Solemnidad Epifanía del Señor, 6 de Ene 2019, Ciclo C


San Mateo 2, 1-12

“Niño de Todos y para Todos” 


Homilía Padre Rector Luis Guillermo Robayo M.

  1. Epifanía: es la manifestación de Dios. Es la historia de un viaje de ida y vuelta. Dios vino a los suyos en pobreza y debilidad y los suyos no lo reconocieron ni lo recibieron. Este viaje es la Epifanía, la manifestación de Dios a los hombres. La vida del creyente es también la historia de un viaje, un viaje al encuentro de Dios. Si Dios sale a mi encuentro, yo también tengo que salir a su encuentro.
  2. Los Tres Reyes Magos: sabían que era importante seguir la estrella, es la búsqueda personal, su gran oportunidad de encontrarse y adorar al Rey de Reyes. Guiados por el niño Dios, como los tres reyes tenemos que viajar, tenemos que buscar y tenemos que decidir creer en Jesús personalmente y con la gracia de Dios.
  3. El Viaje: en el viaje de la fe hay muchas personas que nos pueden ayudar si somos osados y sabios para preguntar. Todos necesitamos de los demás y en el terreno de la fe necesitamos toda la ayuda que los demás y Dios nos pueden brindar.
  4. La Luz: la luz que apareció en la Navidad y hoy se manifiesta a las naciones es el amor de Dios, revelado en la persona del Verbo encarnado. Esa Luz, que es Cristo, tiene que ser conocida. Es deber nuestro comunicarla. Impulsado por el amor, cada uno de nosotros ha de esforzarse por iluminar y por comunicar esa Luz, para que las tinieblas del error y del pecado desaparezcan, para que el amor de Dios revelado en la persona del Verbo sea conocido y correspondido, para que la sociedad viva de acuerdo con los planes de Dios.

REFLEXIÓN

   El relato de los magos ha sido visto por los Padres de la Iglesia como ejemplo de unos hombres que, aun viviendo en las tinieblas del paganismo, han sido capaces de responder fielmente a la luz que los llamaba a la fe. Lo importante es descubrir que vivimos en tinieblas. Que hemos perdido el sentido fundamental de la vida. Quien descubre esto se encuentra ya muy cerca del verdadero camino. Ojalá en medio de nuestro vivir diario, no perdamos nunca la capacidad de estar abiertos a toda luz que pueda iluminar nuestra existencia, a toda llamada que pueda dar profundidad a nuestra vida. 

   Por eso el día de hoy nos invita a renacer a una vida que manifiesta a Jesús. A ser Reyes Magos que llevan a los demás la alegría del perdón, del amor, de la paz, del detalle, del saber escuchar, del saber estar con quien lo necesita, de abrir la puerta al vecino, de ser generoso y darlo todo. Y no es fácil, nos envuelven en regalos y no vemos el corazón de las cosas. 

   Manifestemos nuestra fe con alegría, sembremos de estrellas de esperanza nuestro mundo y seamos auténticos cristianos. Así como en Belén, Dios se dejó encontrar por los magos, así también quiere que nosotros lo encontremos y le entreguemos nuestros dones. El Señor no necesita de lo que podamos darle, es que nosotros, para encontrarlo, necesitamos poner a sus pies cuanto somos y cuanto de valor tenemos. 

PARA LA VIDA 

   Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de navidad. Mas sin embargo la niña le llevó el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo: "Esto es para ti, Papito". Él se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero éste volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. 

   Le volvió a gritar diciendo: "Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro?" La pequeñita volteó hacia arriba con lágrimas en los ojos y dijo: "Oh, Papá, no está vacía, yo soplé besos adentro de la caja, todos para ti." El padre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo perdonara. 

   Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, él tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí. En una forma muy sensible, cada uno de nosotros humanos hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos, familia o de Dios. Nadie podría tener una propiedad o posesión más hermosa que esta.

Es decir, hoy es la fiesta del regalo, sobre todo del regalo de la fe que nos trae Jesús, el principal de los regalos, que nos otro que regalarnos su amor, su paz y su propia vida divina. Jesús nos acoge como humanos para llevarnos a Dios y abrirnos su corazón de Padre.