08ago2010

19° Domingo Tiempo Ordinario Agosto 8 de 2010

 

Evangelio de San Lucas 12, 32-48

 

PALABRAS SOBRE EL EVANGELIO

 

LA VIGILANCIA: Nuestro encuentro con Cristo será cara a cara. Cada cual debe tener aceite suficiente en la lámpara de su vida. El aceite hace referencia a la fuerza que mueve nuestro obrar: la fe como seguridad de lo que se espera, y prueba de lo que no se ve, la oración, los sacramentos. Cristo te está confrontando todos los días de tu vida: ¿qué reservas de fondo espiritual tienes?

LA ESPERANZA: La esperanza activa exige vigilancia activa. Cuando esperamos a alguna persona querida o importante nos preparamos para recibirle lo mejor que sepamos y podamos. Así, nuestra vida debe ser una continua espera vigilante. Somos viajeros y caminantes que esperamos encontrarnos, al final de nuestro camino, con nuestra anhelada tierra prometida. Y no olvidemos llenar nuestro corazón de las reservas divinas de amor que nos exige ese viaje que no tiene regreso.

EL TESORO: En donde está tu tesoro allí está tu corazón. Qué clase de tesoro buscamos?: Dice S. Agustín: "No lo busques afuera, busca en tu interior, pues en el hombre interior habita la verdad, la verdadera felicidad y el verdadero tesoro".

 

REFLEXIONEMOS

 

Vale la pena vivir en la fe. Vigilantes ante el Dios que llega a visitarnos. Dios no es algo etéreo, ni una idea, sino que nos encuentra a la vuelta de la esquina, en la calle, en el hogar, o en los senderos de la vida por la que estamos caminando ahora mismo. Los criados o el administrador que mencionan las parábolas de Jesús tienen en su mano el dejarse llevar por sus ideas preconcebidas o esperar vigilantes la llegada de su amo y confiar que lo que el amo les traiga será lo mejor para ellos. No olvides repetir en todo momento: “aquí estoy, Señor”…

 

APLIQUEMOS A LA VIDA

 

Tener  la cintura ceñida (el cinturón puesto) significa trabajar con juicio delante de Dios: en el trabajo de mamá o papá, Dios irradia con su presencia. Tener las lámparas encendidas significa, estar siempre esperando al Señor. Él, todos los días y a cualquier instante toca a la puerta de nuestro corazón a ver si lo estamos esperando. (Ojalá vieras la película hachiko, el perrito que muere esperando a que su amo llegue). En donde laboremos, Jesús está llegando: ¿Cómo nos encuentra?: Hacerlo todo sabiendo que en todo momento Jesús está viniendo, nos convierte en personas vigilantes. “trabajar hasta morir con las botas puestas”

 

 


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