San Mateo 14, 22-33
"Señor, Aumenta Nuestra Fe"
Jesús Camina Sobre Las Aguas: Jesús regresa caminando sobre las aguas, Pedro decide hacer lo mismo de su maestro pero inmediatamente después, preso de la duda, empieza a hundirse; mientras siente que su hunde, pide ayuda a Jesús y la mano de Cristo le salva; el Maestro y el discípulo suben a la barca; vuelve la bonanza, que asegura una navegación tranquila y segura estando en los brazos del Señor.
Los cristianos caminamos seguros en las dificultades de la vida cuando nos aferramos al Señor, a su la Palabra. Si duda de ella, se hunde irremediablemente. Como Pedro en las aguas del mar no podemos dudar, aunque las tormentas nos embistan. Aún a punto de sucumbir, no olvidemos que el Señor nos tiende su mano. No podemos dejarnos hundir por las adversidades o problemas. Tenemos la seguridad y la fe de tomarnos de la mano de Jesús junto con Su Palabra y Eucaristía.
Nuestra fe no se puede sentir escasa, como la de los discípulos; sin embargo, en el momento de mayor peligro, ese «poco de fe “no más grande que un grano de mostaza le hace brotar del corazón el grito de una auténtica oración gracias a la cual encuentra ayuda de inmediato. Con un corazón humilde y llenos del amor de Jesús evitemos el oleaje de las tristezas, del dolor y vivamos la alegría de la fe y el amor.“Señor, aumenta nuestra fe”
REFLEXIÓN
Tarde o temprano, una o muchas veces tendremos que enfrentarnos a nuestros miedos y dudas, con nuestras frustraciones y cansancios, con nuestra profunda angustia y ganas de abandonar. ¡Esa verdad es liberadora! Esos somos también nosotros. Si habíamos creído otra cosa al ser capaces de alimentar a una muchedumbre, nos habíamos equivocado. Pero la presencia de Jesús está asegurada todos los días hasta el fin del mundo.
Cuando nos invita a no tener miedo, cuando nos agarra de la mano, cuando llega a la serenidad y la calma, recibimos como gracia comprender que nuestra misión no se basa en nuestra grandeza sino en su fidelidad absoluta. El discípulo conoce a la vez su propia verdad y la Verdad salvadora de vivir con Jesús de su mano salvándonos de las olas y de la angustia de perder la fe en su amor.
PARA LA VIDA
Una pareja que tenían una niña, no practicaban la fe, ni el amor de Dios, ni sus enseñanzas; a su pequeña jamás se le habló de Dios. Una noche, cuando ella tenía cinco años, sus padres pelearon y el papá le disparó a la mamá. Luego, él se suicidó; todo esto delante de la pequeña.
La niña fue enviada entonces a un hogar adoptivo, donde su nueva mamá, la llevó a la iglesia. Ese día la mamá le explicó a la maestra de la escuela que la niña jamás había escuchado hablar de Jesús y que por favor le tuviera paciencia. La maestra tomó una figura de Jesús y preguntó a los alumnos: ¿alguno de ustedes sabe quién es esta persona? La pequeña respondió: yo sé. Ése es el hombre que estuvo tomando mi mano la noche en que mis papás murieron. “El Señor es mi Pastor y me conduce con su dulce mano a verdes prados, me brinda frescas aromas y me alegra la vida”…Junto a Él, no temeré.
Si hay alguien que no nos abandona ni en los momentos más difíciles, ese es un verdadero amigo.