31° Domingo del Tiempo Ordinario, 2 de Noviembre 2014, Ciclo A


San Juan 14, 1 - 6 

"Donde Yo Esté, Vosotros También"
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  1. "Confiad en Mí:"  no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. << Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie va al padre, sino por mí>>. En esta domingo conmemoración de todos los fieles difuntos. Jesús nos invita a un camino de amor, paz, entrega, sacrificio. Y a prepararnos para la muerte, cuando se ha estado cerca de la muerte y nos duele a todos los que hemos perdido un ser amado seguramente quisiéramos que Dios repitiera el prodigio de Lázaro, aunque también le haríamos continuos e injustos reproches al Señor; si hubieras estado aquí. Dios no se desentiende de sus amados. Él se conmueve con ellos: “Al llegar ante el sepulcro de su amigo, se conmovió y lloró”. Él  no es indiferente a lo que nos sucede.
  2. "Fe": Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espaciosa la senda que lleva a la perdición, y son muchos los que por ella entran”hermosa lección hoy en del día que recordamos a nuestros seres queridos. Nacemos para morir, y morimos para vivir y estar contigo por toda la eternidad. Es la gozosa realidad de quienes te aclamamos como Señor de la Vida, y triunfador del pecado y de la muerte. Y, por tu bondad, nos haces partícipes de tu triunfo. Un día me llegará  a mí: te pido que me concedas estar consciente en ese acto supremo de mí vida, y, sobre todo, estar muy unido a ti, para prolongar eternamente mi unión y amistad contigo. A mis seres queridos que han muerto y a quienes no tienen quienes te pidan por ellos, concédeles el descanso eterno. Amén

    REFLEXIÓN

       EN LAS MANOS DE DIOS: En la casa de mi Padre hay muchas moradas. No sabemos qué hacer con la muerte. Quizá la ignoramos y no hablamos de ella. Ignorar ese triste suceso para no perder las ganas de vivir. Pero, tarde o temprano, la muerte llega, arrancándonos nuestros seres queridos. 
    • ¿Cómo reaccionar entonces ante esa muerte que nos arrebata para siempre a nuestra madre o ante la agonía del ser amado que nos da su último adiós? 
    • ¿Qué hacer ante el vacío que van dejando en nuestra vida tantos amigos y personas queridas?
       La muerte no es el final, es la puerta de acceso a la eternidad. Ese ser amado, entra, luego de la muerte, en el misterio insondable de Dios. ¿Cómo relacionarnos con Él? Cada celebración es un preámbulo de lo que gustaremos en la eternidad dichosa. No somos hechos para la muerte sino para la vida. Hoy pensamos y acompañamos a los que mueren. Un día estaremos en las manos de nuestro Dios y creador.
    PARA  LA VIDA

       Al principio veía a Dios como el que me observaba, como un juez que llevaba cuenta de lo que hacía mal, como para ver si merecía el cielo o el infierno cuando muriera. Pero luego reconocí a mi Salvador; parecía como si la vida fuera un viaje en bicicleta, pero era una bici de dos, y noté que Dios viajaba atrás y me ayudaba a pedalear. 
       No sé cuándo sucedió, no me di cuenta cuando fue que Él sugirió que cambiáramos lugares, lo que sí sé es que mi vida no ha sido la misma desde entonces. Mi vida con Dios es muy diferente. Cuando yo tenía el control, Él conocía otros caminos, caminos diferentes, hermosos, por las montañas, a través de lugares con paisajes y velocidades increíbles. Lo único que podía hacer era sostenerme, aunque pareciera una locura. Él sólo me decía: "¡Pedalea!