San Juan 4, 5-15. 19b-26. 39a. 40-42
Homilía Padre Luis Guillermo Robayo M.
SIN GRABAR AÚN
1.-La Sed: Sólo quien ha experimentado la sed del desierto, como los israelitas en Rafidim, está capacitado para entender el valor del agua, que se convierte en el símbolo de lo único que puede satisfacer profunda y plenamente al hombre. Sólo quien ha experimentado la sed ardiente de Dios, sabe valorar el precio del Agua Viva de la gracia. San Agustín decía que Dios tiene sed de nuestra sed de él, es decir, desea ser deseado. Cuanto más se aleja el ser humano de Dios, tanto más él sigue con su amor misericodioso.
2.-El Agua: el Don de Dios, simbolizado en el agua, que es Cristo, su amistad, su seguimiento, nuestra divinización y plenitud. Es la perla preciosa, el tesoro escondido en el campo (Mt 13,44). El que lo encuentra se hace rico. Es lo mejor que le puede pasar.
3.-El Encuentro: como el de la samaritana, es el que hace al cristiano convincente y persuasivo, y ese encuentro sólo lo conseguiremos en la oración. Sin oración, los sembradores siembran granos vacíos, sin germen de vida, consiguientemente estériles.
4.-La Adoración a Dios: constituye la razón de ser de la Iglesia y de cada hombre, el cual no puede dar expresión cabal a su existencia, sin manifestar este acto amoroso, espontáneo y consciente a Dios, su Creador. Y este acto de adoración se realiza sobre todo en la comunidad reunida para la celebración del banquete del Señor, en la fracción del pan, que también nosotros renovaremos dentro de poco.
REFLEXIÓN
La Palabra de Dios que hoy se nos propone afirma, esencialmente, que nuestro Dios está siempre presente en nuestro caminar por la historia y que sólo Él nos ofrece un horizonte de vida eterna, de realización plena, de felicidad perfecta.
La primera lectura muestra cómo Yahvé acompañó el caminar de los hebreos por el desierto del Sinaí y cómo, en los momentos de crisis, respondió a las necesidades de su Pueblo. El cuadro revela la pedagogía de Dios y nos da la clave para entender su lógica, manifestada en cada paso de la historia de la salvación.
La segunda lectura repite, en otros términos, la enseñanza de la primera: Dios acompaña a su Pueblo en su marcha por la historia; y, a pesar del pecado y de la infidelidad, insiste en ofrecerle, de forma gratuita e incondicional, la salvación.
El Evangelio: El simbolismo del agua vuelve con gran elocuencia en la célebre página evangélica que narra el encuentro de Jesús con la samaritana en Sicar, junto al pozo de Jacob. Notamos enseguida un nexo entre el pozo construido por el gran patriarca de Israel para garantizar el agua a su familia y la historia de la salvación, en la que Dios da a la humanidad el agua que salta hasta la vida eterna. Si hay una sed física del agua indispensable para vivir en esta tierra, también hay en el hombre una sed espiritual que sólo Dios puede saciar. Esto se refleja claramente en el diálogo entre Jesús y la mujer que había ido a sacar agua del pozo de Jacob.
En el diálogo entre Jesús y la samaritana vemos delineado el itinerario espiritual que cada uno de nosotros, que cada comunidad cristiana está llamada a redescubrir y recorrer constantemente.
PARA LA VIDA
Agua dulce
Un pequeño buque de carga navegaba cerca de las costas de América del Sur cuando la provisión de agua potable se le agotó. El capitán no conocía exactamente cuál era su posición; entonces, al percibir otro barco a lo lejos, la tripulación envió por radio un pedido de socorro en estos términos: "El agua dulce falta a bordo" Cuál no fue su sorpresa cuando el navío interpelado respondió: ¡Sólo tienen que sacar agua!
Así lo hicieron; sacaron agua, la filtraron y bebieron tanta agua dulce como quisieron. ¿Qué había sucedido? Su barco se encontraba cerca de la desembocadura del Amazonas, el gran río cuyas aguas se pierden en el Atlántico a más de cien kilómetros mar adentro. A pesar de las apariencias contrarias, se salvaron al creer el mensaje que se les dirigió.
Hay sed, pero… Vivimos distraídos, con mucho trabajo. Se vive deseando y no buscando. Queriendo y no buscando… Nos falta decisión. Coraje. Disposición. Jesús el agua que da vida. Es regalo de Dios. Por el agua y el espíritu nos regeneramos.