30° Domingo del Tiempo Ordinario, 25 de Octubre 2015, Ciclo B


San Marcos 10, 46 - 52

" Jesús Cura Nuestra Ceguera "
  1. " La Angustia de un Hombre":  a pesar de su ceguera, Bartimeo «se entera» que cerca de él, va pasando Jesús. No deja escapar la ocasión  y comienza a gritar una y otra vez: «ten compasión de mí». Esto es siempre lo primero: abrirse a cualquier llamada o experiencia que nos invita a curar nuestra vida. Jesús no pasará de largo. Su ceguera le impide disfrutar de la vida como los demás. El nunca podrá peregrinar hasta Jerusalén. Además, le cerrarían las puertas del templo: los ciegos no podían entrar en el recinto sagrado. Excluido de la vida y «abandonado» por los representantes de Dios, ahora recibirá la más amorosa y compasiva mirada de Jesús. Sus ojos no veían, pero su alma sí.
  2. " Tu Fe Te ha Curado":  el ciego no sabe recitar  oraciones hechas por otros. Sólo sabe gritar y pedir compasión porque se siente mal. Este grito humilde y sincero, repetido desde el fondo del corazón, puede ser para nosotros el comienzo de una vida nueva. Hay momentos en que, para sentirnos de nuevo vivos, es necesario despertar nuestra fe en Dios, abrir de nuevo nuestra alma y clamarle al Señor: «Maestro, que vea». No saldremos de nuestra ceguera espiritual, mientras no abramos nuestro corazón ciego y descubramos que el Señor pasa junto a nosotros…

REFLEXIÓN

   Se habla de fe o de religión, pero como «desde fuera». Falta ahí una experiencia viva de Dios. Y lo cierto es que muchos están abandonando hoy la fe, sin haberla experimentado como fuente de vida, con ardor y de alegría.
   Estamos ciegos y no vemos dónde está lo esencial de la fe cristiana. El episodio de la curación del ciego es una invitación a salir de nuestra ceguera. Al comienzo del relato, aquel hombre «está sentado al borde del camino». Es un hombre ciego y desorientado, fuera del camino, sin capacidad de seguir a Jesús. Curado de su ceguera por Jesús, el ciego no sólo recobra la luz, sino que se convierte en un verdadero «discípulo». 
   El Señor será su camino. Desde aquel día, «le seguía por el camino. A cada uno de nosotros le falta experimentar el ardor de la fe, y abrir nuestros sentidos a la escucha de la palabra orientada a buscar la verdad y encontrar en Jesús, la luz y el camino que nos lleva a Dios.

PARA LA VIDA

   En la puerta de una Iglesia, todos los días había un hombre pidiendo una ayuda económica era ciego, y este era su único medio de  trabajo. En su gorra y al lado de ella había un cartel que con la misma nota de sus gritos “por favor ayúdeme, soy ciego”. Un creativo hombre de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue. 

   Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna, su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él, el que re escribió su cartel y sobre todo, qué había escrito. El publicista le contestó: "Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras". Sonrió y siguió su camino. 

   El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel decía: “HOY ES PRIMAVERA, Y NO PUEDO VERLA". La ceguera física nos impide ver la luz y su bello amanecer, la ceguera espiritual nos impide ver la luz de un bello cielo.