San Mateo 18, 21 – 35
1.- El Perdón: es, cualitativa y cuantitativamente, más que el perdón humano en general. Perdonar, humanamente hablando, es no devolver la ofensa al que me ha ofendido, superar la ley del talión, no devolver mal por mal. Perdonar, cristianamente hablando, es también amar cristianamente al que me ha ofendido, como Cristo nos amó, es decir, gratuitamente, generosamente, aunque no lo merezca. Lo cristiano no anula lo humano, pero lo perfecciona, como hizo Cristo con la ley judía. El que perdona cristianamente no intenta sólo ser justo con su perdón, sino que quiere ser, además, misericordioso.
2.- El Discípulo: renuncia incluso a la compensación justa. Tiene una buena razón para hacerlo: se sabe perdonado por Dios y vive desde esa experiencia de perdón. El cristiano es un hombre al que se le ha hecho un trasplante. Tenía un corazón pequeño con el que sólo podía amar a unos cuantos; tenía un corazón débil que no aguantaba el mínimo contratiempo. Se le trasplantó un corazón nuevo, el corazón de Jesús, y ya puede amar a los enemigos. Él murió por quienes lo estaban matando.
REFLEXIÓN
La Palabra de Dios que este domingo se nos propone habla del perdón. Nos presenta a un Dios que ama sin cálculos, sin límites, sin medida, e invita a tomar la misma actitud para con los hermanos que caminan a nuestro lado.
· La primera lectura deja claro que la ira y el rencor son sentimientos malos, que no convienen para la felicidad y la realización del hombre. Muestra lo ilógico de esperar el perdón de Dios negando el perdón al hermano; y avisa que nuestra vida en esta tierra no puede ser arruinada con sentimientos que sólo generan infelicidad y sufrimiento.
· En La segunda lectura Pablo sugiere a los cristianos de Roma que la comunidad cristiana tiene que ser el lugar del amor, del respeto mutuo, de la aceptación de las diferencias, del perdón. Nadie debe despreciar, juzgar o condenar a los hermanos que tienen puntos de vista diferentes. Los seguidores de Jesús deben tener presente que hay algo fundamental que les une a todos: Jesucristo, el Señor. Todo lo demás carece de importancia.
· El Evangelio nos habla de un Dios lleno de bondad y de misericordia que derrama sobre sus hijos, de forma total, ilimitada y absoluta, su perdón. Los creyentes son invitados a descubrir la forma de ser de Dios y a permitir que la misma actitud de perdón y de misericordia sin límites y sin medida dirija su relación con los hermanos.
PARA LA VIDA
Algunas veces convivimos muchas horas con la familia o con otras personas que conforman nuestro entorno más íntimo y es necesario para una sana relación que exista un trato desde el amor. Seguramente los amamos, y mucho, y nos llenamos la boca hablando del amor que les tenemos, pero... ¿se lo estamos demostrando con hechos concretos? Tropecé con un extraño que pasaba y le dije: perdón.
Él contesto: discúlpeme, por favor; no lo vi. Fuimos muy educados, seguimos nuestro camino, nos despedimos. Más tarde, al estar cocinando, estaba mi hijo muy cerca de mí. Al voltear casi le pego, ¡Quítate! le grité; Él se retiró sentido, sin que yo notara lo duro que le hablé. Estando despierta al acostarme, Dios me dijo suavemente: Trataste al extraño cortésmente. Pero abusaste del niño que amas. Ve a la Cocina y encontrarás unas flores en el piso, cerca de la puerta.
Son las flores que cortó y te trajo, rosa, amarilla y azul. Estaba calladito para darte la sorpresa y no viste las lágrimas que llenaron sus ojos. Me sentí miserable y empecé a llorar. Suavemente me acerqué y me arrodillé junto a su cama y le dije: Despierta, pequeño, despierta. ¿Son estas las flores que cortaste para mí?, él sonrió y dijo: Las encontré junto al árbol. Las tomé porque son bonitas como tú, en especial la azul.
Hijo, siento mucho lo que hice, no te debí gritar. Él contestó, Está bien, mami. Yo te quiero de todos modos. Yo también te quiero y me gustan las flores especialmente la azul. Toma en cuenta que si morimos mañana, en cosa de días, la empresa cubre el puesto. Pero la familia que dejamos sentirá la pérdida por el resto de su vida. Piensa en ello. Entonces, ¿Qué hay detrás de esta historia?