San Lucas 4,21-30
“Jesús, Profeta de Todos”
Homilía Padre Rector Luis Guillermo Robayo M.
- ¿Quién es el Profeta?: es una persona que hace presente la verdad de Dios, pone al descubierto nuestras mentiras y cobardías, y llama a todos a un cambio de vida. Antes de formarte en el vientre te escogí, antes de que salieras del seno materno te consagré; te nombré profeta de los gentiles"
- La Vocación: la vocación es la llamada que Dios nos hace. "Yo estaré contigo para salvarte". El pondrá en su boca lo que ha de decir y la fuerza para decirlo. Dios no cesa de llamarnos en Cristo. Podemos rechazar su invitación como los habitantes de Nazaret o podemos acogerla; podemos ahogarla o dejarla crecer en nuestro corazón. Nuestra vocación definitiva es a estar con Dios.
- La Gracia: precisamente el dilema decisivo de la vida se formulaba en estos términos: “estar en gracia” o “estar en pecado”. El hombre no es un ser “des-graciado”. No está en “des-gracia” ante Dios. Toda persona, lo sepa o no, cuenta siempre con su gracia. Aún el más alejado de Dios o el más perdido en el pecado, está siempre amparado por la gracia de Dios que lo acoge y lo ama sin fin. Otra cosa es que el pecador no quiere. Dios siempre nos espera…
- El Amor: es el principal empuje que debemos tener en la obra de la evangelización. Si Dios es amor, toda nuestra vida de creyentes debe ser
En la primera lectura el profeta Jeremías nos muestra que uno no es profeta porque decide serlo, sino porque Dios lo ha escogido para hablar en su nombre.
No es nada fácil su misión, pues tiene que decir la Verdad, que no siempre es bien recibida, especialmente por los que la ven como un obstáculo para sus planes de enriquecimiento ilícito, de acaparamiento de poder, o simplemente de verse libres para cometer toda clase de fechorías. Por eso recibe una gracia especial del Espíritu, a fin de que hable y actúe sin miedo, aunque al final su misión lo lleve a los peores padecimientos.
El texto evangélico es también un anuncio de lo que vivirá todo cristiano a lo largo de la historia de la Iglesia si quiere ser fiel al programa de Jesús. El año de gracia ha comenzado con el Hoy de Jesús y debe seguir con el Hoy de cada generación cristiana.
La tarea de ser fiel al programa de Jesús siempre irá acompañada del rechazo, pero esto no impedirá que siga el camino hasta su consumación. Como a Jeremías, Dios nos ha llamado a cada uno de nosotros.
Quizá tengamos dudas, ser incomprendidos, perseguidos, ignorados, pero si nos fiamos de Dios, él nos acompañará y será quien guíe nuestra vida. Este es el trasfondo de la liturgia de hoy: Ellos te combatirán, pero no te podrán, porque contigo estoy para protegerte (Jr 1,19). Dios nos ha hablado y nos ha llamado a anunciar su amor a los jóvenes
PARA LA VIDA
Un campesino muy inculto, de edad avanzada, llegó a las puertas de un monasterio. Cuando le abrieron, se explicó así: - Amigos monjes, soy un hombre con mucha fe, quiero recibir enseñanzas. Los monjes hablaron entre sí, al margen del recién llegado.
Al comprobar su incultura, pensaron que no estaba capacitado para recibir enseñanzas y, mucho menos, métodos de auto desarrollo, pero como les parecía un hombre de, le dijeron: - Mira, buen hombre, te vas a hacer cargo de barrer todos los días el monasterio. Puedes quedarte aquí y tendrás sustento y alojamiento.
Meses después, los monjes comenzaron a ver que cada día el campesino se encontraba más tranquilo, con una sonrisa siempre dibujada en sus labios y un brillo especial en sus ojos. Transmitía verdadero sosiego y se le veía muy contento y equilibrado. Tanto es así que los monjes, extrañados, le preguntaron: - Buen hombre, parece que en estos meses has sufrido una gran evolución espiritual. ¿Estás practicando algún método especial? Y el hombre les contestó: - Hermanos, lo único que hago con mucha atención, lucidez y amor, es barrer el monasterio.
Pongo toda mi vigilancia y precisión en ello. Pienso que al barrer la basura estoy barriendo de mí los rencores, los engaños, la codicia y el odio. Y pienso además que barriendo estoy más cerca