2° Domingo de Adviento, 7 de Diciembre 2014, Ciclo B


San Marcos 1, 1 - 8 

"Preparad el Camino"
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  1. Seguir el Camino:  estamos hoy en el segundo domingo de Adviento y tenemos que ponernos en marcha, seguir la senda que nos lleva a Belén. Ponernos en camino significa hacer lo mismo que hizo Juan el Bautista, limpiar, barrer los caminos, quitar los obstáculos para que podamos caminar con fe y sin ninguna dificultad. Hay que seguir la luz de Cristo, encender nuestra fe y ser testigos para que otros sigan la luz. Se exigen actitudes de ánimo, confianza, fuerza y ganas de llevar la vela encendida, es decir, la luz de Cristo en el alma. Y aunque el viento sople en contra, el fuego divino del adviento, nos tiene en vela para no dejar apagar el ardor de su luz ni el fervor de nuestra fe.
  2. Buena Noticia: no nos quedemos parados, ni nos dejemos llevar por la comodidad o la cantidad de ofertas lúdicas que hoy se nos ofrece y que hacen perder el sentido de lo que significa Adviento. Está escrito por el profeta Isaías:Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino  para recibir a Jesús”. Derribemos las montañas del orgullo y de soberbia; allanemos los riscos del placer y de los vicios para que entre en nuestro corazón la pureza y la santidad propias de este tiempo de fe.
REFLEXIÓN
   ¡Anímate, no te quedes parado! El Nacimiento en Belén de Dios que se encarna, y se hace hombre, para compartir y darse por amor a la humanidad.  El Adviento es dinamismo, alegría y preparación. ¡Ponte en camino y no pares! Hagamos como San Juan Bautista, preparemos el camino para recibir a Dios. 
   Con un corazón que desborde en este época, el amor por el más necesitado, ir buscando en cada uno de nosotros los caminos que hacen de esta navidad encuentros de rostros felices con alguna ayuda de amor, compañía, comida, regalos, abrazos sinceros, recibiendo al niño Jesús con gran amor en nuestros corazones. 
   Es una época de alegría, espera y ansiedad en recibir el nuevo año con un corazón renovado, buscando que la llegada del niño Jesús busque llenar nuestras vidas de  cambios sinceros con nuestros hermanos, familia, con nosotros mismos. Actitudes de fe, amor, caridad y comprensión. 
   Buscar que en cada momento vivamos y soñemos con el regalo más hermoso de llegar al cielo. El Señor que siempre está llegando, se permite volver a nacer para que en el pesebre de nuestro corazón se anide y nadie nos separe de él.