EVANGELIO DE SAN JUAN 8,1-11
JESÚS Y LA MUJER ADULTERA…
- La ley el que acusa se pone de parte de la Ley. Y se siente seguro al menos mientras acusa, pues el culpable es el otro. Por eso, lo más fácil es acusar a los demás.
- «Pecado» significa todo aquello que atenta contra nuestra la dignidad humana. El pecado nos impide crecer y madurar, nos avergüenza y humilla.
- Jesús, más que juez, se comporta como el amigo que aconseja. Su corrección es llena de amor: “vete en paz y no peques más”.
- La miseria del hombre consiste en juzgar. Cuando uno condena, se hace participe en la condenación. El gran error está en no ver la viga en los propios ojos y descubrir la paja en los ojos ajenos.
ANTES DE LANZAR LA PIEDRA Y CONDENAR A ALGUIEN, PIENSA:
- Amar al otro, tanto como a sí mismo, como si fuese algo tuyo: su mujer, su hija, su hermano, etc.
- Amar al otro con un amor redentor que, lejos de destruir, renueva a la persona.
- Amar al otro hasta estar dispuesto a ponerse en su lugar: sentirme lapidado y condenado en su lugar.
- Experimentar, por cada piedra que tire, un dolor semejante. Cada piedra me hiere, cada rencor mata.
- He mirado a la mujer como puro objeto de deseo?. La acuso del mal que yo mismo le genero? Tengo los ojos y el corazón limpios o quizá turbios y sucios para juzgar?
- Mi corazón es compasivo como el de Dios?.
REFLEXIÓN
- Vemos en el evangelio de hoy que Jesús no ha venido a condenar sino a salvar.
- Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para que el mundo tenga vida por él".
- "¿Dónde están tus acusadores? ¿Ninguno te ha condenado?". Ella le contesta: "Ninguno, Señor". Y Jesús añade: "tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más".
Reflexión para la Semana
- -¿Me considero una persona sin pecado? ¿Cómo me comporto ante las fallas y debilidades de los otros? ¿Qué actitudes me pide Jesús que tenga?
- -¿De qué manera concreta busco y recibo el perdón de mi Señor? ¿Valoro el sacramento de la confesión? ¿Lo hago con frecuencia o me considero una persona sin pecado?