Solemnidad del Bautismo del Señor, 10 de Enero 2016, Ciclo C

San Lucas 3, 15 - 16.21-22

" Tú Eres Mi Hijo Amado"
  1. Un Camino Diferente: cada uno va en  busca de un camino diferente  a veces nos equivocamos y vivimos en busca  de cosas que nos maltratan y nos alejan del camino que Dios tiene preparado para cada uno. Los evangelistas narran que Jesús, al ser bautizado por Juan, escuchó la bendición de Dios: «Tú eres mi Hijo, el amado».  Con el bautismo de Jesús, Dios se une a la marcha peregrina de la humanidad hacia la casa del Padre. Nuestro bautismo nos marca como miembros del Reino de Dios. Nos hace propiedad de Dios.  El bautismo nos fortalece con la gracia de Cristo a lo largo de la vida; es el paso a una vida nueva, nos hace hijos de Dios y miembros de la familia de Jesús que es la Iglesia.
  2. Sacramento: Jesus también se bautizó y comenzó una nueva vida Espiritual con fuerza. Era el Hijo de Dios pero el da el ejemplo de seguir con fe y fuerza el camino que nos lleva a todos a la salvación. La experiencia que vive Jesús al ser bautizado en el Jordán es modelo de toda experiencia cristiana de Dios. Cuando en algún momento de nuestra vida «el cielo se abre» y las tinieblas nos permiten entrever algo del misterio que nos envuelve, el cristiano lo mismo que Cristo sólo escucha una voz, pero ésta basta para transformar nuestra vida
REFLEXIÓN 

   No es fácil analizar la soledad. Probablemente, todos la hemos experimentado en algún momento. A veces la tememos, otras, la buscamos y casi siempre huimos de ella. Una cosa es estar solo y otra «sentirse solo». Según todos los indicios, cada vez son más los que se sienten solos en nuestros días. Sin Dios, la soledad es vivida casi siempre como fuente de tristeza y sufrimiento. La persona sola siente la ausencia de una compañía amistosa. No conoce el amor ni la acogida. No se puede confiar a nadie. No tiene con quién compartir su vida. «Un corazón solitario no es feliz”. El problema es que, de alguna manera, todos estamos solos en la vida. Sin duda, tenemos amigos. Hay personas que nos aprecian y quieren. Pero, en el fondo, cada uno vive y muere desde su propia soledad. Por eso, es tan importante saber qué el mejor amigo es Jesús; la perfecta compañía divina. Convendría aprender a estar a solas consigo mismo para encontrarnos con Jesús que se hace nuestro compañero de viaje. Desde su bautismo, marcha con nosotros.
PARA LA VIDA

    En algunas tribus de África cuando una mujer está embarazada va al bosque con sus amigas y allí oran y meditan hasta que pueden oír la canción del niño concebido. Saben que cada alma tiene sus propias vibraciones que expresan su finalidad y su destino. Cuando las mujeres han aprendido la canción la cantan a coro y regresan a la tribu para enseñársela a todos. 
   Cuando el niño nace, la comunidad reunida, le canta al niño su canción y cuando el niño empieza su educación y cuando entra en la adolescencia y cuando se casa le cantan también su canción. Finalmente cuando el alma está a punto de salir de este mundo, familia y amigos reunidos en torno a su cama le cantan por última vez su canción. Y si a lo largo de su vida la persona ha cometido un crimen o una acción antisocial, el individuo es llamado al centro del pueblo y formando un gran círculo a su alrededor le cantan su canción. 
   La corrección no es castigo, es amor y recuerdo de la propia identidad. La canción le recuerda quién es. Y cuando uno reconoce su canción ya no vuelve a hacer daño a nadie.

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