4° Domingo de Pascua, El Buen Pastor 26 de Abril 2015, Ciclo B


San Juan 10,  11 - 18 

"El Buen Pastor"
    Descargar  Homilia del Padre Rector


    1.      Jesús, El Buen Pastor: «Yo mismo cuidaré de mi rebaño y velaré por él, dice el Señor”. Jesús había actuado sólo por amor. Todos recordaban su entrega a las «ovejas perdidas de Israel»: las más débiles, las más enfermas y heridas, las más descarriadas. El pastor bueno siempre trata a las ovejas con cuidado y amor. “Yo conozco a mis ovejas, y las mías me conocen”...  Además, nuestro pastor no es sólo alguien que nos atrae por su amor entregado hasta la muerte; como Pastor es alguien que nos ama a cada uno personalmente, alguien a quien nosotros podemos también amar personalmente. Todos los días nos repite: “Yo conozco a las mías, y las mías me conocen” Es el amor que brota de las entrañas de su divino corazón.
    2.    Las Ovejas: el reto que tenemos como ovejas del rebaño, es esforzarnos en entrar por la puerta. Esa puerta es el corazón de Jesús. Él nos espera para cuidarnos con entrañas de Padre y Pastor. Como ovejas suyas, tenemos la misión de atraer más ovejas al único rebaño. Estamos llamados a ser también pastores para los demás, atrayéndolos con amor de ovejas amadas. El verdadero Buen Pastor conoce y cuida a sus ovejas llevándolas sobre sus hombros. La carga de Jesús, también le corresponde a cada oveja.
     Que nuestros corazones vuelvan al Amor del Señor y lo extendamos a los demás
    JESÚS ES LA PUERTA
       ¿Estamos entrando por la puerta? Para ello, lo primero es saber dónde está esa puerta. Se nos llena la boca hablando de nuestra fe en Cristo, pero no le conocemos. No sabemos bien qué nos exige nuestra condición de cristianos,  descuidamos nuestra formación demasiado. Nos escandalizamos ante las noticias que dan los medios de comunicación social acerca de nuestra Iglesia, pero nos quedamos en el escándalo sin dar el paso de preguntar, de acudir a las fuentes de la noticia, de leer los documentos, leerlos con visión crítica y de sentirnos constructores de este rebaño en el que debemos ser mejores ovejas, pero no borregos. ¿Por dónde intento yo entrar al rebaño? ¿Por qué puerta pretendo pasar para dar sentido a mi vida? Él es nuestro Pastor, y nosotros le queremos seguir, porque él “Da la vida por sus ovejas”. No sigamos voces que lleven a la muerte. Jesús ÚNICO que da VIDA.
    PARA LA VIDA
       En época de invierno, Agustín  se dedicaba al cuidado de un rebaño; con  frio  y hambre, fue  por un poco de alimento descuidando su labor. En ese momento un lobo hambriento vigilaba las ovejas haber cual le servía para calmar su hambre. Estaba en posición de ataque cuando regresó el pastor, y al verlo un frio recorrió su cuerpo; había olvidado su arma con la cual alejaba el peligro no, sabía qué hacer, el animal inquieto se acercó y de frente los dos con una mirada fija, el hombre un poco tembloroso dijo: cálmate no te me acerques, vete de aquí y el animal un poco asustado deseaba atacar. 
       En ese momento un rayo los alumbró a los dos, el lobo mirando al cielo se distrajo y le permitió al hombre tomarlo con fuerza por el cuello y ambos rodaron al piso. Dando gritos el hombre y aullidos el animal, las ovejas con gran susto salieron de su corral y pateando a ambos se alejaron salvando sus vidas. El buen pastor ganando la batalla   las encontró,  y feliz de haberlas  salvado y luchado por sus vidas.