19° Domingo del Tiempo Ordinario, 11 de Agosto 2013, Ciclo C

San Lucas  12, 32 - 48
      
Estad Preparados

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  1. La Confianza:  nace de la fe, y la fe “es seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve”. También la fe se convierte en historia de salvación, de una salvación prometida por Dios y en la que el pueblo ESPERA. Abrahán, Isaac, Jacob, Sara… todos ellos y muchos otros, hasta hoy, esperaron y esperamos esa salvación con una confianza muy grande en que Dios cumple sus promesas.
  2. La Vigilancia: implica no quedarnos de brazos cruzados, pasivos y cómodos. “Estad preparados”, dice el Evangelio, “tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas”. La vigilancia nos hace estar en actitud de prestar atención a la vida, porque a través de ella descubrimos la acción de Dios 
  3. La Fesabemos que la Fe es un regalo de Dios. Y eso significa que tenemos toda su ayuda para que creamos en lo que esperamos y para que nuestra Fe no desfallezca nunca, aún en medio de las más complicadas situaciones.
  4. La Esperanza: el llamado a la espera vigilante en la expectativa del Señor es para todos, “a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más”.
 
REFLEXIÓN
 
   El Evangelio habla de nuestra relación con el Señor: con la lámpara del corazón ardiendo y siempre con la mejor disposición para servir al Maestro.  La constante vigilancia y la constante prontitud que con tanta fuerza hoy se nos inculcan, indica una orientación viva e intensa hacia el Señor. Aunque Él esté lejano de los ojos, debe estar siempre en nuestra mente, en nuestro corazón y también en nuestras manos servidoras. 
   Es en esta tensión espiritual de la esperanza como nuestra vida desde ya permanece llena de Él y como nos preparamos adecuadamente para la plena comunión gozando de su presencia visible. En este ejercicio no perdemos de vista que de diversas formas el Señor “ausente” continúa presente. 
   El Señor viene en el pan y el vino eucarísticos -su cuerpo y su sangre-, en su palabra, en los necesitados, en sus servidores, en aquellos testigos de Jesucristo que han plasmado su imagen en el encuentro vivo con Él.  

PARA REFLEXIONAR

"El psicólogo superficial":  Un hombre concertó una cita con el psicólogo, y le explicó: - "Doctor, siempre me siento deprimido. Haga lo que haga, la depresión me puede. Ya no sé qué hacer". El psicólogo lo miró y le dijo como encontrando la solución: - "Venga aquí junto a la ventana... ¿Ve aquella carpa? Es de un circo y es muy bueno. Son muchas las actuaciones bonitas que hay que ver, pero especialmente están las de los payasos. Y hay uno que es buenísimo. Le hará reír y reír. Vaya y véalo y le aseguro que ya no tendrá más motivos para deprimirse de nuevo". El hombre se volvió hacia el psicólogo y le dijo con sus ojos tristes: - "Doctor, ese payaso soy yo".

El psicólogo hizo el ridículo con aquel pobre payaso, demostró su superficialidad: debe profundizar su análisis del payaso para quitarle su depresión. Esta vez su misma clientela lo condena. Debemos ser fieles y profesionales para con aquellos que acuden a nosotros en busca de ayuda.