16° Domingo Tiempo Ordinario Julio 18 de 2010:

Evangelio de San Lucas 10, 38-42

REFLEXIÓN DE LA SEMANA

1-DOS FORMAS DE ACOGER A JESÚS: Marta hospeda a Jesús y a sus discípulos en su casa. De esta manera, les muestra primeramente su aprecio y amistad. María hospeda a Jesús en su corazón, escuchando su palabra, sentada a sus pies, como una discípula entusiasta que no quiere perder la enseñanza del Maestro. Es una acogida interior, espiritualmente activa. Recibir a Jesús en el corazón es una ganancia: Él se queda con nosotros para siempre.

2- LO MAS IMPORTANTE: Escuchar, acoger y practicar el mensaje de Jesús. Estar a sus pies como el discípulo junto al maestro.

3-UN ALTO EN EL TRABAJO: En el trabajo ofrecido a Dios, se consagra el esfuerzo y quien lo realiza. En el trabajo se santifica el ser humano y se consagra el mundo al creador. Hacer una oración antes de cada actividad, asegura la bendición de sus frutos y Dios se encarga de multiplicarlos. Trabajo y oración van juntos.

4-LA HOSPITALIDAD: Hoy la palabra hospitalidad puede traducirse por solidaridad. Dios nos ha hospedado con amor en nuestra familia: nuestros padres y hermanos, nuestros abuelos, nuestros tíos...Hemos sido hospedados en una sociedad, en una nación, en una cultura y sobre todo, hemos sido hospedados por Dios en la Iglesia, la gran familia de Dios.

5-LA ORACIÓN: Hay muchas personas que dedican sólo su vida al trabajo, al estudio, a la vida social, a las diversiones, etc., es necesario también alimentar la vida espiritual a través de la escucha de la Palabra de Dios, de la oración, de la práctica sacramental, especialmente de la participación activa y consciente de la Eucaristía dominical.

REFLEXIÓN

“Nos preocupamos por tantas cosas…” Cuando acojo a Jesús, todo adquiere sentido, los trabajos se hacen más llevaderos, los consagro a Dios y todo luce mejor:

A los problemas se les encuentra solución, en el hogar hay más armonía y comprensión; la paz irradia fácilmente. Con razón el Señor le dijo a Marta: “María se ha llevado la parte mejor”: escoger a Jesús, es escoger lo mejor de la vida.

PARA APLICAR EN LA VIDA

1. Si Jesús va a mi hogar, ¿me dedico a prepararle cosas o más bien lo escucho y lo contemplo?

2. En el trajín de cada día, ¿tenemos tiempo para escuchar atenta y serenamente la Palabra de Dios?

3. Consagramos el trabajo diario a Dios y hacemos de cada oración el trabajo más bello del día.

4. En los afanes de la vida, la presencia de Jesús nos llena de paz. Escucharlo, apacigua el alma.

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