27° Domingo del Tiempo Ordinario, 7 de Octubre de 2012


San Marcos 10,2-16
      

 Dios los creó hombre y mujer

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  1. El Matrimonio: Dios creó al varón y a la mujer para que fueran «una sola carne». El sacramento evoca, convoca y provoca para el futuro. El amor humano ha sido bendecido por Dios. Dios acoge con cariño la historia concreta de amor de dos personas que quieren unir sus vidas para siempre. Y eleva este amor a un nivel verdaderamente divino. A partir de este momento Dios ama a cada uno a través del amor del otro, y cada uno ama a Dios amando al otro.
  2. El Amor: es el mejor camino para entender y amar a Dios amor. Él está presente en medio de ellos y por eso “esta cuerda de tres hilos no es fácil de romper”, nos dice el Libro del Eclesiastés. Juntos deben dar gracias a Dios cada día por su amor porque él está en medio del hogar. Es El quien les nutre, une y hace posible su amor. 
  3. Fidelidad: fidelidad significa “FE”. Ella crece en la oración, los detalles, el diálogo, la confianza mutua y la comunicación…. Sólo se es fiel, cuando se tiene a Dios en el centro. Hay que ver las cosas no solo desde el punto de vista de cada uno, sino también como las ve el otro. Siempre debe reinar el respeto en la relación, y la oración como alimento diario. El dedicarse tiempo el uno al otro es fundamental. Hay que evitar todo aquello que pone en peligro al amor y favorecer lo que le hace crecer. Los esposos deben dejarse ayuda cuando vienen las dificultades, buscar apoyo: familia, amigos, cursillos, encuentros matrimoniales, grupos…       
REFLEXIÓN
   El Evangelio de hoy nos habla del matrimonio indisoluble. Nos propone un ideal presentado por Dios como modelo de perfección. Dios no puede lanzarnos al vacío a buscar metas imposibles. Sin embargo así como el amor del hombre y la mujer a veces es victorioso, otras, es vulnerable y derrotado... 
   El Sacramento del Matrimonio es una Alianza entre Dios y los Cónyuges. Dios le propone y ayuda a lograr algo muy noble a dos bellos seres limitados e imperfectos que seguirán siendo débiles y pequeños pero grandes con la bendición de Dios. Ellos no han de renunciar a este proyecto. Sería desconfiar del poder inmenso de Dios. 
   Conviene saber que el amor no es una planta silvestre. Exige mil cuidados y las más delicadas atenciones. Por eso es necesario cultivarlo, alimentarlo y bendecirlo con la Oración, el Diálogo, el Respeto y la Tolerancia.

PARA REFLEXIONAR
   Un esposo fue a visitar a un sabio consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse. El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra: Ámala, luego guardó silencio.
    Pero es que ya no siento nada por ella. -Ámala, repuso el sabio. 
Y ante el desconcierto del señor, después de un oportuno silencio, el viejo sabio agrego lo siguiente:
  • Amar es una decisión, no un sentimiento; 
  • Amar es dedicación y entrega, 
  • Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el Amor. 
   El Amor es un ejercicio de jardinería: 
  • arranca lo que puede hacer daño a tu jardín,
  • prepara el terreno, siembra
  • sé paciente, riega y cuida. 
  Debes estar preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvias, mas no por eso abandones su jardín. 
  Ama a tu pareja, es decir, acéptala, valórala, respétala, dale afecto y ternura, admírala y compréndala. Eso es todo, Ámala.