“ El Pan de Vida"
- El Pan: Jesús es el «pan bajado del cielo ». No ha de ser confundido con cualquier tipo de alimento. En Jesucristo podemos alimentarnos de su fuerza, de su luz, de su esperanza y aliento vida... que vienen del misterio mismo de Dios, el Creador de la vida. Jesús es «el Pan de la Vida ».
- El Camino: sin Dios en el corazón, quedamos como perdidos. No sabríamos de dónde venimos y hacia dónde iríamos. «Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre». Jesús camino, no conduce a actitudes excluyentes de desprecio, intolerancia o rechazo, sino que atrae hacia una vida de acogida, fraternidad, amor, respeto y perdón.
- La Fe: no es algo natural y espontáneo. Es un don inmerecido, una aventura extraordinaria. Un modo de«estar en la vida», que nace y se alimenta de la gracia de Dios. Para creer es importante enfrentarse a la vida con sinceridad total, pero es decisivo dejarse guiar por la mano amorosa de ese Dios que conduce nuestra vida y aumenta nuestra fe.
- La Esperanza: de estar con Jesús, la nutre el Pan de Vida que comulgamos, recibimos la vida de Cristo, y por eso creemos que este PAN nos da la vida eterna. No debemos separar nunca la comunión física de la comunión espiritual, porque comulgar con Cristo es comulgar con el cuerpo místico de Cristo, del que todos nosotros somos miembros vivos.
REFLEXIÓN
Hoy revisamos nuestra vivencia comunitaria a la luz de esta Palabra de Dios que nos ha sido proclamada. También revisamos nuestra manera de participar en la Eucaristía y el testimonio que damos hacia el exterior. Es necesario preguntarnos si verdaderamente vivimos el encuentro eucarístico como un momento para fortalecer nuestros lazos como comunidad y dar un testimonio comunitario a nuestro mundo, o simplemente es un “cumplir” para que Dios “no me castigue”.
Hagamos un esfuerzo por cambiar todo aquello que no corresponde a una vivencia verdadera de la Eucaristía y pidámosle al Señor que aumente nuestra fe en Él.
PARA LA VIDA
Un hombre se levantó y dijo: La mejor comida que yo he hecho a lo largo de toda mi vida fue durante la segunda guerra mundial después de una noche de batalla.
Subí con dificultad la colina y allí vi a una mujer de la Cruz Roja con su carrito en un campo lleno de barro. Estaba repartiendo pan y café. Cuando me lo dio, sonrió.
Después de lo que había sufrido aquella noche, ese momento fue para mí la mejor comida de toda mi vida.
"Una buena comida tiene que comenzar siempre con hambre".
¿Hemos venido con hambre, hoy, a la Eucaristía? Jesús es el pan que nos alimenta. En medio de la guerra que el pecado nos declara, tomemos la mejor comida:
JESÚS, EL PAN DE VIDA.
A LOS HIJOS…(y Padres)…
No olviden mi invitación al concierto para LOS HIJOS y sus familias el
Viernes 31 de Agosto:
6:30 p.m. Eucaristía POR LOS HIJOS y a las
7:15p.m. Concierto para LOS HIJOS, futuro de nuestra sociedad.