13° Domingo del Tiempo Ordinario, 1 de Julio de 2012


San Marcos 5.21-24.35-43
       
 Jesús cura una mujer y resucita una niña" 
 Descargar   Homilía del Padre Rector 

  1. La Enfermedad: muchas personas viven entre nosotros experiencias parecidas. Humilladas por heridas secretas que nadie conoce, sin fuerzas para confiar a alguien su «enfermedad», buscan ayuda, paz y consuelo sin saber dónde encontrarlos. Jesús no habla de dignidad o indignidad, su mensaje habla de Amor. Él irradia fuerza curadora para el pobre o el rico. Jesús tiene sus caminos para curar heridas secretas, y decir a quienes lo buscan: «Hija, hijo, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud».
  2. La Curación: los cristianos pasamos a veces por alto que Jesús, más que atribuirse a sí mismo las curaciones que realiza, recuerda a los enfermos algo realmente sorprendente: Tu fe te ha curado, levántate. El mundo está enfermo en sus raíces, en las entrañas del corazón humano y de la vida. Necesitamos una curación «radical». Y es ésta precisamente la oferta y el reto más apasionante del Evangelio: una fe capaz de sanar al hombre en sus raíces. 
  3. La Fe: quizás los cristianos no nos atrevemos ya a creer que la fe puede seguir hoy curando a los hombres. No sabemos apreciar la fuerza sanadora que se encierra en el corazón de un hombre habitado por la fe. Hoy una fe firme puede curarnos. “Vete en paz…tu fe te ha curado”.
  4. La Muerte: el ser humano flaquea ante el misterio de la muerte. La muerte no tiene la última palabra en el proyecto de Dios sobre el hombre. Si esperamos la vida eterna es sólo porque Cristo venció la muerte y Dios es fiel a sí mismo y fiel a su proyecto. «Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos están vivos».

REFLEXIÓN
   El Evangelio es la puesta en práctica por parte de Jesús del proyecto de Dios para todas las personas: la vida y la felicidad. Jesús se manifiesta como el que reincorpora a la vida y a la sociedad a las personas separadas, excluidas, marginadas, por cualquier motivo o razón, en este caso la enfermedad. 
   Jesús está al servicio de la vida y del bien de todos. Los cristianos debemos ser siempre defensores de la vida de las personas, desde el primer momento de su existencia hasta el último. Amar la vida es defenderla, es valorarla, es construirla; es estar siempre en contra de la muerte, de la destrucción, de la violencia, de la guerra.

PARA LA VIDA
   Un sacerdote fue al hospital a visitar a un feligrés enfermo de sida. La enfermera le aconsejó colocarse los guantes de látex antes de entrar. Así lo hizo. El enfermo se alegró muchísimo al ver a su párroco y extendió los brazos para darle la bienvenida.
   Pero cuando el párroco extendió sus manos lo único que vio fueron los guantes. El sentimiento de alegría y consuelo inicial se transformó en indecisión, molestia y tristeza. El párroco se disculpó y en las siguientes visitas no se puso los guantes. 
   "Experimenté que no podía ser el representante de Cristo en esa situación a no ser que hubiera contacto directo", confesó más tarde el sacerdote. Las palabras a veces, resultan ociosas e imprudentes. 
   Para expresar el amor y la aceptación de la otra persona, mejor que cualquier discurso, es el tocar y abrazar. 


ROSARIO DE NIÑOS MIÉRCOLES 4 DE JULIO. 5.00:P.M.- CAPILLA