San Juan 2, 13 - 22
- "Respeto por mi Templo:" en el Evangelio de San Juan se habla de los mercaderes que entran al Templo a vender. En este tiempo nosotros que hacemos por respetar la casa de Dios? Hay muchos que no buscan a Dios, sino que se afanan egoístamente por sus propios intereses. Muchos buscan el templo de Dios para buscar sus propios milagros y a su lado el pobre, el oprimido, el triste, el enfermo que es templo de Dios, urgido de atención. La crítica profunda de Jesús va a desenmascarar aquel culto falso. El templo no cumple ya su misión de ser signo de la presencia salvadora de Dios en medio del pueblo. No es la casa de un Padre que pertenece a todos. No es el lugar donde todos se deben sentir acogidos y en donde todos pueden vivir la experiencia del amor y la fraternidad. Jesús, el nuevo templo, abrirá su corazón para acogernos a todos, que también somos templos vivos.
- "Buscando un Refugio": Jesús condena un culto en donde el templo ya no es la casa del Padre. ¿Se puede orar a un mismo Padre, llorando la muerte de unos hermanos y pidiendo la destrucción de otros? La casa de Dios, la casa del Padre nunca puede ser un lugar de división, enfrentamientos y mutua destrucción. También tenemos muchas alimañas que expulsar de nuestro corazón para hacer de él, un lugar en donde resplandezca Jesús y lo adoremos en Espíritu y en verdad. Que el Señor nos ayude a llevar alegría a todos y amor sin excluir a nadie. Y como Templos de Dios, seamos la casa viva de él, llena con la presencia de su divino Hijo y el amor sin reproche a todos nuestros hermanos.
"Jesús, El Nuevo Templo"
REFLEXIÓN
Hay poca gente feliz. Con dinero se puede montar una casa agradable, pero no tener un hogar cálido. Con dinero se puede comprar una cama cómoda, pero no un sueño tranquilo. Con dinero se puede adquirir nuevas relaciones pero no despertar una verdadera amistad. Con dinero se puede comprar placer pero no felicidad. Los creyentes hemos de recordar algo más.
El dinero abre todas las puertas, pero nunca abre la puerta del cielo ni de nuestro corazón a Dios. Cada hombre o mujer están llamados a la santidad y cada uno es templo del Espíritu. La fiesta de la dedicación de la Basílica de Letrán nos tiene que ayudar a recordar que toda la Iglesia trasparenta el Reino de Dios, que el templo, tiene sentido si hace visible la presencia de Dios.
Unidos al Papa Francisco, busquemos ser Buena Noticia en el mundo, “defensores de los más necesitados. El templo de Dios es refugio de caridad, amor, entrega, bondad, sacrificio y fe, buscando todos la misma mete: “LA SANTIDAD”.
PARA LA VIDA
"En un barco que se dirigía a la tierra de la Vida Eterna, iban todos aquellos que, en aquél día, les había tocado pasar por el sueño de la muerte. Todos los pasajeros llevaban consigo una maleta, unos la maleta con dinero y riquezas que acumularon en la vida terrera, otros la maleta de las buenas obras que habían puesto su corazón construyendo el Reino de Dios; también un papel que indicaba la cantidad de amor que habían dado y los días de navegación.
El barco ancló frente a las costas de la tierra de la Vida Eterna y cada quien con su maleta. Era el final del trayecto. El capitán salió al puente de mando y comunicó a los pasajeros que tenían que llegar nadando hasta tierra. Solo los que tenían las manos ligeras llegaron a la tierra prometida. Los otros, quedaron anclados frente a las costas de la Vida Eterna".