32° Domingo del Tiempo Ordinario, 8 de Noviembre 2015, Ciclo B


San Mateo 12, 38 - 44

" Dar con la Medida del Corazón "
  1. " Humildad":  "Esta viuda no anda buscando honores ni prestigio alguno; actúa de manera callada y humilde. No piensa en explotar a nadie; al contrario, da todo lo que tiene porque otros lo pueden necesitar. Según Jesús, ha dado más que nadie, pues no da lo que le sobra, sino de «todo lo que tenía  para vivir”. Estas personas sencillas, pero de corazón grande y generoso, que saben amar sin reservas, son las que mejor atrapan el corazón de dios. Son las que hacen el mundo más humano, y las que en el silencio del corazón mantienen vivo el Espíritu de Jesús en medio de otras actitudes religiosas falsas e interesadas. De estas personas hemos de aprender a seguir a Jesús. Son las que más se le parecen. Los reales de la viuda, valen millones para Dios.
  2. " Compasión":  Significa: «padecer con» el que sufre. No tenerla, es dejar por fuera de nuestro horizonte a los demás. Cuando uno se ha instalado en su cómodo mundo de bienestar. Así es difícil «sentir» el sufrimiento de los otros. Se requiere alimentar dentro de nosotros la certeza que podemos ser más humanos y agrandar el corazón para dar, no de lo que sobra «lo que nos sobra», sino como la viuda, dar desde nuestra pobreza pero darlo con largueza y generosidad de corazón. La viuda, dando lo que tenía para vivir, se ganó la vida eterna. Dios no mira los bolsillos, ni las chequeras, él mira el corazón.

REFLEXIÓN

   El episodio evangélico en el que Jesús  alaba a la viuda pobre, debe dejar tristes a quienes viven satisfechos en su bienestar. Nosotros, tal vez, damos algo de lo que nos sobra, pero esta mujer que «pasa necesidad» dio «todo lo que tiene para vivir”.Cuántas veces son los pobres los que mejor nos enseñan a vivir de manera digna y con corazón grande y generoso. 
   Hoy puede sacudir nuestra conciencia: «El pan que hay en tu despensa pertenece al hambriento; el abrigo que cuelga, sin usar, en tu guardarropa pertenece a quien lo necesita; los zapatos que se están en tu armario pertenecen al descalzo; el dinero que tú acumulas pertenece a los pobres”. 
   Buscamos impresionar a Dios dando lo que nos sobra, o  en otros casos buscando que los demás nos aplaudan las falsas generosidades. Al que nos ha dado todo, no podemos darle las sobras, se le da lo mejor del corazón,  sabiendas que ganamos todo su amor y el tesoro eterno, como la viuda pobre…

PARA LA VIDA

   Dos hermanos, uno de cinco y otro de diez años, iban por las casas pidiendo algo de comer. Estaban muy hambrientos, pero por más que rogasen por un poco de comida, encontraban una y otra vez el mismo tipo de respuesta: no hay nada. Pasaron casi toda un mañana y finalmente, desanimados y tristes los niños se sentaron en un banco de la plaza. 
   Una mujer, al verlos llorando, se compadeció de ellos y les entregó una botella de leche. ¡Qué fiesta! Ambos se sentaron nuevamente. El hermano mayor simulaba estar saboreando la leche, decía: “Qué exquisita está” mirando al pequeñito. "Ahora es tu turno. Sólo toma un poquito" Y el hermanito, le respondía: "¡Está sabrosa!" "Ahora yo", decía el mayor que seguía fingiendo, pues su propósito era que el pequeño se bebiera toda la botella. 
   La mujer, observaba esa escena con su rostro humedecido por las lágrimas, sin poder creer lo que estaba viendo. Esos "ahora tú", "ahora yo" quebrantaron su corazón... Y entonces, sucedió algo que le pareció extraordinario. El mayor comenzó a cantar y a jugar fútbol con la botella vacía de leche. ¿De qué nos podemos despojar, para hacer feliz a alguien?