3° Domingo de Cuaresma, 28 de Febrero 2016, Ciclo C


San Lucas 13, 1 - 9

" La Misericordia de Dios"
  1. Despertar a la Conversión: Jesús sabe bien que Dios solo puede cambiar el mundo si nosotros cambiamos. Por eso se esfuerza en despertar en la gente la conversión: "Convertíos y creed en esta Buena Noticia". Ese empeño de Dios en hacer un mundo más humano será posible si respondemos acogiendo su proyecto. Son muchos los que vienen a escucharlo, pero no acaban de abrirse al "Reino de Dios". Jesús va a insistir. En su amor por nosotros nos vive llamando al cambio. No sabemos el día o la hora que nos veamos frente al Padre a rendir cuentas ¿estamos preparados? Un propietario de un terreno tiene plantada una higuera en medio de su viña. Año tras año, viene a buscar fruto en ella y no lo encuentra. Su decisión parece la más sensata: la higuera no da fruto y está ocupando inútilmente un terreno, lo más razonable es cortarla. Pero el encargado de la viña reacciona de manera inesperada. ¿Por qué no dejarla todavía? Él conoce aquella higuera, la ha visto crecer, la ha cuidado, no la quiere ver morir. Él mismo le dedicará más tiempo y más cuidados, a ver si da fruto. Así es Dios con nosotros, lleno de paciencia.
  2. Dad Frutos de Salvación: el mundo de hoy solo vive buscando alegrías pasajeras: dinero, viajes, riquezas,  buscar ser el primero de todos, el mejor, y se olvida que todo tiene un fin. Jesús nos  invita a sostenernos en el amor, la confianza y la solicitud de su cuidado. La higuera queda invitada a dar fruto. ¿Sabrá responder? El relato de Jesús es una parábola abierta, contada para provocar nuestra reacción. ¿Para qué una higuera sin higos? ¿Para qué una vida cristiana estéril y sin creatividad? ¿Para qué un cristianismo sin seguimiento práctico a Cristo? ¿Para qué una Iglesia sin dedicación al reino de Dios? La pregunta de Jesús es inquietante. ¿Para qué una religión, una fe que no cambia nuestros corazones? ¿Para qué un culto sin conversión y una práctica que nos tranquiliza y confirma en nuestro bienestar? ¿Para qué preocuparnos tanto de ocupar un lugar importante en la sociedad, si no introducimos fuerza transformadora con nuestras vidas?
REFLEXIÓN 

   Es el riesgo más grave que nos amenaza a todos: terminar viviendo una vida estéril. Sin darnos cuenta, vamos reduciendo la vida a lo que nos parece importante y todo lo que nos ofrece para vivir felices, y nos olvidamos de sembrar en nuestro corazón obras que nos lleven al cielo, mirando al que sufre, al enfermo, al que necesita una visita y hacerlo sonreír. No podemos perder nuestros años sin dar fruto. Nos podemos encontrar viviendo sin más horizonte ni proyectos… Lo importante es «sentirse bien» y «mantenerse joven”. 

   Confundimos lo valioso con lo útil, lo bueno con lo que nos apetece, la felicidad con el bienestar. Ya sabemos que eso no es todo. Jesús compara la vida estéril de una persona con una «higuera que no da fruto». ¿Para qué va a ocupar un terreno en balde? La pregunta de Jesús nos cuestiona: ¿Qué sentido tiene vivir ocupando un lugar en el conjunto de la creación si nuestra vida no contribuye a construir un mundo mejor? ¿Qué significa pasar por esta vida sin hacerla un poco más humana?Criar un hijo, construir una familia, cuidar a los padres ancianos, cultivar la amistad o acompañar de cerca a una persona necesitada... no es «desaprovechar la vida», sino vivirla desde su raíz más plena. 

   Busquemos abonar a nuestro diario vivir con obras que hagan felices a los que nos necesitan, porque la verdadera felicidad esta cuando nos desprendemos de algo para hacer felices a quienes lo necesitan aun sabiendo que era nuestra felicidad.

PARA LA VIDA 

   El niño miraba al abuelo escribir una carta y le preguntó al abuelo si escribía una historia de los dos.
–Estoy escribiendo sobre ti, es cierto. Sin embargo, más importante que las palabras es el lápiz que estoy usando. Me gustaría que tú fueses como él cuando crezcas.
El niño miró el lápiz, intrigado, y no vio nada de especial. – ¡Pero si es igual a todos los lápices que he visto en mi vida!
–Todo depende del modo en que mires las cosas. Hay en él cinco cualidades que, si consigues mantenerlas, harán de ti una persona por siempre en paz con el mundo. 
  • Primera cualidad: puedes hacer grandes cosas, pero no olvides nunca que existe una mano que guía tus pasos. A esta mano nosotros la llamamos Dios, y Él siempre te conducirá en dirección a su voluntad. 
  • Segundade vez en cuando necesito dejar de escribir y usar el sacapuntas. Eso hace que el lápiz sufra un poco, pero al final está más afilado. Por lo tanto, debes ser capaz de soportar algunos dolores, porque te hará mejor persona. 
  • Tercera: el lápiz siempre permite que usemos una goma para borrar aquello que está mal. Entiende que corregir algo que hemos hecho no es necesariamente algo malo, sino algo importante para mantenernos en el camino dela justicia. 
  • Cuarta: lo que realmente importa en el lápiz no es la madera ni su forma exterior, sino el grafito que hay dentro. Por lo tanto, cuida siempre de llevar lo mejor en tu interior. Finalmente, la ...
  • Quinta: siempre deja una marca. De la misma manera, has de saber que todo lo que hagas en la vida dejará trazos. Intenta dejar las mejores marcas.