Ciclo A

San Mateo 25, 14 - 30 
"Somos Talentos de Dios"
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  • "Responsabilidad:"  la parábola de los talentos maneja un    sentido alegórico orientado en diferentes direcciones. Es importante que nos centremos en la actuación del tercer siervo, pues ocupa la mayor atención y espacio en la parábola. Su conducta es extraña. Mientras los otros siervos se dedican a hacer fructificar los bienes que les ha confiado su señor, al tercero no se le ocurre otra cosa que «esconder bajo tierra» el talento recibido para conservarlo seguro. Cuando el señor llega, lo condena como “siervo negligente y holgazán» que no ha entendido nada. Este siervo no se siente identificado con su señor ni con sus intereses. En ningún momento actúa movido por el amor. No ama a su señor, le tiene miedo, y ese miedo lo lleva a actuar buscando su propia seguridad. Aunque devolvió el talento, no le interesaron los negocios de su amo. No arriesgó nada por él e ignoró que él también ganaría.
  • "Miedo": "Tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra". Este siervo no entiende en qué consiste su verdadera responsabilidad. Piensa que está respondiendo a las expectativas de su señor, encerrando su talento bajo llave, sin producir. No conoce lo que es una fidelidad activa y creativa. No se implica en los proyectos de su señor. Cuando éste llega, se lo dice claramente: «Aquí tienes lo tuyo». Cuando se piensa que el cristianismo ha llegado a un punto en el que lo único o lo primordial es «conservar» y, no tanto, buscar con coraje y confianza en el Señor, caminos nuevos para acoger, vivir, y anunciar su proyecto del reino de Dios, estamos olvidando cuál es nuestra verdadera responsabilidad como católicos. El creyente arriesga todo por un bien mayor: el cielo.
REFLEXIÓN

   Cuando no se vive la fe cristiana desde la confianza sino desde el miedo, todo se desvirtúa. La fe se conserva pero no se contagia. La religión se convierte en deber. El evangelio es sustituido por la observancia. La celebración queda dominada por la preocupación ritual. Sería un error presentarnos un día ante el Señor con la actitud del tercer empleado: "Aquí tienes lo tuyo. 
   Aquí está tu Evangelio, aquí está el proyecto de tu reino y tu mensaje de amor a los que sufren. Lo hemos conservado fielmente. Lo hemos predicado correctamente pero no ha servido para transformar nuestra vida, para abrir caminos de justicia a tu reino.  
   Si no arriesgamos nada por hacer una Iglesia más viva; si nos mantenemos ajenos a cualquier conversión que nos pueda complicar la vida; si no asumimos la responsabilidad del reino como lo hizo Jesús, buscando «vino nuevo en odres nuevos», seremos siervos negligentes. Necesitamos aprender la fidelidad activa, creativa y arriesgada a la cual nos invita la parábola.

PARA  LA VIDA

   Cuentan de una viejecita irlandesa que nunca hablaba mal de nadie. Siempre encontraba algo bueno en la peor persona. Un día falleció un hombre que parecía atesorar en sí todas las miserias humanas: era  borracho, mujeriego, no tenía ninguna creencia, maltrataba a su mujer y a sus hijos. 
   La noche del velorio, llegó la viejecita a la sala donde se iba a rezar el Santo Rosario por el difunto. Todos se miraron y se decían por dentro: de este sí que no podrá decir nada bueno. La viejecita estuvo un momento callada. 
   Parecía que efectivamente no sabía qué decir. Al fin, dijo: -Ciertamente sabía silbar. Daba gusto oírle cuando pasaba por debajo de mi ventana todas las mañanas. Le echaré de menos......
   Qué bueno sería que buscáramos en los demás sus talentos, no sus defectos. Todos llevamos talentos escondidos que debemos sacarlos y dejar brillar.

32° Domingo del Tiempo Ordinario, 9 de Noviembre 2014, Ciclo A


San Juan 2, 13 - 22 

      "Jesús, El Nuevo Templo"
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  1. "Respeto por mi Templo:"  en el  Evangelio de San Juan se habla de los mercaderes que entran al Templo a vender. En este tiempo nosotros que hacemos por respetar la casa de Dios? Hay muchos que no buscan a Dios, sino que se afanan egoístamente por sus propios intereses. Muchos buscan el templo de Dios para buscar sus propios milagros y a su lado el pobre, el oprimido, el triste, el enfermo que es templo de Dios, urgido de atención. La crítica profunda de Jesús va a desenmascarar aquel culto falso. El templo no cumple ya su misión de ser signo de la presencia salvadora de Dios en medio del pueblo. No es la casa de un Padre que pertenece a todos. No es el lugar donde todos se deben sentir acogidos y en donde todos pueden vivir la experiencia del amor y la fraternidad. Jesús, el nuevo templo, abrirá su corazón para acogernos a todos, que también somos templos vivos.
  2. "Buscando un Refugio": Jesús condena un culto en donde el templo ya no es la casa del Padre. ¿Se puede orar a un mismo Padre, llorando la muerte de unos hermanos y pidiendo la destrucción de otros? La casa de Dios, la casa del Padre nunca puede ser un lugar de división, enfrentamientos y mutua destrucción. También tenemos muchas alimañas que expulsar de nuestro corazón para hacer de él, un lugar en donde resplandezca Jesús y lo adoremos en Espíritu y en verdad. Que el Señor nos ayude a llevar alegría a todos y amor sin excluir a nadie. Y como Templos de Dios, seamos la casa viva de él, llena con la presencia de su divino Hijo y el amor sin reproche a todos nuestros hermanos.
REFLEXIÓN

   Hay poca gente feliz. Con dinero se puede montar una casa agradable, pero no tener un hogar cálido. Con dinero se puede comprar una cama cómoda, pero no un sueño tranquilo. Con dinero se puede adquirir nuevas relaciones pero no despertar una verdadera amistad. Con dinero se puede comprar placer pero no felicidad. Los creyentes hemos de recordar algo más. 
   El dinero abre todas las puertas, pero nunca abre la puerta del cielo ni de nuestro corazón a Dios. Cada hombre o mujer están llamados a la santidad y cada uno es templo del Espíritu. La fiesta de la dedicación de la Basílica de Letrán nos tiene que ayudar a recordar que toda la Iglesia trasparenta el Reino de Dios, que el templo, tiene sentido si hace visible la presencia de Dios. 
   Unidos al Papa Francisco, busquemos ser Buena Noticia en el mundo, “defensores de los más necesitados. El templo de Dios es refugio de caridad, amor, entrega, bondad, sacrificio y fe, buscando todos la misma mete: “LA SANTIDAD”.

PARA  LA VIDA

   "En un barco que se dirigía a la tierra de la Vida Eterna, iban todos aquellos que, en aquél día, les había tocado pasar por el sueño de la muerte. Todos los pasajeros llevaban consigo una maleta, unos la maleta con dinero y riquezas que acumularon en la vida terrera, otros la maleta de las buenas obras que habían puesto su corazón construyendo el Reino de Dios; también  un papel que indicaba la cantidad de amor que habían dado y los  días de navegación. 
   El barco ancló frente a las costas de la tierra de la Vida Eterna y cada quien con su maleta. Era el final del trayecto. El capitán salió al puente de mando y comunicó a los pasajeros que tenían que llegar  nadando hasta tierra. Solo los que tenían las manos ligeras llegaron a la tierra prometida. Los otros, quedaron anclados frente a las costas de la Vida Eterna".

31° Domingo del Tiempo Ordinario, 2 de Noviembre 2014, Ciclo A


San Juan 14, 1 - 6 

"Donde Yo Esté, Vosotros También"
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  1. "Confiad en Mí:"  no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. << Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie va al padre, sino por mí>>. En esta domingo conmemoración de todos los fieles difuntos. Jesús nos invita a un camino de amor, paz, entrega, sacrificio. Y a prepararnos para la muerte, cuando se ha estado cerca de la muerte y nos duele a todos los que hemos perdido un ser amado seguramente quisiéramos que Dios repitiera el prodigio de Lázaro, aunque también le haríamos continuos e injustos reproches al Señor; si hubieras estado aquí. Dios no se desentiende de sus amados. Él se conmueve con ellos: “Al llegar ante el sepulcro de su amigo, se conmovió y lloró”. Él  no es indiferente a lo que nos sucede.
  2. "Fe": Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y son muchos los que por ella entran”hermosa lección hoy en del día que recordamos a nuestros seres queridos. Nacemos para morir, y morimos para vivir y estar contigo por toda la eternidad. Es la gozosa realidad de quienes te aclamamos como Señor de la Vida, y triunfador del pecado y de la muerte. Y, por tu bondad, nos haces partícipes de tu triunfo. Un día me llegará  a mí: te pido que me concedas estar consciente en ese acto supremo de mí vida, y, sobre todo, estar muy unido a ti, para prolongar eternamente mi unión y amistad contigo. A mis seres queridos que han muerto y a quienes no tienen quienes te pidan por ellos, concédeles el descanso eterno. Amén

    REFLEXIÓN

       EN LAS MANOS DE DIOS: En la casa de mi Padre hay muchas moradas. No sabemos qué hacer con la muerte. Quizá la ignoramos y no hablamos de ella. Ignorar ese triste suceso para no perder las ganas de vivir. Pero, tarde o temprano, la muerte llega, arrancándonos nuestros seres queridos. 
    • ¿Cómo reaccionar entonces ante esa muerte que nos arrebata para siempre a nuestra madre o ante la agonía del ser amado que nos da su último adiós? 
    • ¿Qué hacer ante el vacío que van dejando en nuestra vida tantos amigos y personas queridas?
       La muerte no es el final, es la puerta de acceso a la eternidad. Ese ser amado, entra, luego de la muerte, en el misterio insondable de Dios. ¿Cómo relacionarnos con Él? Cada celebración es un preámbulo de lo que gustaremos en la eternidad dichosa. No somos hechos para la muerte sino para la vida. Hoy pensamos y acompañamos a los que mueren. Un día estaremos en las manos de nuestro Dios y creador.
    PARA  LA VIDA

       Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. Pero luego reconocí a mi Salvador; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear. 
       No sé cuándo sucedió, no me di cuenta cuando fue que Él sugirió que cambiáramos lugares, lo que sí sé es que mi vida no ha sido la misma desde entonces. Mi vida con Dios es muy diferente. Cuando yo tenía el control, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes y velocidades increíbles. Lo único que podía hacer era sostenerme, aunque pareciera una locura. Él sólo me decía: "¡Pedalea!