Domingo de Resurrección, 5 de Abril 2015, Ciclo B


San Juan 20,  1 - 9 

"Pascua de Resurección"
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    NO SE GRABÓ
  1. Alegría-Júbilo”: al Resucitado no se le puede «ver» sin hacer su propio recorrido. Para experimentarlo lleno de vida en medio de nosotros, hay que volver al punto de partida y hacer la experiencia de lo que ha sido esa vida que ha llevado a Jesús a la crucifixión y resurrección. Si no es así, la«Resurrección» será para nosotros una doctrina sublime, un dogma sagrado, pero no experimentaremos a Jesús vivo en nosotros. Galilea ha sido el escenario principal de su actuación. Allí le han visto sus discípulos curar, perdonar, liberar, acoger, despertar en todos una esperanza nueva. Ahora sus seguidores hemos de hacer lo mismo. No estamos solos. El resucitado va delante de nosotros. Lo iremos viendo si caminamos tras sus pasos. Lo más decisivo para experimentar al «Resucitado». Más que el estudio de la teología, o las celebraciones litúrgicas, lo definitivo será seguir al Señor.
  2. ”Esperanza”: Ese Dios que ha resucitado a Jesús está en nuestras lágrimas y penas como consuelo misterioso. Está en nuestras depresiones como presencia callada que acompaña en la soledad y tristeza incomprendidas. Está en nuestro pecado como amor misericordioso que nos soporta con paciencia infinita. Estará incluso en nuestra muerte conduciéndonos a la vida, cuando parezca extinguirse. Pero siempre estará a nuestro lado.


REFLEXIÓN

   La verdad de la divinidad de Jesús es confirmada por su Resurrección. Hay un doble aspecto en el misterio pascual: por su muerte Jesús nos libera del pecado, por su Resurrección nos abre el acceso a una nueva vida. 
       Ésta es, en primer lugar, la justificación que nos devuelve a la gracia de Dios. Consiste en la victoria sobre la muerte y el pecado y en la nueva participación en la gracia. Realiza la adopción filial porque los hombres se convierten en hermanos de Cristo, como Jesús mismo llama a sus discípulos después de su Resurrección.  
         Hermanos no por naturaleza, sino por don de la gracia, porque esta filiación adoptiva confiere una participación real en la vida del Hijo único, la que ha revelado plenamente en su Resurrección. Por último, la Resurrección de Cristo –y el propio Cristo resucitado.

      PARA LA VIDA
            Un día el amo de Lukman, un fabulista oriental, le envió a que sembrara cebada. Lukman fue y sembró avena. En la época de la cosecha, cuando el amo vio que estaba creciendo la avena, le pidió una explicación al esclavo. Lukman le dijo que había sembrado avena, con la esperanza de que cosecharía cebada. El amo entonces le dijo que debía estar loco, a lo que Lukman le respondió:- Tú mismo, señor mío, continuamente estás sembrando en el mundo la semilla del mal, y sin embargo, esperas en el día de la resurrección recoger el fruto de la virtud. Por eso creí que sembrando avena podría cosechar cebada. 
          “La Resurrección de Jesucristo es la garantía firme que todos estamos llamados a gozar de ella. Por eso podemos proclamar: ¿dónde está, muerte tu victoria?”. Sabemos que la muerte es inevitable, pero quien tiene la última palabra es Cristo resucitado.. 


          “FELICES PASCUAS, EL SEÑOR RESUCITÓ, ALELUYA, ALELUYA"