1° Domingo de Cuaresma, 17 de Febrero de 2013


San Lucas  4, 1 - 13
      

 Las Tentaciones

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  1. La Tentación: hoy nuestra tentación es pensar solo en lo material y preocuparnos exclusivamente de nuestras cosas. Nos desviamos de Jesús cuando nos creemos con derecho a tenerlo, y olvidamos el drama, los miedos y sufrimientos de quienes carecen de casi todo. Alejarnos del hermano es alejarnos del Señor.
  2. El Desiertoen el desierto se puede escuchar la voz de Dios, pero se puede sentir también la atracción de fuerzas oscuras que nos alejan de Él. El hombre se va haciendo humano cuando aprende a escuchar la Palabra de Dios que le llama a vivir como hermano. Entonces descubre que ser humano es compartir, y no poseer; dar, y no acaparar; crear vida, y no explotar al hermano.
  3. El Desprendimiento: «El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece en este mundo, se guarda para la vida eterna». Para vivir no basta alimentarse desde fuera. Es necesario escuchar el misterio de la vida en nosotros. Es necesario escuchar la presencia de Dios en nuestro corazón.
  4. La OraciónEl Señor nos enseña, además, que el mejor modo de vencer la tentación del enemigo es la oración y la mortificación. Por muy fuerte que sea la inclinación al mal que podamos sentir, siempre la venceremos con la ayuda de Dios y con nuestro esfuerzo. Con las armas de Dios, se vence el mal.

REFLEXIÓN

   Hoy es el primer Domingo del camino cuaresmal, que nos ha de conducir por medio de la oración más asidua y del ejercicio de la austeridad, al término gozoso y salvador de la Pascua de Resurrección. 

   El viaje que emprendemos nos exigirá ilusión por la meta y esfuerzo para avanzar hasta ella. Ningún viaje tiene sentido pleno por sí mismo, y el cansancio que genera es sobrellevado con mayor coraje, a medida que la meta se hace más cercana y atractiva. 

   De algún modo, la Cuaresma es imagen del viaje de nuestra vida, durante la cual, en medio de ilusiones y esfuerzos, entre risas y lágrimas, avanzamos hacia el término definitivo, hacia la Pascua final. 

   Ahora, es cuando con la Cruz, camino del calvario no solamente hacemos buenos propósitos sino que nos comprometemos a no caer en la mera apariencia. A no quedarnos en lo superfluo. A ser conscientes de que la fe exige pruebas, signos, purificaciones y también profesión firme y entusiasta de nuestra fe.

PARA LA VIDA

   Cuando emprendemos un viaje a un lugar desconocido primero nos informamos y consultamos el mapa de carreteras. El mapa nos indica las rutas y las salidas. Es necesario para viajar. Pero más necesario aún es saber a dónde se va. 

   Aquí estamos los cristianos comenzando nuestro viaje cuaresmal. ¿Sabemos en qué ruta estamos? ¿Sabemos a dónde vamos? Vamos a mirar juntos el mapa de nuestro viaje y juntos vamos a recorrer el camino. Algo que no está señalado en el mapa de carreteras es el lugar llamado tentación, cansancio, abandono, fatiga, cambio de sentido. 

    Y esto es también parte del viaje. En esta cuaresma, no olvidemos que la meta es Dios, el camino es el Señor Jesucristo y el mapa o guía es el Espíritu Santo. Sigámoslo con todas nuestras fuerzas.